Capítulo XXIII

1.7K 97 4
                                    

POV AMAIA

Solamente quedaba un mes para que me fuera de Mallorca y volviera a Pamplona. La verdad era que con estos dos meses me había sentido como en casa, tenía una sensación que en la tierra donde nací no sentía, aquí siempre era paz y tranquilidad. Los amigos de Miriam, mejor dicho mis amigos, desde el primer día me habían tratado como una más y los padres de cada uno de ellos me trataban como a los otros como si fuera su propia hija. Luís y Roi se han vuelto como mis hermanos, siempre me hacen bromas, me cuentan todos sus problemas, improvisamos con la guitarra. También está Aitana, mi mejor amiga, desde el primer momento en que la vi, con su flequillo y sus ojos saltones supe que ella y yo llegaríamos a tener una gran amistad, y eso ha pasado, en tan solo 2 meses se ha vuelto mi confidente, es la chica que junto a mi prima siempre han estado ahí. Después está Miriam, mi prima, mejor dicho mi hermana, ahora que no tengo a mis hermanos de sangre ella está aquí conmigo. Ha hecho que todo lo que es suyo también sea mío, me integro con mucha ilusión en su grupo de amigos del pueblo y gracias a ella puedo decir que he conocido a las mejores personas que podría haber conocido nunca. Finalmente, está Alfred, mi mejor amigo, ese chico con el comparto noches de soledad, secretos, canciones, sentimientos, rarezas. Cuando vuelva a Pamplona al que más echaré de menos será él, en tan poco tiempo a conseguido ser super importante en mi vida, cuando estoy con él me siento como si le conociera de toda la vida, siempre siento que tenemos una conexión especial, esa conexión que solamente lo sientes con una persona, que puedes conocer a miles como ella pero siempre será tu punto débil. No se muy bien cuales son mis sentimientos hacia él pero lo que si que estoy segura es que una parte de mi corazón me la ha robado des de el mismo día que lo conocí en el aeropuerto. 

Un mensaje me sacó de mis propios pensamientos.

MENSAJE DE ALFRED

- Vienes está noche a mi casa te quiero enseñar algo

MENSAJE DE AMAIA

- Claro, ¿A qué hora vengo?

MENSAJE DE ALFRED

- Cuando tu quieras

MENSAJE AMAIA

- Ahora vengo


Después de media hora me encontraba en casa de Alfred tocando al timbre. Oí la voz de Alfred chillando que ahora venía a abrirme, ni siquiera me había fijado en lo que me había puesto, pero me daba igual igualmente nos íbamos a quedar en su casa. 

- Hola Amaix -dijo una vez que abrió la puerta, su pelo estaba húmedo y su camiseta un poco descolocada

- Hola -dije pasado hacia dentro- ¿Y tus padres? 

- Se han ido a cenar por ahí solos -dijo mientras cerraba la puerta y se colocaba a mi lado

- ¿Has cenado? -le pregunté al saber que estaba solo en casa

- No -se rascó la nuca- ¿Y tú?

- Tampoco

Se fue hacia la cocina y yo le seguí, abril la nevera y empezó a rebuscar, podía oír como estaba resoplando y movía cosas de un lado a otro.

- Hay un pequeño problema -dijo avergonzádose un poco

- ¿Qué pasa? 

- No me esperaba que vinieras tan rápido por lo tanto no tengo nada para cenar 

- Si quieres me voy y vengo más tarde -dije alejándome un poco 

- No no -dijo rápidamente- yo quiero cenar contigo pero no hay nada en mi nevera -esto lo dijo con voz de niño pequeño y hizo que me derritiera de ternura

El verano de nuestras vidas -ALMAIAWhere stories live. Discover now