Insurrección (James Sirius Potter Y Tú)

Salvando a Albus. Parte 1.

Capítulo 18: Salvando a Albus. Parte 1.

Dolían, los pies dolían con cada paso dado. Parecía que el bosque prohibido no se iba a acabar nunca, que el horizonte se expandía con cada paso que daban y que el infinito ahora era más infinito y los limites se hacía cada más imposibles de superar.

Scorpius lanzó una fugaz mirada hacía donde se encontraban James y Ruby lo cual le provocó que una una sonrisa divertida se dibujara en su rostro al ver como ambos se encontraban enzarzados en una pelea verbal. El rubio supuso que tal vez se debía a que James estaba ya cansado de tanto andar por un bosque que parecía no tener fin.

-Hey, mirad allí- exclamó Rose a la vez que señalaba con su dedo indice hacía lo que parecía ser una carretera muggle. Sorprendidos, los cuatro adolescentes se dirigieron corriendo hacía la carretera, tal vez si encontraban alguna señal podrían saber donde se encontraban exactamente. Nada más poner los pies sobre la calzada, Ruby fue la primera en hablar:

-Es antigua

-¿Cómo lo sabes?- inquirió James algo desconcertado por tal afirmación analizando cada tramo de la calzada

-Por el estado de la carretera, hay baches y grietas y además por la cantidad de hierba que hay en el arcén diría que por aquí lleva años sin pasar nadie

-¿Y qué hacemos?-preguntó Scorpius y, por su tono de voz se podía apreciar su preocupación a leguas de distancia- No quiero volver al bosque, de hecho no quiero volver a pisar ese bosque en mi vida

-No nos queda otra que seguid por la carretera, si hay una carretera muggle significa que también hay muggles por aquí cerca o...al menos eso espero- Ruby sonrió algo incomoda ante las miradas carentes de esperanza de sus amigos.

Sin mediar más palabra entre los cuatro salvo pequeñas fugaces miradas,pasaron las horas y la carretera no se acababa, no había ningún cartel que dictara algún desvío hacía un área de servicio o incluso hacía un pueblo. En aquella desolada carretera no había ni el más mínimo rastro de población alguna.

Al medio día, el día se empezó a tornar oscuro, los nubascos había empezado a agruparse y amenazaban con una fuerte tormenta. El viento había empezado a moverse y azotando el rostro de los cuatro con cada vez más fuerza indicaba que la tormenta venía de camino de hecho, estaba cerca.

-Eh...chicos- dijo Scorpius mirando hacía el cielo nada más hubo cesado el estallido de un trueno que había retumbado sobre sus cabezas

-Nos va a caer una buena- dijo Rose algo preocupada – y lo peores que...¡qué diantres es eso!- un taxi con matriculación de Nueva York surgió de lo que pareció ser la nada. Al volante iba una persona que por la forma en la que conducía parecía que iba de todo menos sobria ya que daba la sensación de que se iba a estrellar en cualquier momento contra cualquier árbol que rodeaba la carretera.Conforme se iba acercando se empezaron a divisar la presencia de dos siluetas más hasta que finalmente el vehículo de manera brusca se detuvo frente a los cuatro chicos dejando a ver a tres ancianas de cabello rojo cual fuego

-¿Desde cuándo operáis fuera de Nueva York?- soltó Ruby nada más verlas con una deja alzada en señal de sorpresa, esto hizo que James, Rose y Scorpius se miraran entre sí algo desconcertados

-Pues verás la economía marcha mal y...- empezó a decir una de ellas, no obstante fue detenida por el golpe que le propició la otra anciana que iba al volante

-Vamos sube al taxi- empezó a decir la mujer que había golpeado a la otra- a no ser claro que prefieras mojarte y con este tiempo seguramente enferméis y...eso es algo que no podemos permitir por supuesto- la mujer sonrió falsamente y, durante un mero instante Ruby dudó. No obstante, a pesar de sus dudas y de sus muchas preguntas acerca de la verdadera razón por la cual esas tres ancianas estaban fuera de Nueva York decidió subir al vehículo seguida de los otros tres los cuales contemplaban la escena algo confusos, tal vez esa confusión se debía al aspecto físico de las hermanas aunque ese sentimiento no mejoró cuando nada más subirse al taxi vieron que los cinturones de seguridad eran nada más y menos que cadenas. Ruby soltó una carcajada al ver la cara de desconcierto que tenía Rose.