Capítulo Dieciséis

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La espera hasta que se acabe el concierto se me hace eterna. Lo sigo por la televisión del camerino, al igual que James, pero mi mente no está pendiente de lo que hace el cantante, aunque si hace otra locura me daré cuenta. Sigue haciendo comentarios al presentar algunas canciones y bromea con su público, no se puede negar que está entregado y está haciendo disfrutar a la gente que ha venido a verlo. No tengo ganas de hablar, por lo que me mantengo en silencio, mandándome mensajes con Nikolaj, que parece preocupado por mí y la situación, quiere venir, pero no le dejo, es algo que puedo solucionar por mí misma.

Agradezco que aún no esté aquí Sebastian, al menos de momento, porque así tengo el tiempo suficiente para pensar con claridad y analizar la situación en frío. Ha vuelto a hacer lo que ha querido, poniendo un foco de atención en mí, que no quería.

Sí, la idea de estar aquí, o vernos mejor dicho, había sido mía. Quería respaldar el comunicado, teníamos que parecer amigos. Pero no quería esto, para nada era lo que tenía planeado. Que me dedicase una canción en su concierto, por mucho que lo hubiera camuflado con una amistad; palabra que había remarcado demasiado, hasta el punto de resultar sospechoso, no era lo que me esperaba.

Lo único que tenía claro es que Sebastian Hiddleston se escapaba de mi control. No hacía lo que yo quería, o esperaba que hiciera, y eso me generaba demasiadas emociones que no me gustaban, unas a las que no estaba acostumbrada. ¿Tan difícil era ser correcto y acatar las premisas básicas de una relación de amistad?

Sé que esta improvisación de Sebastian va a ser noticia en la mayoría de portales web, si no lo es ya. Seguirá dando pie a los absurdos rumores del romance entre ambos. Ya me imagino cómo serán, todos alabando el espectáculo que ha dado y diciendo que su nueva conquista, es decir yo, había ido a apoyarlo, entre otros comentarios machistas que habría redactados que me pondría de los nervios.

Es que siendo sinceros, ¿quién se cree con todo lo que ha dicho que se refería a amistad? Porque yo no. Su tono había sido demasiado jocoso, como que se divertía diciendo eso, al igual que un niño antes de hacer una travesura. Además, por lo que había visto por la pantalla del palco en el que estábamos, estaba sonriendo al decirlo. Es que no tenía sentido, me había dedicado una canción de amor. Y sabía lo que hacía, porque la letra no podía ser más perfecta para definirnos, en el caso que hubiese una relación. Éramos muy distintos, y pese a eso podíamos ser lo mismo, tal y como decía la canción.

Suspiro, es que lo había hecho queriendo. Por lo poco que le conozco sé que había sido totalmente intencionado para generar algún tipo de reacción en mí, es que no era la primera vez que lo hacía.

En un intento de aliviar mi impaciencia, empiezo a hacer ruidos encima de la mesa con mis uñas, dando toques repetitivos. A cuanto más tarda, más nerviosa me pongo. Quiero acabar ya con esto.

La soledad de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora