Capítulo 43

1.1K 84 4
                                    


POV ALFRED

Hemos llegado Aitana, Nerea y yo hace ya un rato, pensé que Amaia llegaría con nosotros pero no lo ha hecho,  la verdad es que estaba nervioso por verla y ver que pasaba, cual era su reacción.

Había estado tentado con llamarla durante todo el día de ayer, pero preferí no hacerlo para darle ese margen, para que esa distancia, esa separación momentánea nos ayudará a ambos a darnos cuenta de como estábamos.

A mí me había servido para darme cuenta de lo que la iba a echar de menos cada vez que estuviéramos separados, y sabía que si todo iba bien eso iba a darse demasiadas veces.

Tenía miedo, claro que lo tenía, pero si de algo me había servido este día separados es para darme cuenta de que la quiero tanto o más que la primera vez. Y ahora, me sentía con más fuerzas para luchar, ahora no iba a dejarla escapar tan fácilmente, aunque el miedo se apoderara de ella, voy a estar ahí, voy a estar ahí demostrándole que esto que tenemos es único, que no vamos a poder encontrarlo en otro lado, y que juntos y solamente juntos podemos llegar a ser felices.

Escucho voces y salgo de la habitación esperando que sea ella. Cuando llego a la cocina y la veo allí contenta contándole cosas a Nerea y a Aitana, una sonrisa aparece en mi cara mientras a paso ligero me acerco hacia el grupo. Cuando ella me ve, sonríe mientras corre hacia mi gritando mi nombre.

-Alfred-dice apretándome contra ella, escondiendo su cara en mi cuello el cual no deja de besar haciendo que mi piel sienta un cosquilleo. La abrazó con fuerza mientras yo también beso una y otra vez su cuello y su hombro, demostrándole con este abrazo todo lo que le había echado de menos.

Cuando nos separamos me sorprende que me agarra por el cuello y me besa en los labios, de una forma tan inocente sin dejar de sonreír con la cara roja de la vergüenza mientras nuestras compañeras la pican. Le agarro de la mano y ayudándola con todas sus cosas vamos hacia la habitación, tenía ganas de contarle todo lo que había echo pero sobre todo quería saber cómo había estado ella, aunque lo importante, su reacción al verme, vale por mil palabras que pudiera decirme.

Acabamos la noche todos juntos viendo la gala, no nos hemos separado desde que llegamos pero habíamos estado todo el tiempo rodeados por nuestros compañeros contándonos que habíamos hecho en este día. Pero aún así, no nos habíamos despegado en ningún momento, estábamos más cariñosos que nunca y eso me tranquilizaba y me daba las fuerzas necesarias para aguantar un poco más antes de poder por fin estar a solas, teníamos mucho de que hablar y estaba muriéndome por hacerlo.

Se hace muy tarde cuando por fin acabamos de ver todas las actuaciones y llega el último. Entonces todos decidimos irnos a dormir y aunque yo me muero por saber, la sigo sin decir nada porque puedo ver el cansancio reflejado en su cara.

Nos desvestimos, nos ponemos el pijama y voy a irme a dormir a mi cama cuando ella me agarra de la mano tirando hacia la suya, y yo me dejo hacer.

Nos tumbamos en la cama y ella enseguida se pega a mi cuerpo, como siempre hacia cuando dormíamos juntos.

No tardamos mucho en quedarnos dormidos, supongo que por la emoción tan fuerte que hemos vivido estos días.

Me despierto un poco desorientado sin saber muy bien donde estoy, cuando recuerdo donde estoy una sonrisa aparece en mi cara y la busco enseguida, pero no esta. Toco la cama y esta fría sin duda hace mucho que no esta. Miro el reloj y son las 2.36, salgo de la cama y voy en su búsqueda. Me la cruzo en el pasillo hacia la habitación, cuando me ve no puede evitar soltar un pequeño grito sin duda se ha asustado, no esperaba encontrarse a nadie despierto, en realidad ni si quiera ella debería estar despierta a estas horas.

Nos volvemos a encontrarWhere stories live. Discover now