Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)

Pelea.

Capítulo 33: Pelea.

-¿Cómo te encuentras?- Ruby se giró de golpe para descubrir que trás ella se hallaba James Sirius Potter vestido aún con su uniforme de quidditch. Estaba sudoroso y algunos mechones de su cabello estaban pegados a su frente. Ruby supuso que vendría de entrenar

-Supongo que bien- dijo la morena con simpleza volviendo a posar la mirada sobre las serenas aguas del lago negro las cuales parecían ser del más fino cristal

-Conmigo no tienes que hacerte la fuerte- Ruby se sorprendió por tales palabras. Inconscientemente miró a James el cual estaba realmente serio- ese tío se estaba pasando contigo, es normal que estuvieses asustada...

-No estoy asustada- lo cortó bajando la mirada de forma automática. Odiaba reconocer la verdad, pero tampoco podía evitar pensar que tal vez si James y sus amigos no hubieran aparecido posiblemente ella habría lanzado el hechizo contra Ignatius

-Mientes- afirmó acercándose a Ruby. Se agachó hasta quedar a su altura contemplando sus finos rasgos. Su piel era suave y tersa y su mirada lo contemplaba sin tratar de ocultar su nerviosismo. James no pudo evitar perderse en la oscura y atrayente mirada de la joven, por un momento sintió la necesidad de besarla, sin embargo se obligó a sí mismo a no hacerlo pues al fin y al cabo era la mejor amiga de su hermano pequeño. Tomó su cara entre sus manos para obligarla a mirarlo a los ojos, su corazón latía tan fuerte que tuvo miedo de que se rompiera- se que tienes ganas de desahogarte

-No es cierto…- su voz se quebró de golpe al ver la cálida mirada de James. Sus labios formaron una tranquilizadora sonrisa la cual le provocó un vuelco en el estómago

-Ven- y dicho esto y, sin esperar respuesta, James abrazó con fuerza a Ruby quien simplemente se mantuvo estática sin saber muy bien qué hacer. Ansiaba esos brazos, pero no se esa forma. No por compasión

-No necesito tu compasión- soltó con simpleza sintiendo como la frustración que le provocaba esa situación se apoderaba de ella  

-Lo se, por eso he venido- Ruby lo miró sin tratar de ocultar su curiosidad- he pasado por aquí porque me preguntaba si estarías interesada en salir conmigo algún día

-¿Cómo una cita?- inquirió extrañada contemplando como el gryffindor imitaba su postura sentándose él también en el suelo sin despegar su vista de la de Ruby

-No tiene por qué ser una cita, salvo que tu lo quieras en cuyo caso estaría más que interesado...y eso si, tú tendrías que hablar con Albus, no quiero que me lance alguna maldición por salir con su mejor amiga

-Ya veo…- Ruby no pudo evitar sonreír viendo cómo el rompecorazones, pero leal James Potter había hecho acto de presencia. Recordó la primera vez que lo vio en su quinto año, con su usual cabello despeinado y su uniforme arrugado de gryffindor, no pudo evitar sonreír con tristeza al recordar sus palabras cargadas de ego: “llegados a este punto te enamorarás de mí”, probablemente el Potter se reiría de ella si supiera que había acertado de lleno

-¿Entonces qué me dices?

-Me temo que no- para sorpresa de Ruby, el semblante de James no se transformó ni una pizca, seguía igual de sonriente y despreocupado que siempre

-En ese caso me quedaré contigo hasta que cambies de opinión- confesó el león con una amplia sonrisa dibujada en su rostro- ¿qué estabas haciendo?¿magia negra? ¿Tal vez lanzando alguna maldición?- Ruby soltó una inevitable una carcajada ante las desfachateces del gryffindor

-¿Por qué das por supuesto que estaba practicando magia negra?- inquirió divertida. James se pasó una mano por su cabello fingiendo pensar

-¿No es lo que soléis hacer los slytherin?- James alzó una ceja a la espera de que la chica dijera algo