23.-

382 51 8
                                    


Unos minutos después de que Jeonghan volviera a la sala, apareció una enfermera a informales que la mujer se encontraba muy débil y mucho no era lo que podían hacer por ella frente a los dolores. 

Con calma y mucho cuidado les explicó que no tenían la certeza de cuanto tiempo de vida le quedase, pero les recomendaba que la vieran en caso de que su estado empeorase dentro de las próximas horas. En palabras reales quería decirles que se despidieran porque moriría pronto. Joshua asintió educadamente, mientras el mayor a penas la miró. Parecía como si estuviese ignorando al mundo, mirando un punto dijo. 

Luego de avisar a la familia mediante un mensaje, el menor se levantó para caminar, dio algunos pasos hasta notar que su ex novio no lo seguía, estaba ahí con la mirada perdida en la nada. Caminó devuelta y tomó su mano derecha entre sus dedos, entrelazándolas.

- Vamos – dijo suave. 

Cuando Jeonghan estuvo de pie, beso suavemente su muñeca, notando su piel fría y tensa.

Caminaron lentamente hacía la habitación, el castaño casi se encontraba arrastrando, al contrario. Una vez frente a la puerta removió su mano para traerlo a la vida, ganándose una mirada llena de confusión. Dentro la vieron sobre la camilla con un montón de tubos y cables alrededor, con sus ojos cerrados, y otra enfermera yendo y viniendo por la pequeña sala.

- Puede escucharlos – dijo en un tono bajo, como si temiera despertarla o algo así  – me llaman cualquier cosa, estaré afuera – tomó algunas cajas sobre una base de metal y Salió.

Joshua se sentó en la silla a su derecha, en silencio la observó, el color de su piel había cambiado, se encontraba más pálida y con un ligero tono gris.  Echó un vistazo a Jeonghan quien aún cerca de la puerta, también la observaba, tenía el semblante de alguien que no durmió en días, las ojeras profundas y la mirada ida. 

- Está bien, puedes hacerlo – los ojos de Jeonghan se giraron como si volviesen a la vida, parpadeando desorientado.

En ese momento la mujer abrió sus ojos con dificultad y lo primero que pudo ver fue a su hijo, parado a unos metros de su cama. Sonrió o eso intentó, más bien sus labios se movieron a penas un poco.

- Hannie – dijo con la voz apagada, casi inaudible.

- No hables – abrió los ojos en grande al escuchar su voz débil, con rapidez de acercó a la camilla, pero aun así se mantuvo a una pequeña distancia.

- P-puedo – dijo antes que una ola de tos apareciera.

- L-llamo – se giró a la puerta y volvió su atención a ella. Su voz temblaba, se veían tan vulnerable, como un niño a punto de romperse. Su madre negó con los ojos cerrados y estiró su mano, intentando alcanzar la de su hijo que se encontraba rozando el metal blanco. Jeonghan estiró su mano y la atrapó con suavidad – aquí estoy – la mujer volvió a sonreír cuando la tos desapareció - ¿necesitas algo? – negó con los ojos aun cerrados.

- A ti – Jeonghan se acercó y enterró sus dedos en el cabello de su madre con suavidad, dio un pequeño masaje y luego contorneo su rostro con los dedos. La mujer abrió los ojos, encontrados por primera vez con Joshua, quien tenía los ojos húmedos, conteniéndose de no soltar un río de lagrimas.

- Hey – dijo con un tono ligeramente amistoso – amigo – miró a Joshua con orgullo.

 A pesar de su dificultad para hablar, sus ojos podían expresar lo que quería decir. Ellos le decían que etaba feliz de verlo ahí.

Rec° .- JIHAN.Where stories live. Discover now