—Eso fue increíble.
—Ni que lo digas— sonrió Logan.
Comenzamos a caminar y yo voltee hacía atrás.
—Hacen linda pareja.
—Sí, lo mismo pensé.
—Mi piel se puso de gallina cuando él comenzó a hablar— reí.
—Fue un muy lindo detalle. No todos los hombres hacen algo así.
—¿Te incluyes?
—No, lo mío es el romance— rió y caminó hasta un pequeño puesto de golosinas entonces compro un algodón de azúcar, me entregó éste, lo saqué de su bolsa y ambos comenzamos a comer mientras caminábamos.
—¿Entonces eres un romántico?
—Me gusta pensar que si— comió —o que trato.
—¿Qué hay del matrimonio?— lo miré —¿Esta en tus planes?
—Definitivamente— sonrió —Creo que si estas con esa persona es por algo y si en serio la amas y estas cien por ciento seguro de eso, ¿Por qué no avanzar?— me miró —Después de todo no es muy diferente, solo es estar más unidos, ¿no?
—Sí, creo que sí.
—¿Tú piensas casarte?
—Yo creo que sí.
—Bien— sonrió.
—¿Hace cuánto que estas con Meredith?
—2 años.
—¿Cómo se conocieron?
—Nuestros padres son amigos.
—Que lindo.
—¿Cómo describirías a tu chico perfecto?
—Gran pregunta— reí.
—Entonces espero una gran respuesta.
—Creo que debe ser educado, gracioso, romántico, detallista, debe ser simpático, amable, divertido, tierno y sensible pero también masculino y sexy— reí —debe tener una muy linda sonrisa también.
—Suena algo sencillo.
—No creo pedir mucho— reí.
Me miró y sonrió.
—¿Por qué me miras así?
—Porque me agradas, no eres como todas las chicas que solo les interesan los chicos que tienen cara y cuerpo de modelo con mucho dinero y no lo sé.
—Creo que la apariencia es lo de menos. Vas a estar con la persona que vendría siendo más la personalidad que su apariencia.
—Exacto— sonrió mientras seguía mirándome —pensamos muy parecido.
—Eso creo.
—Ahora quiero que te describas.
—Amable, honesta, amigable, romántica, divertida, graciosa, tonta, trabajadora, soñadora, carismática, altruista, sensible y es todo lo que se me ocurre— reí.
—Te falto hermosa.
—Creí que se trataba de personalidad.
—Eres hermosa por dentro y por fuera así que se incluye en ambas— mis mejillas ardieron un poco, supuse que me sonroje y me sentí algo tonta.
—Gracias— reí.
—No es nada— miró mis mejillas y rió levemente.
—Tu turno.
—Altruista, amable, divertido, gracioso, trabajador, carismático, educado y ya no sé qué más.
—Suenas bien— ambos reímos.
