Capítulo 24

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Era extraño, cualquier cosa que llegué a pensar sobre cómo actuaría Chad fue totalmente diferente a lo que realmente ocurrió. No me había sentido más descargada, sin un peso sobre mi espalda, hasta ese día tumbada en el sofá con él. Me preparaba para que me dijera que era demasiado, que tenía que digerirlo todo.

¿Digerir el qué?

Ni siquiera sabía qué se tiene que digerir con estos asuntos. Supongo que no se trata de digerir sino de reaccionar. Cuando me imaginaba a Chad mirándome después de contarle todo, veía compasión, tristeza, empatía. Odiaba y sigo odiando esa mirada, después de tanto tiempo, no me gusta que me traten como una muñeca que pueden romper con solo tocarla, con solo mencionar el nombre de mi padre.

Pero, en su lugar, se fijó en mí con tanta admiración, tanta devoción, que las lágrimas siguieron saliendo durante minutos y minutos. Me abrazó durante todo ese tiempo recordándome que era una chica increíble, que era enormemente valiente y que me admiraba por ello. Que era admirable.

Él me admiraba. No sabía para nada la clase de persona rota que era, que seguiría siendo y que sería toda mi vida. Él se encargaba de que las piezas de mi corazón se pegaran, nunca quedaría como al principio pero tenía el don de hacer que no sufriera por ello. Me hacía sentir bien incluso con el corazón roto.

Eso también me obligó a llorar, era imposible no hacerlo cuando sabía que, a pesar de que me dijera todas esas increíbles palabras, jamás conseguiría estar con él. Terminé durmiendo, como la última vez, en el sofá. Esta vez, sus brazos me envolvieron, se encargaron de cuidarme aunque era yo la que iba a cuidarle a él. Fue tan perfecto y tan sumamente amargo a la vez. Un sabor agridulce.

Era incluso deseable. Pero imposible después de todo.

— ¿Estás preparada? — son las primeras palabras que escucho de Lynn al entrar a mi habitación con su precioso vestido negro, uno diferente al de la otra vez pero que, igualmente, le queda espectacular. Reconociendo que su mejor combinación con su cuerpo es el negro, me volteo sobre mis pies para terminar de mirarla.

Con un escote de palabra de honor, ajustado y marcando su estrecha cintura que se abre en un mínimo vuelo que hace que sus piernas parezcan interminables. Más aún con esos preciosos tacones que la hacen subir varios centímetros. Por no hablar del poco maquillaje que se ha puesto y que la hace lucir la chica más hermosa de la habitación.

Había venido a casa in preguntar siquiera con la excusa de que tenía que salir adonde fuera pero estar lejos de casa. No tenía ni idea de dónde vivía pero no se veía bien. Así que, como consecuencia de mi mal humor también, habíamos terminado preparándonos para salir adonde fuera que el viento nos llevara.

En principio, un par de copas y música a toda leche, nos venía bien a ambas.

Parecía que todas estamos mal, menos Amber. Pero a ella no la veo y tampoco hablaba con ella desde hace casi una semana. Es extraño pero, cuando yo quedo con Chad en su habitación por las tardes para hablar sobre la canción —y sobre muchas otras cosas—, ella se encuentra en el apartamento, o al menos eso me dice ella. Y cuando yo me quedo para terminar mis trabajos, ella se iba.

¡No me beses! (U.D.S.#4)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