Panamá

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Pov Valentina

Panamá, playa, sol, arena, mi novio y mis amigos, nada podía salir mal. No podía creer en el hotel que estábamos, era hermoso, de otro mundo, quería que el tiempo pase lo más lento posible y disfrutar de estos días libres en este lugar. Obviamente lo primero que hice fue tirarme a tomar sol, no había nada mas lindo que estar así de relax. Pasamos la tarde entre besos y abrazos con Marcos, también charlando y pileteando con Meli, Fausto y Facu.  A la tardecita fuimos a merendar todos juntos, y se notaba que todos querían ir a sus habitaciones a dormir, el viaje y las escalas nos fusilaron, y ni hablar lo agotados que estábamos de haber pasado todo el día en el sol, y los chicos que jugaron torneo de voley ni me imagino, —sin duda eso de los deportes no es lo mío— pensé y reí internamente. 

  — Mi amor vamos a dormir, no veo la hora de tocar la cama y no levantarme hasta mañana. — Me susurro Marcos al oído. Asentí con la cabeza y dándole un beso en la mejilla, nos despedimos de los chicos y partimos rumbo a la habitación. 

Prepare la bañera con sales y velas aromatizantes, necesitaba relajarme y bajar un poco de la exaltación de estos días, el mudarnos de ciudad a ciudad, de país en país, era realmente cansador, no te alcanzabas de acomodar en un lugar que ya teníamos que irnos a otro lado. Sin dudas la gira era hermosa, pero también tenia sus contras. 

Puse una lista de spotify en mi celular, y no tuve mejor idea que poner una depresiva. Mientras me relajaba, me puse a pensar todo lo que me había esforzado para estar donde estoy, y todo lo que posiblemente tenga que hacer para seguir creciendo, para poder cumplir mis sueños, lo iba a intentar... aunque fracasara mil veces en el intento, pero no me iba a quedar de brazos cruzados. Lo que más me conformaba de todo esto, de todo lo que hice, fue que conocí personas hermosas en el camino, que no estuvieron desde el principio pero estaba segura de que estarían en el final. Ni hablar de mi familia, siempre me apoyaron, eran mi pilar en todo eso. Siempre alentándome a seguir adelante cuando bajaba los brazos, presentes en cada momento, dándome un consejo, abrazándome, bancandose mis enojos y berrinches, eran todo. 

—  Como los extraño...  quisiera que estuvieran acá conmigo— susurré para mi misma y al mismo tiempo me quitaba las lagrimas que caían por mis mejillas. 

Sali del baño más triste que nunca, y lo único que quería era un abrazo y que me digan que todo este bien. Al salir, observe a mi novio que dormía profundamente, estaba cansadisimo, pobre. No quise molestarlo, decidí que era mejor salir a tomar un poco de aire y volver más tranquila a dormir. 

Desde que salí de la habitación sabia que este era el lugar indicado para tranquilizarme y conseguir la paz que necesitaba en estos momentos. Me senté a orillas del mar, mirando la luna llena que iluminaba todo el lugar, el suave viento despeinaba mi pelo y no me importaba en absoluto, estaba sumida en la  tranquilidad del lugar y recordando todos los momentos vividos con mi familia, extrañándolos cada vez más. 

Habían pasado varios minutos, incluso puede ser una hora, cuando sentí que alguien se sentaba al lado mío.

  — Vos tampoco podes dormir pedee?— me dijo Mike, quien se encontraba con el pelo húmedo, como si hubiera salido de bañarse. 

— Ey mugroso, para nada.. me agarro la melancolía, y quise venir acá a descargarme un poco— reí, al mismo tiempo que limpiaba mis lagrimas. 

 —Eh Valu, que anda pasando? quieres contarme? sabes que tengo unas orejotas para escucharte, también sé un par de chistes, muy malos, pero que seguro te harán reír, o como última opción, unas manos muuuy grandes, que te harán cosquillas hasta que no puedas más—   Dijo mientras me abrazaba fuerte, con sus brazos rodeándome por completo. Reí al escucharlo, sin dudas sabía como hacerme sentir mejor con sus boludeces o abrazos. 

