Capítulo 19

419K 29.6K 4.6K
                                    

🦋

🦋

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


T E S S A N D R A

Me veo en el espejo y sonrío, he obtenido justo el aspecto que quería. Me puse uno de los vestidos de rayas que mamá hizo para mí hace tiempo, tiene dos líneas horizontales negras y gruesas en la curva de los senos y en la cadera, las demás son delgadas y en tonos cafés. Es un vestido digno para la ocasión, llevo también tacones bajos de color negro. Mientras me miro recuerdo vagamente a mamá sentada en una de las sillas del comedor con su máquina para coser frente a ella, tenía a su lado una bola llena de alfileres, Lili miraba cómo el aparato cosía conforme nuestra madre movía la tela del vestido.

Escucho que tocan la puerta dos veces, debe de ser Dan. Reviso que todo esté en su lugar una última vez y abro la puerta con una radiante sonrisa que es correspondida al instante.

El pelinegro lleva un pantalón oscuro de mezclilla y una camisa blanca, alza una ceja con picardía al verme y sonríe de lado. Puedo sentir cómo mis piernas se debilitan, no quiero dejar de mirarlo.

Extiende una mano que no dudo en tomar, su palma se une a la mía, entrecruza nuestros dedos y me da un jalón. Estampa su boca en la mía y me devora los labios como solo él sabe, rodeando mi cintura, pegándome a su pecho, saboreando mi sabor. Y no pienso en nada hasta que se aparta para que tomemos aire.

—Por cierto, te ves grandiosa en este vestido —dice con una extensa sonrisa—. Vámonos, mariposa, mis padres nos esperan.

El camino a su casa lo hacemos en un silencio que solo es interrumpido por las guitarras estridentes de Metallica, lo prefiero así porque los nervios me están carcomiendo el interior y no me agradaría escucharlo parlotear.

—¿Estás nerviosa? —pregunta al descender de la camioneta. Hago una mueca y afirmo con un susurrado «sí», mientras me acomodo el vestido y me tambaleo por mis tacones al contactar con las piedras, Dan pasa un brazo por mi cintura para estabilizarme—. Tranquila, solo son dos viejos y les agradas. Mi padre sabía desde el principio que éramos compañeros en la biblioteca, insistió en que eras una buena influencia para mí, estaba emocionado de que conviviera contigo.

Si ellos supieran... no estarían tan felices.

—Pero no me conocen —emito.

—Apuesto a que sí, papá investiga a todos, seguro te conoce más que yo —murmura con aire malhumorado.

Cierro los ojos fuertemente y mi corazón se acelera, tal vez me estoy dirigiendo a mi fusilamiento y yo no lo sé. ¿Qué si es una emboscada para desenmascararme frente a Dan? Debo calmarme o todos se darán cuenta de que quiero vomitar.

Aprieta mi costado y sonríe cálidamente.

—No tienes que temer, ellos te amarán tanto como yo.

Gardenia © ✔️ (TG #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora