Hogar dulce hogar.

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Foto: Rose Weasley.

Capítulo 13: Hogar dulce hogar.

Narra Albus.

El inframundo, también conocido como infierno, Hades o Erébo. Un lugar que para muchos es símbolo de dolor, sufrimiento y tortura mientras que para otros es simplemente un lugar de paz, el fin de un camino,de una trayectoria, o de toda una vida.

Cuando logré abrir los ojos sentí unas terribles nauseas a la vez que luchaba por mantenerme de pie pues en ese momento todo me daba vueltas. Los viajes sombra si que eran el verdadero infierno. Una vez que mi vista se hubo dilucidado pude contemplar como ante mi se alzaba un enorme castillo de infinitas habitaciones, tantas que conllevaría toda una eternidad poder contarlas.

Ruby me miró fugazmente y sin pensarlo dos veces abrió la enorme puerta de manera maciza que conducía al interior del castillo. La morena se adentró hacía el interior y, por su forma de hacerlo supe que no era la primera vez que visitaba aquel sitio. Se notaba que aquel siniestro lugar era el reflejo de una parte de su alma. Pero eso no me asustaba ya que Ruby era mi amiga, era parte de mi vida al igual que lo era este destino que algún día se impondría en mi camino. Pero así era la vida y así era Ruby, ella era vida aunque no lo supiese y en ese instante estaba seguro que James también lo sabía por la forma en la que la miraba, como si no hubiese nadie más allí,como si Ruby fuera la única.

Eso me molesta, sentía como un nudo en la garganta me ahogaba hasta tal punto que me avergüenza reconocerlo. James lo tenía todo en la vida, era popular en el colegio al igual que con las chicas, también era el mejor capitán de quiddich que Hogwarts había tenido en mucho tiempo, cabe añadir que también era carismático y bromista y todo eso hacía que todo el mundo quisiera estar alrededor de James Potter, mientras que yo era todo lo contrario y, lo único que me diferenciaba de James era que él no había logrado quitarme a Ruby.

Por otro lado, aquellas fotos seguían acaparando gran parte de mis pensamientos. El por qué esos adolescentes eran iguales a mi mejor amiga y a mi hermano era algo que me inquietaba, y el hecho de que Ruby dijera de ir a ver a su padre solo hacía que dicho sentimiento se incrementara.

Tal vez Ruby sabía que de alguna forma que la imagen de esos chicos era más que una simple coincidencia y que seguramente querría respuestas de la única persona en este mundo que podría darselas: el Dios Hades, su padre.

Ruby siguió caminando por aquel interminable castillo hasta llegar a un gran salón el cual tenía en el fondo una enorme chimenea y, frente a ella un elegante sillón de cuero negro. En aquella estancia se podían divisar numerosos lujos pertenecientes a distintas épocas históricas, parecía un vertedero lleno de lujos y riquezas que iba aumentando su aforo con cada alma que llegaba.

-¿Pero que tenemos aquí?- dijo un hombre de mediaba edad que parecía salido de entre las sombras- si es mi pequeña y dulce Ruby.

El Dios Hades poseía unos enorme y expresivos ojos negros exactamente iguales a los de su hija, su oscuro cabello estaba perfectamente peinado hacía atrás y su sonrisa reflejaba arrogancia al mismo tiempo que suficiencia.

-Hades-dijo Ruby con el semblante firme

-Veo que bienes acompañada de dos jóvenes mortales- dijo Hades ignorando el todo frío de su hija- aunque supongo que tu visita se debe a que quieres algo de mi que piensas que puedo darte

-Eres un dios, sabes la razón por la que estoy aquí

-Y entonces sabrás que no puedo decirte nada- Hades caminó mientras miraba fijamente a James sin prestarle atención a su Ruby- hay normas hija mía que no se pueden quebrantar

-¿Y desde cuándo te importan las normas y mucho menos, desde cuándo te importa lo que diga Zeus?- por el tono que usaba Ruby supe que estaba a punto de perder los estribos por lo que decidí que la mejor opción sería intervenir

-Si fuera tan amable de decirnos que sabe usted de las fotos que había en la cámara- en un choque de miradas con el dios del inframundo supe que la había cagado hasta el fondo

-Albus Potter- dijo acercándose sinuosamente hacía mi- el hijo del gran Harry Potter, sé quien eres y también se que este otro- señaló a James- es tu hermano James Potter así que joven mortal cuéntame porqué ostentas esos sentimientos tan corrosivos había tu hermano.

