Los sueños son una parte de la muerte.

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Capítulo 3: Los sueños son una parte de la muerte.

Narra Ruby:

La cabeza me iba a estallar. Eso fue lo primero que sentí cuando finalmente logré abrir los ojos. Me hallaba en la enfermería acostada sobre una de las tantas camillas que había en dicho lugar.

La luz que entraba por la gran ventana situada en unos de los extremos de la estancia me molestaba de tal manera como si de  una horrible resaca se tratara pues la ya blanca sala hacía que toda la luz emanada desde dicha ventana reflejara aún más. Al incorporarme volví a sentir el mismo mareo que había sufrido momentos atrás provocando que volviera a cerrar los ojos fuertemente intentando que cesara. 

Cuando al fin fui capaz de volver a abrir los ojos pude divisar que había alguien dormido en una silla justo a mi lado. Me sentí confusa a la vez que extrañada al ver de quien se trataba pues no era ni más de menos que James Potter.

De repente despertó. Se incorporó lentamente sobre su silla como si calculase cada uno de sus movimientos. James se veía somnoliento a la vez que preocupado y eso me desconcertaba aún más ya que no comprendía exactamente que hacía Potter en aquel lugar junto a ella.

Una vez el gryffindor se hubo percatado de que había despertado, me quedé en absoluto silencio pues realmente no sabía que decir. No tenía palabras en aquel momento para expresar lo que sentía ya que su presencia me había dejado tan sorprendida que para ser sinceros no estaba segura de saber hablar ni mucho menos de saber que decir.

Mi mente iba a mil por hora mientras el susodicho me miraba directamente a los ojos como si intentase ver a través de mi mirada lo ocurrido aunque siendo sincera ni yo misma sabía que había pasado realmente pues me sentía confusa a la vez que una oleada de palabras invadían mi mente, la cual aún estaba intentando procesar toda la información que había obtenido unas horas atrás y, la presencia de Potter no ayudaba a dilucidar mis pensamientos.

-¿Cómo te encuentras?- fue lo primero que James dijo aún sin despegar su mirada de la mía

-Creo que bien...¿Qué ha pasado?- me sorprendí del hecho de que mis labios lograran articular palabra alguna pues todavía me encontraba exhausta y, por un momento la cálida mirada de James logró hacerme sentir de una forma de la que nunca jamas hubiera previsto.

-Esperaba que tu me lo dijeras- su tono era extraño pues nunca antes había visto a James con un deje de preocupación sobre mi persona y eso me desconcertaba de una forma casi inhumana- te encontré en el suelo desmayada mientras tus muñecas sangraban y no pude dejarte allí así que te traje a la enfermería.

Me quedé en silencio mientras intentaba absorber toda esa información pues una parte de mi estaba asustada y eso me avergonzaba. Las visiones que anteriormente había tenido nunca me habían dañado físicamente, siempre habían aparecido en forma de sueños mientras dormía. Aunque citando las palabras de mi padre: Los sueños son una parte de la muerte.

-¿No me vas a contar que ha pasado?- dijo interrumpiendo mis pensamientos- ¿alguien...alguien te ha hecho esto?

-No lo se James...-¿de verdad lo había llamado por su nombre? Pensé mientras bajaba la mirada- No se que ha pasado, ni siquiera recuerdo nada de lo ocurrido. Lo único que se es que me dirigía hacía el gran salón y de repente estaba en la enfermería

-Tranquila- fue lo único que James dijo después de lo que parecieron unos eternos segundos. Se puso de pie acomodándose el arrugado uniforme con el fin de estirarse ya que parecía que llevara mucho tiempo sentado en aquella silla

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Tres días

-¿Y has estado conmigo los tres días?-James nervioso se pasó una mano por su alborotado cabello mientras se giraba para volver a mirarme

-No te creas tan importante, no lo he hecho por ti sino por Albus- de repente cambió su expresión mostrando su usual sonrisa pícara -eres la única chica fuera de mi familia que habla con el idiota de mi hermano, si a ti te pasara algo es probable que viera a Albus de camino al altar con Malfoy

-Eres un idiota- dije fulminándolo con la miraba ante aquel comentario. Genial James Potter ha vuelto-además tu hermano tiene novia y gente que le quiere por como es, no por lo que dice y aparenta ser.

James soltó un gruñido mientras sus mejillas se tornaban de rojo debido a la ira que inundaba su cuerpo.Nunca lo había visto de ese modo ya que a él siempre se le podía ver con una sonrisa arrogante dibujada en su rostro mientras se dedicaba a gastar bromas, especialmente a los slytherin.

-¿Estas diciéndome que aparento ser alguien que no soy? ¿insinúas qué me lucro de mi apellido? No sabes nada...- pude distinguir un deje de dolor en su mirada, hecho que provocó que me sintiera miserable- eres como todos los demás- y dicho esto salió de la enfermería dejándome de repente con un nudo en el estómago. Me sentía horrible pues mi intención no era hacerle daño y, por primera vez en mi vida debería buscar a Potter para pedirle disculpas.

***********

Habían pasado como dos horas desde que había salido de la enfermería bajo la mirada preocupada de la señora Pomfrey y aún no había encontrado a Potter ya que parecía que la tierra se lo había tragado pues no había rastro de él por todo el castillo. Exhausta y muerta de hambre decidí ir hacía las cocinas pues un hambre feroz había invadido mi cuerpo.

Cuando llegué al sótano localicé una pintura de un cuenco de frutas, al acariciar a una pera esta comenzó a reír provocando que la entrada hacía las cocinas de abriera. 

Al entrar vi a James sentado en una silla bebiéndose lo que parecía ser un café. Sentí como mi corazón bombeaba sangre fuertemente, tan fuerte que hasta creí que todos los presentes en la sala lo escucharían. No sabía el porqué de dicha reacción, pero si sabía que tenía que ser fuerte y hablar con él.

Caminé con paso decidido hasta llegar a su lado sentándome junto a él. Mi presencia le pilló por sorpresa ya que pude distinguir su asombro dibujado en su mirada. Su semblante serio me intimidaba pues estaba acostumbrada a discutir con él pero jamás había dejado de sonreírme incluso cuando McGonagall nos castigaba a limpiar la sala de trofeos y eso en el fondo me dolía.

-Lo siento- posé mis ojos en su humeante café ya que no me sentía capaz de mirarlo a los ojos, aquellos ojos que horas atrás hacían expresado tal sentimiento de preocupación que no había sabido agradecerlo como se merecía- no pretendí decir todas aquellas palabras, estuvo fatal y fue muy cruel...entiendo que no quieras perdonarme pero...

-No importa- me interrumpió girándose para mirarme fijamente a los ojos- se que no pretendiste decir todas aquellas palabras y en el fondo debo reconocer que me lo merezco

-James se que no te lucras de tu apellido y se que aunque tu y yo no nos llevemos del todo bien no significa que no aprecie que eres un buen chico a pesar de ser un poco narcisista, egocéntrico, arrogante...muy gryffindor para ser sinceros- James soltó una carcajada relajando el ambiente

-Yo tampoco creo que seas como los demás- se pasó la mano por su desordenado cabello para después volver a mirarme- creo que eres una chica increíble a pesar de ser insoportable, sabelotodo, vengativa...muy slytherin para ser sinceros

-Me lo merezco- reí mientras sentía nuevas sensaciones. Tal vez James Potter no era un idiota como llevaba toda su vida creyendo

-Oye Ruby- nos miramos por primera vez en años sonriendo, sin insultos ni castigos por medio- ¿Tregua?

-Tregua.



Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)Where stories live. Discover now