Capítulo XIV

1.5K 69 1
                                    

POV ALFRED

- Alfred -me llamó cuando estaba ya en el asiento del piloto 

- Bajé la ventanilla- ¿Dime?

- No la cagues 

- ¿A qué te refieres? -dije desconcertado 

- Ya, sabemos lo que haces siempre que quedas con una chica a solas -dijo seriamente 

- No, Roi -miré hacia delante- ella es diferente, además ella solamente es mi amiga

- ¿Seguro? 

- Sí, con ella no sería capaz 

- Pues tio, pásatelo muy bien -nos chocamos los puños- ¿nos vemos mañana?  

- Nos vemos -entonces arranqué y me fui a buscarla 



Llegué delante de la casa de Miriam, aun quedaban 5 minutos para que fuera la hora, así que puse la música alta y disfrute, quitándome los pequeños nervios que tenía. No me había arreglado mucho solamente llevaba una camisa blanca metido por dentro de unos pantalones de pinzas verdes oscuros. Vi que ya eran las 21:00 y toqué el claxon con mi ritmo especial. Se abrió la puerta de la casa dejándome ver a una Miriam en chandal y con un moño alto, típico de ella cuando estaba en casa. Alzó la mano en forma de saludo y yo hice lo mismo tirándole un beso. Segundos después apareció Amaia con un vestido azul con pequeños puntos blancos, con un poco de escote, estaba preciosa. 

- Hola -dijo con una sonrisa tímida al entrar dentro del coche

- Estás preciosa -dije mirándola de arriba abajo

- Igualmente, me encanta como te queda la camisa -dijo acariciándome el brazo 

- ¿Vamos? -dije arrancando

- ¿A dónde? 

- Es una sorpresa 



Al cabo de unos 10 minutos llegamos a un pequeño restaurante, el cual era mi favorito. Era una pizzería, no era muy famosa pero para mi era perfecta. Íbamos un poco nerviosos, normal era la primera vez que estábamos solos durante mucho tiempo, pero igualmente yo me sentía cómodo. 

- Berta -dije al llegar a la barra, saludando a la dueña del restaurante

- Hombre mi hombrecito -dijo al verme, salió de ahí detrás para darme dos besos- ¿Cómo estás? 

- Bien ¿Y tú?

- Mejor que nunca -miró detrás mío- ¿No me presentas a tu amiga?

- Si, mira ella es Amaia, Amaia ella es Berta -dije presentándolas

- Encantada -dijo Amaia dándole dos besos

- ¿A si que tu eres Amaia, la chica nueva del pueblo?

- Sí, bueno solo estoy el verano -dijo nerviosa 

- Pues que sepas que todo el pueblo está encantado contigo, solamente he oído cosas buenas de ti -dijo Berta acariciándole la mejilla

- Gracias -dijo sonrojada 

- Bueno ¿Qué tal si nos sentamos? -dije a Amaia 

- Si, ir ahora os vendrá a atender Toni -acto seguido le cogí la mano y la guié hasta mi mesa

Me dolió cuando las tuvimos que separar, pero mejor así, porque no quería confundirla. Llegó Toni y los dos pedimos una pizza 4 quesos, durante la cena nos fuimos soltando y todos esos nervios se fueron esfumando. Entonces cuando la cena no podía ir mejor se subieron al pequeño escenario una pequeña banda. 

- ¿Qué es esto? -dijo al ver a músicos que empezaban a tocar

- Bueno puede ser que no te lo haya contado pero aquí todos los viernes hay una jam session -dijo mirando con un sonrisa nerviosa el escenario- ¿Te parece bien? 

- Me encanta -dijo acariciándome la mano

Nos pusimos a escuchar durante media hora la música, cada vez que había una canción me perdía en su historia. Me giré para ver a Amaia y me quedé embobado mirando su perfil, esos ojos grandes, su nariz perfecta, sus labios carnosos. Ella era perfecta.

- Bueno chicos -dijo Toni captando mi atención- si hace años que venís por aquí seguro que conocéis a Alfred García- la gente chilló cuando oyó mi nombre ya que antes cuando venía siempre que subía a escenario era mágico- Pues algunos a lo mejor os habréis fijado pero hoy él está aquí- algunas personas me miraron- ¿Qué me dices, subes por los viejos momentos? 

Amaia no entendía lo que estaba pasando, ya que nunca le había comentado esto, dude en subirme pero me giré y vi a Berta mirando atentamente a ver que hacia, podía ver en sus ojos como me suplicaba que volviera a cantar para ella. Se acercó poco a poco y yo solo fui capaz de levantarme y darle un beso en la mejilla, acto seguido me dirigí hacia el escenario y con los ojos cerrados cogí mi trombón que seguía donde lo deje hace 2 años. Entonces cuando el pianista vio que lo cogía ya sabia que pieza tenía que tocar.



El verano de nuestras vidas -ALMAIAWhere stories live. Discover now