James me miró extrañado mientras yo simplemente me limitaba a mirar al dios. Supe que Ruby también me observaba no obstante me mantuve firme, no podía dejar que creyeran que la acusación de Hades hacía mi persona era cierta, aunque realmente lo fuera.

-¿Desde cuando trabajas con magos Ruby?- se giró poniéndose cara a cara con la susodicha

-Desde que quiero que respondas a la pregunta de Albus, Hades

-No puedo responderte a algo que tu ya sabes

-Pero...- comenzó a decir cuando de repente Hades desapareció entre las sombras dejándonos ahí parados en aquel frío salón.

Nos miramos durante unos breves segundos sin mediar palabra. Sentía la miraba de James clavada en mi espalda como si de cuchillos se tratara. En ese momento no podía moverme del sitio pues sabía que James exigiría una explicación y yo no estaba seguro de poder darsela.

-Ruby- dijo una chica un poco mayor que esta cuyo cabello consistía en una mitad color negro y en la otra mitad blanco

-Melínoe qué...

-No tenéis tiempo- dijo para que Ruby la dejara continuar. Se veía inquieta- yo mandé al fantasma que te contó lo que la profecía porque nadie quería que lo supieras

-¿Saber qué?

-Ruby el mal está por llegar y tus ojos son su reflejo, cuanto más rojos sean más cerca estarán y tu menos tiempo tendrás. Debes pelear Ruby, no puedes dejarte vencer otra vez, James y tu no podéis dejaros vencer de nuevo, romped la maldición que os ata y venceréis de una vez por todas...





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-¿Dónde se supone que habéis estado?- regañó Rose nada más aparecernos de nuevo en los campos de Hogwarts- ¿Ruby?

Cuando fui capaz de reaccionar, pude ver a Ruby tirada en el suelo a la vez que sangraba por su nariz, había perdido la conciencia y yo no sabía que hacer. Por un momento todo fue silencio a mi alrededor, podía ver por las expresiones de James y Rose que me gritaban algo, se veían asustados y nerviosos temiendo por la vida de Ruby la cual parecía tan vulnerable como lo había sido años atrás. Ansiaba esos años.

-¡Albus reacciona!- y fue con el grito de mi hermano con el que de golpe salí de mi trance. Tomó a Ruby entre sus brazos manchando su camisa desangre, mientras Rose se quitaba su túnica con el fin de colocarla encima de la morena la cual parecía estar muerta

-¡Suéltala!- me interpuse a James el cual se disponía a llevar a Ruby al castillo

-¿Pero que diablos te pasa Albus?- pude ver el desconcierto en los ojos de James- quítate de mi camino

-¡Albus vasta ya, no ves que se está muriendo!- saltó la pelirroja con los ojos inundados de lágrimas, su miedo a perder a su mejor amiga era tan fuerte que sabía que sería capaz de lanzarme una maldición si con ello lograba ayudarla- deja que James lleve a Ruby a la enfermería antes de que sea tarde, en ese momento es más importante su vida que vuestras disputas fraternales

-Tu también Rose, también estas de parte de James- dije mientras sentía como la ira se hacía con el control de mi cuerpo así como de mi mente

-Estoy de parte de que mi mejor amiga sobreviva- Rose amenazante levantó su varita hacía mi con el semblante firme dispuesta a pelear- James llévatela antes de que sea tarde- y dicho esto James confuso asintió para luego salir corriendo camino a la enfermería con Ruby

-Querida Rose Weasley, has despertado al mal. 

Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)Where stories live. Discover now