Capítulo 10.

17K 750 5
                                    

NARRANDO LEDRA.

Trago saliva, él se aleja y vuelve a subir a la moto, vuelve a lucir su radiante sonrisa, es tan oscuro, tan extraño.

— ¿Qué pasa? ¿Sorprendida? —Pregunta luciendo su increíble sonrisa de chico malo.

— No, bueno si, un poco. —Respondo nerviosa.

— Entra en casa, espero a que lo hagas.

— ¿Por qué? —Pregunto.

— Porque no sé si ese hombre sigue detrás de ti.

Asiento con la cabeza, camino hasta la puerta y me detengo, él tiene el casco puesto pero no deja de mirarme, me hace un gesto con los dedos y termino entrando. Me quedo apoyada en la puerta, consigo desprenderme del aire que me faltaba cuando él se acercó a mi.

— Después te quejas de que no te levantas pronto para ir a clase, si llegas tarde es normal. —Dice Lorenzo riendo.

— Cállate. —Se ríe.

— Lorenzo, echemos otra partida. —Le dice Matías.

—Vosotros sois los menos indicados para hablar —Se ríen.

— He actuado como un hermano, no me presiones. —Me rio.

Mi padre me da un beso, yo me hago un sandwich para cenar.

NARRANDO DANIEL.

Jesús me envía un mensaje, quiere que vaya a casa de Raúl, voy directamente saltándome algunos semáforos para llegar antes, necesito una maldita borrachera.

— Al fin te sueltan. —Me dice Raúl cuando me ve entrar.

— Me han tenido más tiempo por la maldita pistola.

— No jodas ¿Te la han quitado? —Pregunta Jesús.

— No iban a dármela después de todo. —Me río— Conseguiré otra.

— Elige la que quieras. —Dice Raúl.

Saca unas cuantas y las coloca encima de la mesa, empiezo a reír, las cojo todas para observarlas.

— Anabel trae algo de beber para Dani. —Le dice a su hermana.

— Una cerveza. —La miro.

— Para nuestro invitado lo que sea. —Sonrío.

Camina moviendo las caderas, sabe que me enloquece que lo haga, que me provoque así.

— Aquí tienes. —Me la da.

— Gracias. —Muerde su labio.

La observo, ella hace lo de siempre, se marcha antes que yo cuando ve que todos están borrachos, seguidamente voy detrás de ella, me espera en el pasillo sin camiseta y empiezo a reír. Agarro su cintura subiéndola encima de mi, rodea mi cintura con sus piernas, entramos besándonos chocándonos con todo, la tumbo de golpe en la cama, beso su cuello hasta bajar por sus pechos, ella clava las uñas en mi cuello mientras jadea.

— Esto se ha vuelto manía. —Jadea nuevamente.

— No te confundas —Digo mordiendo su labio— esto es solo sexo.

— Lo sé, se que eres un chico complicado. —Ríe.

—Sabes solo lo que yo quiero que sepas.

— No me importa.

Me desabrocha el botón del pantalón y eso me hace reír, agarro sus muslos con fuerza, ella se estremece mientras le quito las bragas. Me pongo el preservativo y entro en ella, inclina la cabeza hacía arriba soltando un intenso gemido, muerdo su labio al mismo tiempo que la embisto con rapidez, clava sus uñas en mi espalda, me muevo cada vez más rápido al ritmo de sus gemidos y gritos. Beso su cuello, ella desliza su mano por mi espalda, termino dándole una embestida mucho más rápida y fuerte, ella grita y deja caer sus manos a la cama, seguidamente hace lo mismo con sus piernas cuando ambos llegamos al orgasmo que nos empuja al clímax.
Me pongo el pantalón, voy al baño para lavar mi rostro ya que estoy bastante sudado, bajo mi camiseta, ella me mira desde la cama luciendo una risa pícara.

— Me enloqueces. —La miro.

— Eso es malo —Cojo mi cazadora.

— No me importa. —Ríe y muerde su labio con fuerza.

— Me piro —Digo riendo— Ya nos veremos.

— No es justo, después de esto siempre te vas.

— No duermo con nadie, eso es de idiotas.

— Quédate —Dice acariciando la cama.

— Tu hermano es mi colega, ya bastante tiene con que me esté acostando contigo sin que él lo sepa. —Me rio.

— ¿Te consideras malo por esto? —Pregunta.

— Nunca me he considerado alguien bueno, pero no quiero seguir hablando, me piro guapa. —Le lanzo un beso.

Salgo de allí, bajo las escaleras, todos ríen, están bastante borrachos, termino uniéndome a la fiesta. Al día siguiente volvemos a casa, nuestros padres adoptivos están furiosos conmigo y con él.

— Has estado arrestado, nosotros hemos estado preocupados por ti y cuando sales no pasas por casa para decirnos que estas bien. —Ataca mi madre adoptiva.

— No es la primera vez y si, estoy genial.

Cojo una manzana, Jesús también se lleva una buena charla por no decir que iba a pagar la fianza.

— Has sacado el dinero de la fianza de tus negocios ¿Cierto? —Pregunta nuestro padre adoptivo.

— Efectivamente, es lo único que tengo. —Responde Jesús.

— Siempre quisimos conduciros por el buen camino. —Murmura ella.

— Mamá —Me acerco— Ya es demasiado tarde para conducirnos por ese camino que dices, acepta que no somos hijos perfectos, nos adoptasteis demasiado tarde para remediar nuestros malos pasos.

— Aún podéis dejar esa basura. —Insiste nuestro padre.

— Lo dices tan fácil, se nota que no sabes nada de esto. —Suspiro.

Entro en mi habitación, mi padre llama a la puerta pero no consigue entrar por el pestillo, me doy una ducha rápida, seco mi pelo y me visto para irme con Jesús a por el dinero que le deben varios estudiantes, él se niega a dejar de venderlo, en realidad dan muy buenos beneficios. Ambos subimos a la moto, cuando llegamos él empieza a pedir el dinero.

— En este momento no lo tengo. —dice un chico.

— Lo consigues o le digo a tus papis que su querido hijo compra esta mierda. —amenazo.

De repente ella pasa por mi lado, una de sus amigas la empuja y ella me mira.

— Ledra, te está mirando. —Le dice su amiga.

— Así que Ledra —Bajo de la moto.

— Lástima que te hayas enterado. —Dice cortante.

— Al contrario —Me rio— ahora se como se llama la niña mandona, gritona e irritante.

— Vete a la mierda. —Murmura.

— Que agradable estás por las mañanas, además de bonita. —Sonrío.
Me mira molesta, agarra sus libros con fuerza y sigue caminando.

— Hey, niña mandona. —Se gira.

— ¿Ahora qué? —Pregunta.

— Una cita —Alza la ceja.

— En tus sueños.

Me acerco a ella, puedo notar como se pone muy nerviosa, deslizo los dedos por su mejilla derecha para apartar el mechón de pelo que le cubre el rostro.

— Me la debes y quien sabe, quizás hasta te lo pasas bien —Murmuro mirando sus labios.

Nuestro amor es animal. Where stories live. Discover now