La reaparición de la mejor amiga de Albus provocó que la vida de ambos hermanos Potter cambiara por completo.
Los secretos y el por qué de la huída de Ruby serán desvelados poniendo a prueba la amistad, la lealtad, el valor...así como el amor.
Aco...
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Vestido de Ruby.
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Vestido de Rose.
Capítulo 7: Baile de Navidad.
Desde la pelea que tuvieron James y Albus, Ruby no había salido de su habitación debido a que no quería encontrarse con nadie ni mucho menos le apetecía entablar una conversación. Sentía que todo su mundo se tambaleaba y no solo por los hermanos Potter sino también por lo que le había dicho aquella niña en el pasillo. Todavía no sabía por donde debía comenzar, solo sabía que el mal se acercaba y ella estaba ahí parada sin hacer nada, sin saber que hacer.
Miró la espada que le había dado la niña aquel día en el pasillo sintiendo al tomarla entre sus manos un inmenso poder. El calor como si de una corriente eléctrica se tratara recorrió cada parte de su cuerpo, cada milímetro la extremecía. La espada había sido forjada por el mismo fuego del inframundo y eso le hacía sentirse en casa pues le recordaba a su hermano así como al resto de sus amigos. No cabía duda de que quería volver aunque solo fuera durante un segundo.
Escuchó como alguien tocaba la puerta con suavidad, con rapidez escondió la espada bajo su cama mientras se preguntaba quien sería ya que ella no tenía ninguna amiga perteneciente a la casa de Slyterin pues para esas chicas Ruby era la rara, la que gritaba en sueños y la que siempre escondía algo. Era la chica con más secretos que nunca podrías imaginar. Pero así era Ruby, ella era única a su manera.
-Adelante- dijo lo suficientemente fuerte como para que la otra persona la escuchara. Al abrirse la puerta de su dormitorio, Ruby pudo divisar una melena bastante conocida para ella -¡Rose!- exclamó feliz de verla- ¿qué haces? Tu no puedes estar aquí- la pelirroja sonrió mientras cerraba la puerta tras de si. Se sentó en la cama junto a Ruby
-Scorpius- se limitó a decir provocando que una sonrisa surgiera en su bello rostro. Sin dudas, Rose Weasley era una chica preciosa
-¡¿Que qué hago aquí?!- exclamó Rose- hoy es el baile de navidad y antes de que digas nada te obligo a ir.
A Ruby se le había olvidado por completo el baile aunque aún habiéndolo recordado no habría ido de todas formas ya que tenía cosas más importantes por hacer como por ejemplo quedarse en su habitación sola sintiendo como su vida iba de mal en peor.
