—Señoritas, él es mi querido amigo— lo señaló —Matthew Foley.
Matthew se dio la vuelta, miró a Erin y sonrió. Luego me miró a mi y su sonrisa se hizo más leve.
—Un placer conocerte, Matthew— Erin sonrió y le dio la mano, la mirada de él estaba en mí.
—Lo mismo digo, señorita— lo interrumpió.
—Green— me señaló —Y ella es mi amiga Tamara.
—Un placer conocerla, señorita…
—Edwins— sonreí, nos tomamos de la mano para luego estrecharlas.
—Al fin se conocen— dijo Logan feliz.
—Si, al fin— Erin rió.
Ambos la miramos, Logan soltó mi mano un tanto brusco y la llevó a su bolsillo para luego tomar su celular y responder éste.
—Disculpen— dijo para luego alejarse un poco.
—No puedo creer que seas la “Tamara” de la que él habla—dijo Matthew.
—¿Él habla de mí?
—Sí, Tamara. Lo hace.
Traté de mantenerme seria pero por dentro quería dar un grito y saltitos infantiles.
—Yo no puedo creer que tú seas su amigo Matthew
—Lo soy— sonrió sin mostrar sus dientes y negué con la cabeza.
—¿Qué van a hacer, Carrie Bradshaw y Mr. Big?
—Nada, vamos a actuar como si esta fuera la primera vez que nos conocemos y ya.
—¿Eso haremos?— le pregunté.
—Al menos que quieras decirle que tuviste sexo casual conmigo.
—No. Eso no— reí.
—Entonces— se acercó a mí y colocó uno de sus dedos en mis labios —Shhh…
Lo mire, asentí y él sonrió.
Erin se aclaró la garganta, Matthew y yo volteamos y miramos a Logan acercarse a nosotros.
—¿De qué me perdí?
—No mucho, de hecho— dijo Erin.
—No, casi nada. Solo hablábamos.
—Bien— sonrió y luego miró a Matthew.
—¿En dónde está Meredith?
—Ella está en camino.
—Bien— sonrió —Espero que sepa que esto es una gala elegante.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que debe estar usando más de 1 metro de tela.
—Cierra la boca, Matthew.
—Su novia se viste como un zo…— lo interrumpió.
—Hablo en serio, Matthew— lo miro.
—Bien— sonrió falsamente, acomodó el cuello de su camisa y luego se fue.
—Discúlpenlo, como es obvio a él no le agrada mucho Meredith.
—¿Y eso por qué?— preguntó Erin.
—No lo sé, dice que es una… cualquiera.
—Oh— dijo Erin.
—Si— apretó sus labios un tanto fuerte.
—¿Y no te molesta?
—Por supuesto que lo hace sobre todo porque solo lo dice por la forma en la que viste. Si, usa ropa muy escotada, ajustada o corta pero no le da derecho de faltarle el respeto.
—De acuerdo contigo— respondí y él sonrió.
—Gracias.