Como estábamos en una posición incomoda, abrazandonos de costado, decidí sentarme sobre sus piernas y me acurruque contra el hueco de su cuello. 

  — Extraño mucho a mi familia. —  Solté. 

Me apretó más contra el, y me susurro — Con que eso te tiene así eh.. no sabes cuanto te entiendo, es la parte más fea de nuestro trabajo, no poder estar con ellos, disfrutar del día a día, pero  son gajes del oficio pedee, tenes que pensar en que ellos están orgullosos de vos, de todo lo que lograste, y no hace falta decirlo creo.. pero que te estan apoyando desde Argentina, y te van a seguir siempre, ya sea que vayas a Panamá, México, Hollywood o la Quiaca... Pero también tenes que entender, que Sergio y Nadia necesitan vacaciones de vos mugrosa, sos una pesada y caprichosa, y Luciana debe estar feliz usando toda tu ropa. —Se rió con ese ultimo comentario, haciéndome reír con el, obviamente le pegue un codazo por su mal chiste. Este era Mike, siempre atento y en los momentos donde uno más lo necesitaba, y nunca perdiendo su gracia, transmitiendo seguridad y alegría. 

  — Si serás tarado eh, jajaja. 

Continuamos abrazados, me acurrucaba más a su pecho por la brisa que soplaba, no hacía frió pero tampoco estaba para estar de vestido a orillas del mar. Hundí mi cabeza en su cuello, aspirando su aroma. — Sigue usando el perfume que le regale.— Pensé para mi misma, y sonreí en su cuello. 

Mike acariciaba mis brazos, mi pelo, mi espalda, transmitiéndome toda la paz del mundo, haciendo que todo mi cuerpo se relaje y que mi mente se despeje.  

 — Gracias mugroso—  susurre sacando mi cara del hueco de su cuello, mirandolo a los ojos fijamente. 

— Bonita, no tienes que agradecerme nada, lo único que quiero es verte bien. Sabes que siempre puedes contar conmigo para lo que necesites, siempre voy a estar para ti, ya sabes, me llamas, me escribes una carta, me chiflas y yo estaré allí. —  Dijo a la vez que acariciaba mi cara y me mostraba esa sonrisa autentica de él, que me transmitía  que todo lo que me estaba diciendo era verdad.

Apoye mi frente con la suya, nuestras narices se acariciaban mutuamente, un beso esquimal. Y le susurre — siempre estas para mi cuando lo necesito, y sabes que aunque seas un poquito mucho pesado, siempre voy a estar para vos también, si? te quiero mugroso. —

Se rio de mi comentario, y me contesto —yo también pede, y mucho.—

Continuamos un rato más abrazados, mirando la luna y apreciando el paisaje que teniamos frente nuestro. 

  — Bueno, creo que ya es hora de que vayamos a descansar pesado, mañana nos espera un largo día de playa y voley para otros. —  Dije, haciendome referencia a él. 

Nos levantamos, nos sacudimos la arena y cada uno tomo rumbo para su habitación. Nos despedimos agitando las manos, nos sonreimos mutuamente, y cuando atraveso el pasillo lo perdi de vista.

Llegue a mi habitación, Marcos seguia durmiendo profundamente, me acoste a su lado y antes de caer profundamente dormida, pense en mi familia y en las palabras de Mike, inmediatamente sonrei.  — Michael Ronda sos un pesado, no puedo creer que molestes hasta mis pensamientos.. espero que este mugroso nunca se vaya de mi vida, siempre esta presente para mi, solo buenos recuerdos tengo con él y espero seguir recolectando muchos más a lo largo de los años. Lo necesito cerca de mi, en el rol que sea, pero conmigo.  — pensaba.
Y recordando los momentos con Mike caí profundamente dormida.



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Otro one shot, espero sus comentarios con sus opiniones al respecto. Si les gusto y quieren compartirlo💜
Saludos a todos, y buena semana.

One shots MichaentinaWhere stories live. Discover now