Instantes.

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Capítulo 24: Instantes. 

48 horas antes 

Una vez que tú corazón está roto ya nada vuelve a ser igual. Puedes volverte a enamorar, una y mil veces, pero ya no será lo mismo. Siempre encontrarás la manera de recordar cuán dolor sentiste una vez, cuánto pudiste llegar a amar a alguien incondicionalmente. Pues el amor es así, unas veces se gana y otras se pierde y esta vez Ruby había perdido. 

Cada vez que cerraba sus oscuros ojos miles de imágenes inundaban su mente. Recordaba cada momento que había pasado con James, recordaba la primera vez que lo había visto en su primer año y como este la había interceptado en su retorno en su quinto año. Recordaba cómo casi habían estado a punto de besarse durante el baile de navidad y como finalmente lo había hecho cuando creía que lo perdía. Es irónico cómo la vida te cambia en un instante. Por ello necesitaba poner fin de una vez por todas a todo lo que le rodeaba pues necesitaba escapar del abismo donde su mente se hundía.

-¿Estás segura?

Esas dos palabras fueron suficiente para que el vello de Ruby se erizara. La morena asintió lentamente ignorando a su corazón ya que su mente es la que siempre debería haberla guiado, no su corazón. Nunca antes había estado tan segura de algo. Aún así, miró hacía atrás como si algo o alguien fuera a impedírselo pero tras ella solo habitaba la más mísera ausencia, el más mísero silencio que se burlaba en su cara manifestando su poca capacidad para ser amada. Y eso dolía.

En la actualidad.

En la enfermería el cuerpo de Ruby se iba consumiendo poco a poco. Sus mejillas ya habían perdido su rojizo habitual y la piel bajo sus ojos se había oscurecido tanto que ya parecía no haber esperanza alguna para la joven. Era cuestión de horas. 

James acababa de salir de la enfermería. Con el corazón en la mano caminaba sin rumbo por los corredores de Hogwarts, no le apetecía ver a nadie pero sabía que tenía una tarea pendiente desde hacía mucho tiempo. 

Por primera vez en meses el destino decidió jugar a su favor pues al girar la esquina la vio. Vio el principal causante de su desolación, la razón por la cual Ruby había huido, pero no podía echarle la culpa a ella pues el primer causante de todo el dolor de Ruby era él.

Clarisse sonrió radiante al reconocerlo. Su melena lucía impoluta como de costumbre y su uniforme no portaba ni una simple arruga. Todo en esa chica parecía perfecto, no tenía defecto alguno sino que el único defecto residía en él por no ser capaz de amarla.

-Clarisse- dijo nada más estuvo a su altura. La chica lo miró emocionada ya que desde su última pelea el castaño no le había dirigido la palabra- tenemos que hablar.

La pelirroja lo miró confundida y con paso titubeante lo siguió hasta un pasillo poco transitado. El corazón de James latía fuertemente debido al mal sentimiento que tenía instaurado en su pecho, amaba a Ruby y también un día lo había hecho a Clarisse. La pelirroja lo miró fijamente a los ojos como si a través de ellos pudiera observar cada uno de los pensamientos del chico. 

-Eres una chica increíble…-comenzó diciendo tratando de sonar lo más delicadamente posible. No quería dañarla ya que el cariño que una vez sentiste por alguien es algo difícil de olvidar

-Pero vas a terminar conmigo ¿Verdad?- James la miró sorprendido, realmente ella sí parecía haber leído sus pensamientos. El gryffindor estaba realmente sorprendido pues era como si la chica que había delante de él hubiese descifrado cada uno de sus sentimientos convirtiéndolos en simples palabras.

Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora