Capítulo 22.

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Estaba en la cama, até mi cabello en un moño alto y seguí observando a Logan fumar en el balcón.

Él volteó, me miró y yo sonreí pero entonces se dio la vuelta nuevamente.

—¿Por qué actuas así?— pregunté bajo sin dejar de verlo.

Pasaron varios minutos él seguía ahí, mientras que yo tontamente lo miraba mas que a mi programa.

Lo vi sonreír y puedo jurar que mi corazón se aceleró. Verlo jugar con su cabello el cual se había puesto un tanto rizado por la humedad me hizo sonreír. No sabia que eramos o que iba a pasar pero de una cosa si estaba segura...

Lo amaba.

Se hicieron las 5pm y entonces entró.

—Hola— sonreí.

—Hola— sonrió levemente y se acercó a la cama.

—¿Cómo estás?— reí levemente.

—He estado mejor.

—¿Paso algo?

—Acabo de cortar con mi novia.

—¿Qué?— lo miré con el ceño fruncido.

—Dije que acabó de colgar con mi novia— señaló el celular.

—Oh...— lo miré —Uhm, tu...¿Se lo dijistes?

—No, preferí no hacerlo por teléfono.

—Claro— asentí y lo vi tomar una botella de agua del buró de su lado.

Él dejó su botella luego de darle un trago.

—¿Qué somos?— preguntó mientras me miraba con el ceño un tanto fruncido.

—Esperaba que tu me respondieras.

—¿Somos amigos, Tamara?— me miró.

—Si, amigos— respondí mientras jugaba con mis dedos.

—¿Amigos?

—Pues.. si— levanté los hombros.

—Es curioso que lo digas porque los amigos duermen en camas diferentes, los amigos no se tratan como lo hacemos, todo tiene un limite y...— lo interrumpí.

—Los amigos no se aman como yo lo hago a ti— lo miré fijamente a los ojos y apreté los labios.

—¿Qué?— me miró.

—Yo dije que te amo.

—Tamara...— lo interrumpí.

Cerré mis ojos y asentí.

—No es mutuo.

—Es que yo... no lo se, Tamara. No se como me siento acerca de ti, perdón— me levanté de la cama. No quería que él me viera llorar —Es que realmente no se lo que pasa conmigo.

—¿Y lo de ayer?— lo miré.

—Supongo que me deje llevar.

—Tu fuiste quien me besaste.

—Y tu quien me tentó con el "puedes besarme si quieres"

—Olvidemos que esto paso y ya Estabamos ebrios.

—Si, eso.

—La culpa al alcohol.

—Me parece bien.

—Si vamos a olvidar lo de ayer, también olvidemos lo que yo dije.

—Si eso quieres..

—Si, eso quiero.

Salí de la habitación y corrí hasta el ascensor en el cual bajé hasta el primer piso y después salir del hotel, acomodé mi cabello y miré a ambos lados de la calle luego de cruzar.

Llegué al parque, estaba heladisimo y yo sólo llevaba mi bata de dormir, me recargué en el barandal y miré el lindo lago mientras me abrazaba por los codos.

Sentí como me abrazaban por detrás y me paralice, sus brazos me rodearon y besó mi cabeza.

—Dijimos que lo íbamos a olvidar así que, ¿Por qué no solo fingimos?

—No creo que pueda hacerlo. Me estas pidiendo mucho.

—Tamara...—lo interrumpi.

—No quiero que me mientas.

—Estoy aquí porque no puedo dejarte ir y no quiero hacerlo— comenzó a acariciar mis brazos con sus pulgares—

—Entonces dime que sientes y no solo que estabas ebrio.

—Yo... no se que decirte— susurró.

Me di la vuelta y lo miré.

—Entonces no digas nada— sonreí leve.

Me abrazó fuerte y sentí sus manos tomar mi espalda.

Sentí sus fríos dedos en mi espalda y como con ellos comenzaba a "trazar" algo.

"Yo"

"Te"

"Amo"

Se separó un poco de mi y me miró fijamente a los ojos.

Me acerqué a él y lo besé mientras rodeaba su cuello con mis brazos.

"Enamorada de mi jefe"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora