Capítulo 38

306K 28K 2.2K
                                    

🦋

🦋

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


T E S S A N D R A

Hace demasiado frío, llevo puesto un gorro de lana y botas para amortiguarlo. Me encamino a mi casillero para dejar los libros del día de hoy, después salgo de la facultad y me encamino a una de las bancas cerca del estacionamiento para esperar a Dan ya que iremos juntos con Lili. Esa es nuestra rutina, yo lo espero y ambos nos vamos al hospital.

Tarareo la canción que Mags estuvo cantando todo el día, me dejo caer en una banca, y observo a los estudiantes caminar de un lado a otro sin prestarme atención. La mayoría ya olvidó los incidentes del semestre anterior, algunas veces susurran cosas, pero intento ignorarlos por mi bienestar mental. De todos modos, no vivo para complacer a la demás personas, si estoy bien con los que amo me basta y me sobra.

Una chica rubia se detiene frente a mí, no la he visto desde aquel día. Su ropa descuidada me deja boquiabierta. Sus anteojos, demasiado gruesos, esconden a sus lindos ojos azules, y lo primero que pienso es que nunca la había visto con lentes. Creo que luce aún más linda sin toda la máscara de maquillaje que usaba, apoya su peso en un solo lado y aclara su garganta con timidez.

—Hola —dice tan bajo que solo sé que dijo eso porque leí sus labios.

La nueva jefa de animadoras y sus amigas pasan por su costado y la empujan, después sueltan carcajadas, Amber ni se inmuta. ¿Qué demonios le sucedió a esta chica? Sus pupilas están completamente apagadas.

—Hola —contesto.

Se queda en silencio durante lo que creo es una eternidad, pero no me atrevo a moverme ni a preguntar porque siento que es la primera vez que veo a la Amber de verdad. No hay rastro de la chica que conocí en aquella fiesta y que no podía mantener el equilibrio por culpa del alcohol, tampoco logro encontrar a la que elevaba la barbilla y retaba al mundo porque sabía que lo tenía en la palma de su mano. Solo veo unos ojos vidriosos que intentan tragarse el dolor, me veo reflejada ahí, las dos siempre estuvimos muy jodidas.

Agacha la cabeza y me impide seguir indagando en sus pupilas, pero alcanzo a ver que una gota resbala por su mejilla, una que arrebata con violencia. Jamás pensé que ella dejaría el orgullo.

—No sé qué decir —susurra.

—No hace falta que digas algo, ya lo he visto todo.

Sus comisuras tiemblan, esboza una sonrisa triste.

—Lo lamento.

Alza la frente y me mira directo a los ojos y comprendo que quiere decir muchas cosas, que está sintiendo otras tantas, pero también veo que no sabe cómo decirlas, no creo que pueda entender lo que está sintiendo. Luce destrozada, rota, parece que un fantasma está ocupando su lugar.

Gardenia © ✔️ (TG #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora