Capítulo 3

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 POV ALFRED

Estamos en la clase de yoga, he conseguido pasar los primeros días, he aguantado más de lo que pensaba, quizás porque he conseguido evitarla todo el tiempo.

Estamos todos sentados en el suelo en una colchoneta y nos piden que nos tumbemos. Lo hago sin poder estar tranquilo, aunque quiero estarlo, necesito mucho esta clase para que me ayude a seguir sin que la maldita presión en el pecho aparezca.

-Ahora quiero que cerréis los ojos. Hace dos días os cambio la vida, ahora quiero que penséis en otro momento que cambio también vuestra vida, ese momento que provocó un click que lo cambio todo.

Entonces cierro los ojos con fuerza y pienso en aquel día en que todo acabo, pero me doy cuenta de que hay otro momento anterior que provoco todo los que luego sucedió, ¿si no la hubiera conocido? Y sin darme cuenta, estoy de nuevo allí, plantado delante de ella y de Javi mirándola a los ojos y sintiendo una conexión al instante, una conexión que terminaría provocándome el mayor dolor de mi vida.


-Ella es Amaia, mi hermana-dice señalando a una chica morena que la acompañaba, mentiría si dijera que no me había fijado en lo guapa que era, pero no lo suficiente, porque algo me había llamado la atención de golpe, sus ojos, sus ojos que me miraban fijamente que hizo que mi cuerpo temblará.

-Encantado-digo con una sonrisa y veo como ella también me sonríe pero algo sonrojada y eso me hace sonreír aun más.-¿Lo estáis pasando bien?

-Claro tío, has estado increíble.

-Gracias, ¿Por qué no subes y te tocas algo?

-No, ya sabes que yo solo en ocasiones especiales. Pero estoy intentando convencer a mi hermana. Ella canta y toca el piano de lujo.

-Me encantaría verlo, vamos-digo queriendo tirar de su mano pero veo que se aleja un poco.

-No, no...

-¿Por qué?

-Se muere de vergüenza-dice Javi sacándome una sonrisa.

-Bueno pero otro día si ¿no? Si se queda un tiempo estoy seguro de que terminará cayendo, aquí todo somos compañeros, nos gusta la música la disfrutamos y a eso venimos. Nadie va a criticarte. Me gusta este lugar por eso, aquí cada uno enseña su música, muestra su manera de sentirla. Cada uno la sentimos de forma distinta.

-Que razón tienes colega-dice Javi y veo como ella asiente.

-Otro día.-responde con una sonrisa y yo le devuelvo la sonrisa.

-Te tomo la palabra. Pero si quieres empezar por algo mas pequeño, mañana estaremos unos amigos en la playa del Prat, una guitarra, el agua, la arena y buena compañía, por si queréis apuntaros.

-Yo mañana estoy ocupado, pero tu Amaia puedes ir.

-No se yo...

-Te voy a dar mi número por si te lo piensas, de verdad estoy seguro de que vas ha pasarlo bien -en realidad no lo sabia, pero por algún motivo tenia una necesidad increíble de convencerla de que viniera.

-Lo pensaré-dice recogiendo mi número y yo la miro, sin tener mucha esperanza de que ese encuentro se fuera a dar.

Me levantó rápidamente cuando siento esa sensación de ahogo tan familiar, y sin decir nada salgo corriendo hacia el baño, encerrándome allí, dejándome caer en el suelo intento recuperar el aliento, intentando frenar esto que siento. Pero entonces las imágenes de aquella noche, la segunda vez que la vi, cuando ya pensé que ese día no llegaría, la noche de las estrellas, la noche en que me di cuenta de que ella había llegado a mi vida para quedarse, esas imágenes se agolpan en mi cabeza haciéndome caer a un precipicio del que ya no fui capaz de salir.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora