Capítulo 39

376K 29.4K 8.7K
                                    

🦋

🦋

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


T E S S A N D R A

Siempre supe que mi vida no era normal.

Desde que era pequeña y un día mi padre se esfumó, también lo supe cuando mi hermana de casi ocho años empezó a sangrar por la nariz y tuvo que recibir quimioterapias. También lo tuve claro el día que conocí a Dan y puso mi mundo de cabeza. Pero ¿esto?

¿Un jodido traficante con su amiga drogadicta trabajando para un narcotraficante? Los minutos en los que me sostuvo fueron un infierno, afortunadamente la herida no fue nada serio, pero estoy segura de que me habría hecho daño si hubiera podido.

El oficial no deja de hacer preguntas estúpidas, diciendo que son parte de la rutina. ¿De qué nos sirve revivir esos momentos si ya saben toda la verdad? Quizá mi mal genio es que esos imbéciles me quitaron tiempo y siguen haciéndolo porque debo declarar antes de poder ir al hospital con mi hermana. Dan aprieta mi hombro todo el tiempo, jamás deja mi costado.

Gordon y Martha nos estuvieron espiando todo este tiempo, sabían que bailaba en The Garden, sabían dónde vivía y mis horarios, sabían que Dan y yo estábamos juntos. La chica confesó que yo era un obstáculo para obtener fondos, y Gordon quería vengarse de Dan, así que aceptó cuando Carlos —su proveedor— le pidió que me llevaran a Illinois, donde él me recogería.

En la mañana capturaron a Carlos en un restaurante de comida rápida, Martha y Gordon se enteraron y entraron en pánico al ver que su plan se iba al garete, así que optaron por secuestrarme y pedirle rescate a Dan.

Me acurruco en su cuerpo y me relajo en su pecho aspirando su olor mentolado, le susurro que lo amo y le doy las gracias. Él no dice mucho, sus brazos me rodean con firmeza, me aprietan contra él como cadenas.

Los dos serán juzgados, al igual que a Carlos, a quien se le acusa de tráfico de drogas, asesinatos, tráfico de mujeres, posesión de armas, entre otros tantos crímenes dando como resultado varias series de cadenas perpetuas. Ojalá nunca se escape porque estoy segura de que se vengará, seguro está maldiciendo mi existencia y la de los Adams en este mismo instante, pues fue el padre de Dan y su equipo quienes lograron capturar a Carlos junto a su grupo delictivo.

El policía dice que puedo ir a casa, pero no iré ahí. No, porque hay alguien que me necesita. Y yo la necesito a ella.

Salimos de la estación, maneja en completo silencio al hospital. Antes de cruzar el umbral del elevador, me detengo, aprieto los párpados y doy un respiro profundo. Siento que la tristeza comienza a apoderarse de mi cuerpo, luego siento su mano, así que lo miro. Me envuelve y me transmite su seguridad y calma.

—No sé si estoy lista —susurro en su camisa y sorbo por la nariz—. ¿Soy egoísta por quererla más tiempo a mi lado?

—No, no eres egoísta, eso significa que la amas —responde, acariciando mi cabello y repartiendo besos en mi sien—. Haz que todo ese amor te ayude a poder.

Gardenia © ✔️ (TG #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora