Ignatius Spot.

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Feliz Navidad a todos! Antes de que comencéis a leer me gustaría que supierais que la frase que Ruby recuerda y que Ignatius Spot le dice no es producto mío sino que la frase pertenece a la serie de Élite (la dice Valerio en la temporada 2), lo demás es todo mío.

Espero que os guste y que disfrutéis de este capítulo.

Por cierto, he iniciado otra historia la cual es protagonizada por Albus Potter y coprotagonizada por varios personajes más, algunos producto mío.


Capítulo 25: Ignatius Spot.

24 horas antes.

En unas horas todo habría terminado y su corazón podía sentirlo. Su mente iba a mil por hora y realmente no sabía el por qué de su angustia. Sabía lo que quería pues siempre lo había sabido ¿pero cuál era la diferencia esta vez? En el fondo sabía la respuesta a esa pregunta que había estado rondando su mente durante días, no obstante intentaba ahogarla como fuera. 

Ruby miró su cabello, perfectamente sujeto a una coleta baja. Su vestimenta al igual que su maquillaje se veía inmaculado. Todo estaba perfecto por fuera, sin embargo la sensación de quemazón en su pecho le recordaba el error que estaba a punto de cometer, y una inquietante sensación se instauró en ella: ¿qué diría su hermano? Albus y Scorpius probablemente no podrían volver a perdonarla y Rose seguramente negaría la realidad para finalmente derrumbarse en un mar de lágrimas y resentimiento. Nunca más volvería a verles, ni siquiera volvería a saber nada de ellos. En unos años tampoco podría verles con el orgullo de presenciar su graduación, verles crecer como personas, verles amar y ser amados y finalmente verles olvidarla y eso era algo que le entristecía.

Y luego estaba James. Ella nunca habría pensado amar a alguien tan incondicionalmente como lo amaba a él y, por mucho que se esforzara en olvidarlo y sobre todo odiarlo, era incapaz de hacerlo. Había aprendido la lección: nunca ames a alguien que te haga sentir ordinario. Y es que con James siempre había sido así y ella nunca había sido capaz de darse cuenta hasta que finalmente había sido demasiado tarde y su corazón, desprotegido e indefenso ya le pertenecía a él. Para James ella había sido una más, una con quien divertirse mientras estaba con su chica ideal, la pelirroja de sus sueños.

Con ese último sentimiento se levantó de la silla que había frente a su tocador. Se acomodó la coleta para que ningún cabello se escapara y pintó sus labios de un fino rojo carmesí. Ella siempre fue de colores oscuros, de esos que cuando te los pones pareces imparable.

Salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí a la vez que ignoraba a su mente la cual le gritaba que huyera de ahí, que lo que estaba haciendo era erróneo y que seguramente se arrepentiría después. La sensación de asfixia la golpeó nuevamente, esta vez mucho más fuerte que la anterior, Ruby no era como ella.

Con su vestido blanco hasta las rodillas caminó lentamente con la mirada fija al frente, su mente iba rápido pero no lo suficiente, tenía miedo y el dolor le impedía ver con claridad. 

Estaba a punto de llegar a su destino cuando de repente alguien tiró de ella haciéndola entrar a una habitación la cual estaba cálidamente iluminada por una chimenea.

Ruby, confusa, levantó la mirada para encontrarse a Ignatius Spot el cual la miraba fijamente. Su semblante estaba serio pero cuando la chica lo miró sonrió dulcemente para a continuación abrazarla. Ruby respondió al abrazo sintiendo la calidez que esté le transmitía, cerró los ojos involuntariamente aferrándose al rubio. Anhelaba el contacto humano. 

-¿Qué haces aquí?- Ruby se separó lentamente mientras seguía observando al chico sin saber realmente la intención de este. Sabía que Ignatius era hijo de Hermes y por lo tanto no era bienvenido en ese lugar

Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)Where stories live. Discover now