Capítulo 16 - Parte II.

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Después de eso no hablé. Estaba molesta y me sentía en todo el derecho de estarlo.

—Hemos llegado— dijo luego de unos minutos.

—Gracias por traerme.

—No ha sido nada— sonrió.

¿Recuerdan que había estado enojada con él hace unos 5/10 minutos? Pues ya pasó. Todo gracias a su estúpida pero hermosa sonrisa.

Debería ser ilegal que alguien fuera tan guapo como él.

Baje del auto nuevamente indignada por caer en sus encantos, tomé mis maletas y cerré las puertas.

—Parece que tienes prisa por deshacerte de mí.

—¿Qué?— fingí no entender mientras reía —No es eso. Yo solo estoy cansada.

¿Cansada de qué, tonta?

—No, estas molesta.

¿Tan obvia era? La respuesta era no. Siempre había sido muy cuidadosa con mis expresiones faciales y mi lenguaje corporal. ¿Cómo es que él sabía que estaba molesta?

Maldita sea.

—¿Cómo lo sabes?— respondí finalmente.

—Sólo lo sé.

—¿Soy muy obvia?

—No— rió —realmente no sé porque lo dije. Solo no estas actuando como siempre.

—Perdón. Es sólo que quisiera estar en mi apartamento y eso— mentí.

—No se te ocurra ir allá.

—Claro que no.

—Bien- sonrió.

Y de nuevo su sonrisa.

Pudrete, Logan.

—Voy a entrar- señale la puerta mientras reía leve.

—Sí, claro. Nos vemos mañana.

—Ajá- asentí sonriendo mientras caminaba en reversa hasta la puerta del apartamento de Erin.

—Adiós— se despidió con la mano.

—Adiós.

—Adiós.

—Adiós— ambos reímos y segundos después entré a casa de Erin.

Ella estaba pegada en la ventana, sentada en su sofá más pequeño mientras comía un emparedado de helado.

—¿Qué tal si lo hubiera invitado a pasar?— reí.

—No ibas a hacer eso.

—No lo sabes.

—Hubieses tocado, sabes que me la vivo en calzoncillos y hoy no es la excepción— estiró sus piernas desnudas y me dejó ver sus bragas rojas entonces reí.

—Que comodidad la tuya.

—Por supuesto— rió.

—¿Nos espiaste desde que llegamos?

—Por supuesto— mordió su emparedado —¿Por qué estabas enojada?

—Me llamo amiga— fruncí los labios y ella dramáticamente dejo caer su emparedado de helado al suelo.

—¡Estas en la friendzone!

—Eso me temo— suspire.

—Uhh— rió —he oído que es muy difícil salir de ahí.

—Algo está mal.

—Estas en la friendzone— rió.

—No es solo eso.

—¿Por qué lo dices?— Me miró Erin —Tienes un puesto más importante y gracias a eso consigues más dinero  por lo que puedes pagar un mejor apartamento. Al fin estas progresando. Solo te falta tener pareja.

—Estoy pasando tanto tiempo con el que creo que comienza a gustarme, Erin.

—Ya te gustaba.

—Cierra la boca.

—¿Qué hay de malo en eso?

—Tiene novia.

—Oh.

Pasaron varios segundos en silencio, ella se levantó del sofá y tomó su emparedado de helado.

—Por favor no te lo vayas a llevar a la boca— la miré.

—¡No iba a hacerlo!

Si iba a hacerlo.

—Te conozco.

—No iba a hacerlo, está sucio.

—Entonces tíralo.

—¡Ahh!— gritó molesta, fue hasta la cocina y luego volvió sin esa cosa.

—Gracias.

—No tienes que agradecer, aunque no me hubieses pedido que lo tirara lo hubiera hecho.

—Claro, Erin— reí.

—Cállate y volvamos al tema de Grey.

—¿Qué con él?

—Te gusta.

—Sí, me gusta.

—Y yo pensaría que a él tú también pero ahora te ha dejado en la friendzone.

—¿Pensabas que le gustaba?

—¡Sí!— asintió —Eso es obvio.

—Maldición— me quejé mientras me tiraba sobre el sofá.

—Dime cómo fue que llego a la palabra con “A”— dijo refiriéndose a “amiga”

—Le dije que era el mejor jefe, él dijo que yo era la mejor secretaria y amiga.

—Le gustas.

—¿Sí?

—Si— sonrió —Es obvio.

—¿Lo es?

—Claro. Pero si no me crees a mi pregúntaselo a la gente de la oficina o a Matthew.

—Hablando de Matthew… me lo he encontrado hoy.

—¿Sí?

—Sí y fue extraño.

—¿Por qué lo dices?

—No lo sé. Solo creo que fue diferente.

—¿Averiguaste algo sobre él y Meredith?

—No— negué con la cabeza —es una zorra, por cierto.

—Ya lo sabía— rió —mi detector de zorras casi explota cuando la conocí.

Ambas reímos.

—Meredith tiene esa costumbre con las personas.

"Enamorada de mi jefe"Where stories live. Discover now