Capítulo 10

17.8K 900 79
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El aire se cala entre mis huesos. Miro a cada lado del porche de casa tratando de desaparecer. El miedo se extiende por mi maldito cuerpo como si fuera un ser endemoniado a la espera de ser exorcizada. Regreso la vista detrás de mí. La imagen de mi padre, con esa cara de psicópata y esa sonrisa malévola, cruza por mi mente.

— ¡No hace falta que huyas, cariño! — grita, su voz clavándose en mi mente cual chincheta en un corcho —. De todas formas, no vas a volver a ser feliz en tu puta vida. Iré a por ti, mi amor.

Las lágrimas pasan por mis mejillas. Me llevo las manos a las orejas con la intención de tapar su voz, de ahuyentarla de mi cabeza. Mis piernas tocan el suelo. Termino arrodillada, más aterrorizada de lo que he estado nunca.

«Esto no está pasando. Es una puta pesadilla.»

— ¡Joder!





Me incorporo en la cama como un resorte. Abrazo mis piernas metiendo la cabeza entre ellas rezando por no haber soltado ni un maldito grito. Otra vez, lo mismo. Otra vez esa maldita voz, ese tono frío y cortante adentrándose en mis sueños.

Durante esta semana no había tenido ni una endemoniada pesadilla. Me sirvió para creer que se me estaba pasando, que el cambio de aires ayudaba a que no pensara en ello.

Las esperanzas te ilusionan. Te llevan al cielo y después te tiran desde la distancia más alta que consiguen. Siento mi cuerpo sucumbiendo a la presión de la caída. El pánico escarbando en mi piel, en mis huesos, buscando la manera de sustituirla por otra emoción que no me destruya tanto por dentro.

Unos sonidos se escuchan tras la puerta. Alzo la mirada y trago saliva. La cabellera pelirroja de Amber me da la bienvenida tras la tabla de madera pintada de blanco que se hace llamar puerta. Forma una sonrisa que poco a poco va flaqueando tras verme.

— ¿Estás bien? — pregunta. «No», quiero decir. No consigo ni siquiera fruncir los labios para intentar contestarle —. He escuchado unos gritos. Me he asustado y he venido a verte — se explica.

Quiero agradecerle por ser atenta y tratar de ayudarme. Por tomarse la tarea de venir a ver cómo estoy a pesar de que seguro quedaba tiempo para despertarnos y largarnos. Sin embargo, lo único que consigo es aclararme la garganta, forzar una sonrisa y fingir que todo está bien.

— No pasa nada — susurro, sus ojos escanean cada parte de mi rostro. El corazón me bombea dulzura. Hacía tiempo que no sentía esto en alguien que no fuera Dylan o Skylar. Incluso con Thiago —. Ha sido una pesadilla.

— ¿Quieres hablar de ello? — interroga, sus cejas se juntan como si la proposición tuviera más énfasis con ello. Me agarro más a las sábanas de la cama. Estoy más cansada que nunca.

¡No me beses! (U.D.S.#4)Where stories live. Discover now