20.

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Santiago.

El corazón se me contraía y apenas podía respirar con normalidad, esa sensación de incertidumbre logró irse un poquito más cuando de camino al local de comidas, Lupe no quiso darme la mano a mí y se la dio a Aitu, estando a gusto con su conversación porque se prestaban atención mutuamente y mi hija contrario a estar avergonzada o preservar la timidez, se conformaba con mi ejemplo de lo mucho que yo confiaba en la chica que estaba conociendo. No obstante mi corazón se tranquilizaba, todo lo que se decían y podía escuchar era motivo para estar expectante, en lo que más debía intervenir era en el vocabulario de Lupe cuando no lograba hacerse entender, pero aún así, Aitu se manejaba perfecta y le contaba cómo vivían los peces haciendo la comparación con la película de Nemo.

En cuanto llegamos al local, ellas fueron a elegir un lugar y me pareció hasta extraño que Lupe no quisiera saber cuál era el juguete de la cajita feliz, no era algo normal en ella y me hacía sonreír y sentir orgulloso de lo que estábamos logrando, era un progreso enorme para los tres y podía notarse la autenticidad en ello.

—Lu mirá es un dinosaurio bebé. —le mostré el juguetito que traía la cajita y lo agarró de mi mano para pasárselo a Aitu.

¿Atu me abis?

—Dale. —le dijo ella y yo repartí lo que era de cada uno, le preparé a Lupe su hamburguesa y puse las papas al costado para que pudiera comer las dos cosas. —Ay es re lindo este dinosaurio bebé, ¿te gustan los dinosaurios Lu?

Ti, mi abu tene lo de papi ¿no papi?

—Ah sí, mi mamá tiene mis juguetes de cuando yo era chiquito, así que Lupe juega con eso cuando va para allá, a veces lleva los suyos, pero más le gustan los míos.

— ¿Y a tu papá le gustaban los dinosaurios?

Ti, el ret.

—El rex es mi favorito, bueno el de todos en realidad.

—Mi favorito es el de cuello largo, así que no a todos le gusta el rex. —me dijo Aitu y yo abrí mis ojos fingiendo sorpresa, Lupe reforzó.

El ret es feo papi.

— ¿Qué decís nena? El rex es el mejor dinosaurio del mundo, ustedes no saben nada, yo era re fan de los dinos y les puedo asegurar que el rex es el mejor por los siglos de los siglos.

—Santiago vos no sabés nada, yo también era fan de los dinos y para mí el rex es malo.

Es malo poque muede.

—Dos contra uno, te ganamos.

— ¿Perdón? —me quejé y miré a Lupe asombrado. — ¿Mi propia hija se pone en mi contra? Ah no, ¿qué es eso? —le piqué la panza y empezó a reírse intentando resistir mi mano. — ¡A papá no se le hace eso!

— ¡Pero muede papi!

—Yo te voy a morder a vos, comé dale.

—Lu comé así vamos al tobogán de ahí ¿querés?

¡Ti, ti! —le dijo a Aitu y se apresuró a agarrar la hamburguesa para empezar a comer.

Nuestro almuerzo estuvo pura y exclusivamente dedicado a hablar en base a Lupe, ella intervenía y nosotros teníamos que manejar los temas para poder hacerla partícipe, para mí era algo normal incluirla en cualquier cosa y mantener un mismo nivel al entablar conversación con mi hija, para Aitana era algo nuevo pero supo hacerlo perfecto, incluso se ofreció a llevarla a los juegos, donde pronto consiguió otros chicos que estaban jugando entre ellos y la invitaron para perseguirse, lo que nos dejó un tiempo para nosotros y aunque mi atención estaba siempre dividida, me hizo sentir bien que a ella le importara de la misma manera.

Más de Dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora