Capítulo XXX

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POV ALFRED

Fui corriendo tras ella, no podía dejar que se escapara y no explicarle las cosas.

- ¡Amaia! -grité una vez que salí del recinto- ¡Amaia, espérame por favor! 

Pero ella paso de mí y se subió a un taxi, fui corriendo al coche, y arranqué lo más rápido posible, me salté semáforos en rojo, y casi provoco un accidente pero ahora mismo me daba igual, necesitaba aclarar las cosas. Veo como sale del taxi, para entrar a su casa, entonces yo freno en seco y corro

- ¡Amaia joder espérame! -ella ni mira hacia atrás, va a cerrar la puerta de la casa pero llego antes y la abro de golpe. Las madres del grupo esta sentadas en el sofá y se asustan al vernos ahí. Ella ya no llora, ahora solamente tiene fuego en la mirada- ¿Me vas a dejar de una vez explicarte todo? -dije chillando enfadado

- ¿Que me tienes que explicar Alfred? -me respondió ella gritándome también

- Todo

- Ni me hables, me has mentido, Alfred me has ocultado que soy de aquí, que mi hogar es esta isla, que tu y yo éramos mejores amigos de pequeños

- Lo se pero no fue mi culpa, te juro que yo te lo quería contar, me di cuenta el día que te quedaste a dormir a mi casa, pero no me dejaron

- ¿Quién no te dejo? -ella estaba al principio de la escalera, yo en la entrada y las madres mirando sin saber que decir

- La gente -me estiré del pelo- quiero que me creas, que tengas en cuenta todo lo que he hecho por ti

- ¿Qué razón tienes para no habérmelo contado? -cruzo los brazos

- Lo siento -dije mirando a Javier la madre de Amaia- me dijeron que si te lo decía te querrías quedar aquí y no volver a Pamplona donde tienes a tu familia, tus amigos y tu vida ya hecha. Yo igualmente te lo quería contar, pero se que esto te hubiera hecho un lío en la cabeza y a veces tienes que dejar marchar a quien quieres si esa persona es feliz en su hogar

- Tu no tienes ni idea de lo que quiero yo, no puedes decidir por mi cuando tú y yo no somos nada -eso me dolió y se notó, empezó a elevar la voz- últimamente me sentía más feliz aquí con vosotros, desde el principio me tratasteis como una más de la familia pero claro es que yo pertenecía a ella. Si no hubieras sido un cobarde y me quisieras de verdad me lo habrías dicho.

- No digas que no te quiero porque eso no es verdad -me estaba volviendo a enfadar- que te crees que para mi era fácil, tener que mentir a la persona de la cual estaba enamorado a los 8 años -lo dije sin pensar y su expresión cambio, dejé de chillar- mira Amaia, tú me conoces mejor que nadie, y sabes que soy de esas personas que lo apuestan todos sin nunca tener nada, también soy de esas que siempre lo pierden todo y que van andando solas -lágrimas aparecieron por mi rostro- te he contado todo de mi, mis rarezas, mis secretos, me he enseñado como un libro abierto, hiciste que volviera a creer en el amor, cada día me sacabas una sonrisa, me terminaste de enamorar en la noche de las estrellas, porque tú eres especial, eres la misma niña que conocí un día, dulce, simpática, sin filtros, que tiene un don para la música, que cae bien a todo el mundo. Me complementas al 100%, ya se que ahora solamente estoy diciendo palabras, pero te he demostrado cuanto me importas cada día enseñándote cada maldito rincón de esta isla. Te he llevado a nuestros sitios de cuando éramos pequeños para ver si recordabas pero no había manera, te he dado pistas pero es que no has recordado una mierda de nuestro pasado. ¿Por dios vas a hacer caso a Mireya? Cuando en la discoteca estábamos haciendo por una vez una cosa que tanto tu como yo estábamos deseando -las lágrimas seguían haciendo acto de presencia en los dos pero a ninguno le importaba

- Que te crees que es fácil para mi ver como tú, no otra persona, sino tú, el chico el cual quiero más ahora mismo me ha engañado, estoy enfadada pero sobretodo decepcionada -con está ultima palabra me hundió totalmente- yo Alfred por fin estaba intentando demostrar mis sentimientos, pero lo que ha pasado en la discoteca te puedes olvidar porque ha sido el mayor error que podría haber hecho -empezó a subir las escaleras pero volvió a bajar y se giró hacia su madre -enhorabuena mama has conseguido que me quiera ir de aquí ¿Esto era lo que querías no? -fue a subir las escaleras pero entonces le cogí de la mano y la acerqué a mi y la besé, ella al principio me siguió el beso, pero entonces se separó y me pegó una bofetada- no lo vuelvas a hacer, entre tú y yo ya no hay nada -me dijo, esta vez sí que empezó a subir las escaleras 

- No puedes decir esto, porque tú y yo ya hemos entrado en este juego -dije mientras ella subía pero se paró en la mitad 

- Pues voy a destrozar la salida para no volver a entrar -y dicho esto se fue dejándome abajo solo, mirando por donde se había ido.

Caí rendido de rodillas al suelo y empecé a llorar, me giré y vi a las madres llorando, me levanté y fui hacia ellas. 

- Javiera, que sepas que yo te quiero, y siempre te querré porque eres como mi segunda madre pero ahora mismo no te puedes imaginar lo mucho que te odio -le dije mirando fijamente a los ojos, camine hasta la puerta pegué un puñetazo a la pared y me fui

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Hola lectores,

Pues sí chicas las cosas no están terminando para nada bien. Amaia ya ha decidido que quiere irse y que no quiere nada con Alfred. Han tenido la discusión delante de las madres. Se han dicho cosas de las cuales algunas se arrepentirán. ¿Alfred seguirá luchando? ¿Amaia se volverá pensar las cosas en frío? ¿Los otros del grupo intentaran arreglar las cosas?

Muchas gracias, os leo siempre, esto ya está llegando a su final pero depende como termine podrá haber una segunda parte. Nos vemos en el próximo capítulo. 

Un saluda el/la escritorx

El verano de nuestras vidas -ALMAIAOnde histórias criam vida. Descubra agora