A contrarreloj

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Capítulo 26: A contrarreloj.

-Pero qué mierda te pasa- escupió Ignatius Spot con desdén. 

James Sirius se encontraba sujetándolo con firmeza por el cuello de su camisa sintiendo como la rabia se apoderaba de él y como el transcurso del tiempo hacía que la situación no mejorara ante el silencio del slytherin. Por cada segundo transcurrido menos esperanza había para Ruby y eso era algo que el mayor de los Potter no estaba dispuesto a tolerar.

-Habla- ordenó el Potter con firmeza.

Habían estado horas y horas en un interminable interrogatorio en el cual solo habían logrado sonsacarle al semidiós un mero: tal vez.

-¡Ya basta!- el grito de Rose hizo que los cuatro chicos quedarán inmóviles. La pelirroja avanzó lentamente hacia su primo- suéltalo, no merece la pena- le dijo con pesadumbre. James lentamente soltó el agarre y con una última mirada de rabia se alejó del Slytherin.

Albus miró de reojo a Scorpius el cual se encogió de hombros. Ninguno sabía qué hacer para que Spot dijera todo lo que sabía y parecía ocultar tras sus interminables silencios. 

Albus se acercó a Rose la cual tenía lágrimas en sus azules ojos. Su nariz estaba roja y eso fue suficiente para que el azabache se diera cuenta de que su prima estaba aguantando el llanto acumulado durante todos estos días, la gryffindor intentaba ser fuerte pero poco a poco se iba derrumbando. Respiró resignado llevándose una mano a la sien, dolía. 

-Sabes Spot- empezó a decir rompiendo el silencio de los vestuarios. Había sido difícil interceptarlo estando solo al final del entrenamiento de quidditch pero finalmente el destino había jugado a su favor- conozco a Ruby desde los once años, ella siempre ha sido muy reservada en todo lo que se refiere a…digamos " sus relaciones sociales". Estoy seguro de que tú la conoces incluso mejor que yo, que todos nosotros me atrevería a decir, pero eres un Slytherin y por lo tanto eres astuto y no vas a decir o hacer algo que te meta directamente en problemas, sino que eres más de jugar con la gente, manipular, pero no me malinterpretes, yo no te juzgo, yo soy igual que tú...

-¿Pero qué haces?- le susurró Scorpius con los nervios a flor de pie. No podían cabrear a la única persona que podía darles alguna pista de lo que estaba pasando. 

Albus ni siquiera miró a su mejor amigo, siguió hablando haciendo caso omiso a su alrededor. Para él solo estaban Ignatius Spot y él. 

-... Entiendo que no nos quieras decir que ocurre, yo tampoco lo haría si fuera tú, pero es de Ruby de quién estamos hablando- Albus hizo una pausa saboreando la amargura de sus propias palabras- ella fue la primera persona a la que realmente amé, pero también fue la primera que me enseñó el dolor y la desolación de perder a alguien querido pero sobre todo ella me ha enseñado el verdadero significado de la amistad

  >> Si a mí me ha enseñado todo eso, sé que a ti también. Ruby es luz y si dejas que ella se apague todo se sumirá en oscuridad y ya no nos quedará más que el sabor amargo de poder haber evitado que ella se apagara. 

Y dicho esto Albus se giró dispuesto a marcharse de aquel maloliente lugar. Cada una de las palabras que había dicho seguían resonando en su mente provocando cierta sensación de náuseas. No obstante, cada una de las sílabas que había articulado habían salido de su corazón con la convicción de estar haciendo lo correcto para ayudar a Ruby. El brillo en la mirada de Ignatius se había ido apagando con cada palabra de Albus y esto no había pasado desapercibido para el azabache pues como él mismo había dicho, él era como Ignatius, un Slytherin dispuesto a todo por ayudar a su mejor amiga y si eso implicaba manipular psicológicamente a Spot lo haría. 

Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora