Capítulo 17

1.1K 80 4
                                    


 POV AMAIA

Decido irme a la sala de piano para ensayar un poco de piano, la verdad es que desde que llegue apenas había tocado nada y no quería perder lo que había aprendido.

Estoy concentrada en tocar cuando escuchó un golpe, cuando levanto la cabeza allí esta él en la puerta, cuando abre y entra dentro enseguida me levantó.

- ¿Quieres usar el piano? Yo me voy...

-No.

- ¿Quieres que ensayemos?

-Quizás luego, ¿Por qué no sigues tocando? Claro si no te importa que yo...-dice nervioso y yo sonrió feliz de poder compartir la misma sala con él, y encima con un piano por medio.

Vuelvo a sentarme y empiezo a tocar, nada en concreto, él enseguida se acomoda en uno de los taburetes y lo veo disfrutar de la música de la manera tan especial, tan suya de hacerlo.

Entonces empiezo a tocar Mireia, una canción que ambos conocíamos, de las primeras que cantamos juntos y que al él le sorprendió que yo conociera. Cuando levanto la mirada veo como se sorprende con mi elección, pero entonces empiezo a tocar y veo su mirada limpia y pura, esa que siempre me había gustado y que aquí aún no había logrado ver. Escucho como empieza a hacerme las segundas voces y volvemos a meternos en nuestro mundo disfrutando de la música, disfrutando de estar juntos de nuevo sin la sensación de lejanía que últimamente había entre los dos.

Pero entonces la puerta vuelve a abrirse y entran Ana y Roi por la puerta haciendo que los dos salgamos de nuestro mundo, cortando esa conexión de golpe.

-Hola chicos, ¿estáis ensayando?

-No.

-Oh pensábamos que sí, queríamos veros. ¿Hacedlo una vez más por nosotros? -dice Ana y ambos nos miramos, no hace falta decir nada cuando lo veo como se acerca hacia el piano y colocándose en su lado, cerca, demasiado cerca de mi, pero a la vez tan lejos.

Empezamos a cantar y a tocar de nuevo y otra vez es como si estuviéramos solos. No puedo evitar mirarlo en todo momento, poniendo como excusa que es parte de la interpretación, pero hace tanto que no puedo disfrutar de su cercanía que no puedo evitar aprovecharla para mirarlo fijamente para darme cuenta de que el chico del que me enamoré sigue ahí, aun algo dolido, pero sigue ahí y eso me hace sonreír. Llega el momento del glisando y me pongo nerviosa cuando siento como se acerca mucho y me mira con intensidad a los ojos. Siento como todo mi cuerpo se pone en alerta, como todos los pelos se me erizan y solo es un segundo, pero parece que el mundo se haya paralizado y me siento tan atraída por sus labios, que cuando vuelve a su sitio tras hacer el glisando y me doy cuenta de que he perdido la oportunidad, me frustro, tanto, que entro tarde pero enseguida enlazo con él y seguimos mirándonos y tocando juntos hasta la última nota. Entonces escuchamos a Ana aplaudir como loca.

-Madre mía chicos, cada vez os sale mejor. Va a ser increíble en la gala-dice y yo lo miro, pero él esta con la cabeza agachada sin duda con mucha vergüenza como cada vez que alguien le dice algo bueno.

-Gracias Ana-digo con timidez mientras me separo de él porque el calor que sale de su cuerpo me está poniendo muy nerviosa.

-Será mejor que nos vayamos ya, creo que están preparando un juego en la habitación y si no estamos todos no se hace-dice Ana casi sacándonos a rastras de allí y yo no puedo dejar de mirarlo mientras me da la sensación de que él aparta la mirada de mi todo el rato. Lo dejo pasar y vamos todos hacia la habitación a ver si así consigo quitarme esta sensación de encima antes de hacerme ilusiones por algo que no va a volver a pasar, aunque siento las mismas mariposas de los primeros días que nos conocimos, esos días en los que  poco a poco conseguí ir conociéndolo.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora