Capítulo 34

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POV AMAIA

Hoy me he despertado un poco descompuesta con el estómago. Esperaba que hubiera sido algo que me hubiera sentado mal la noche anterior, porque no quería ponerme enferma y menos esta semana que me toca trabajar sola y eso es una motivación pero también una mayor responsabilidad.

Salgo a desayunar con el resto y lo veo allí sentado con una sonrisa pero cuando me ve entrar enseguida se levanta.

-¿Cómo estás?

-No muy bien, estoy con el estómago malo. Tengo diarrea.

-Tendrás que avisar.

-Ya, tenía esperanza de que solo me hubiera sentado algo mal, pero parece ser que no es así.

-¿Necesitas algo?

-No gracias-digo mirándole con una sonrisa mientras me dirijo hacia el mostrador de recepción para avisar se lo que me pasaba.

Al final tengo gastroenteritis, lo que no quería, me golpea de repente. Tenía que hacer una dieta blanda y las clases del día no iba a poder hacerlas, si mañana estaba mejor volvería a dar clase. Por supuesto, nos aconsejaron que tuviéramos cuidado sino queríamos acabar todos igual y eso me hizo sentirme sola durante toda la mañana.

Cuando las clases de por la mañana acabaron y todos iban a la ducha o a preparar sus cosas, yo ya estaba comiendo para cuándo llegará el momento de ellos yo ya lo hubiera hecho. Los veía pasar uno a uno hablando de como había ido las clases y yo me sentía fatal hasta que llega Ana, Aitana y Miriam y se acercan para preocuparse por mi, sacándome una sonrisa aunque estaba echa una mierda.

-Mejor, aunque he vuelto a hacer caca-digo como un bebé.

-Verás como es cosa de poco tiempo y mañana ya notarás mejoraría-dice Aitana-tengo que irme a duchar luego hablamos-dice con una sonrisa y todas se van dejándome sola de nuevo, pero entonces siento una presencia detrás de mí y no tengo que girarme para saber qué es él.

-¿Cómo estás?-pregunta sin duda con preocupación.

-Estoy mejor de verdad-digo medio mintiéndole para que no se sienta mal.

-¿Segura?

-Si, verás como mañana ya estoy perfecta.

-Eso espero-dice acercándose y dejando un beso en mi mejilla y me encojo, no porque me moleste el beso, solo porque tengo que oler fatal y además no quiero que se enferme.-Yo voy...a coger número para la ducha-dice dirigiéndose hacia la zona de los baños y he visto molestar en su cara, y eso me ha dolido, solo espero poder explicarle porque lo he hecho antes de que la bola se haga más grande, no quiero que ninguna duda vuelva a separarnos.

En cuanto acabo de comer voy a buscarlo pero está en la ducha, decido esperarlo en la habitación, la verdad es que estaba bastante cansada por no haber podido pegar ojo en toda la noche. Cierro los ojos y tuve que quedarme dormida, porque siento como alguien me acaricia suavemente la frente y eso hace que despierte.

-Hola-digo con una sonrisa cuando lo veo allí sentado en mi cama mirándome con una sonrisa.

-Hola dormilona, te has quedado dormida.

-¿Mucho?

-Lo justo para dejarme comer. ¿Cómo te encuentras?

-Mejor, creo. Alfred yo...quería disculparme por la de antes...

-No se a que te refieres-dice intentado sonreír pero sé que sabe perfectamente  a qué me refiero.

-No es por nada de lo que piensas. Solo no quiero que te pongas malo tu también, además...debo de oler fatal -digo con vergüenza y lo veo reírse.

Nos volvemos a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora