Capítulo 51.

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NARRANDO DANIEL.

Miro a Jesús, inclino la cabeza hacía arriba bastante indeciso, Jesús me mira y alza la ceja.

— Ya hablaremos. —Le digo a Ezequiel.

— Parecías decidido ¿Algo te hace pensarlo?

— Lo primero que a ti no te importa y lo segundo es que en mi vida no se mete nadie ¿Estamos? Pues adiós.

CUELGO.

— ¿Y? —Pregunta Jesús.

— La propuesta que me hizo, quería saber mi respuesta.

— Eso lo he deducido solo ¿Qué tienes pensado?

— Es una propuesta excelente.

— Muy peligrosa, ahora debes pensar también en Ledra.

— Ledra —Suspiro— yo lo sé Jesús, pero esta es mi vida, no puedo cambiarlo de la noche a la mañana.

— A mi me gustaría salir de esta mierda pero los dos sabemos que decirlo es fácil pero hacerlo no.

— Ya, eso debe entenderlo ella.

— Llevamos en esto desde muy pequeños —Le miro— sabemos que el que ha querido salir no ha salido muy bien.

Pongo las manos en mi nuca, inclino la cabeza nuevamente hacía arriba y encojo los hombros. No puedo dejar de pensar en Ledra, en el maravilloso momento que me regaló.

—Bueno, dejemos eso para luego, ahora tengo que prepararme.

— Eso —Se ríe.

— Pero por favor, no le digas nada, no quiero que sepa que Ezequiel desea que me arriesgue así.

— Claro que no le diré nada hermano.

NARRANDO LEDRA.

Llego a mi casa, subo a mi habitación directamente, me meto en la ducha, me doy un baño, cuando salgo elijo la ropa muy nerviosa, estoy histérica.

—  ¿Se puede? —Pregunta Lorenzo.

— Si, estoy en albornoz.

— ¿Estás segura de esto?

— Creo que si —Digo en un suspiro— él me quiere y yo lo quiero.

— Sabes que te apoyaré bruja y Matías también lo hará pero él vive en un mundo muy oscuro.

— Lo sé, quiero que deje toda esa mierda.

— Sabrás que no es fácil ¿Verdad? —Desvío la mirada.

— Si, me lo ha repetido mil veces.

— He oído hablar de él y de ese mundo de mierda, pocos han conseguido huir y los que lo han hecho han tenido que irse muy lejos.

— ¿Crees qué será su caso?

— Él se ha convertido en alguien bastante famoso en este mundo, no solo él, también su hermano.

— Sé donde me he metido, aunque nunca pensé que me enamoraría de un chico así.

Besa mi cabeza, agarra uno de mis vestidos, le miro y sonríe.

— Este y no te maquilles, estás genial al natural.

— Te quiero.

— Y yo bruja. —Besa mi mejilla.

Se marcha, observo el vestido, es blanco con flores de muchísimo colores, me lo pongo, seguidamente me hago un moño alto, me dejo el flequillo y miro por la ventana, le veo llegar, le hago varias señas con la mano y él sonríe.

— Dios —Muerdo mi labio— que guapo está.

Bajo deprisa, mi madre está poniendo la mesa, mi padre me mira sonriendo, miro a Lorenzo que me guiña el ojo.

— ¿Dónde vas tan guapa? —Pregunta mi padre.

— Aún no has comido hija. —Añade mi madre.

— Mamá, papá, chicos —Sonríen— tengo que presentaros a alguien.

— ¿A quién? ¿Viene alguna amiga nueva a comer? —Pregunta mi padre.

— Frío, muy frío. —Respondo y cojo aire.

Voy hacía la puerta, cuando la abro ahí está él, me quedo mirándolo como una completa idiota, tiene una camisa y un pantalón vaquero, un tupé bastante alto pero un mechón de pelo le roza la frente, él también me observa, su sonrisa lo hace lucir mucho más atractivo de lo que ya es.

— Estas hermosa, bueno, eres hermosa. —Dice y le noto nervioso.

— Tú estas —Alza la ceja— menos feo. —empieza a reír— Me encantas.

— Imagínate tú a mi. —Murmura.

— ¿Nos atrevemos? —Le pregunto y él agarra mi mano.

— Para eso estoy aquí.

Abro la puerta por completo y entramos, mi madre me mira frunciendo el ceño, se que está furiosa, mi padre solo sonríe, él solamente quiere verme feliz.

— Él es mi novio.

— Pero hija ¿Desde cuándo?

— Desde ayer. —Le respondo a mi padre.

— Sabía que te seguías viendo con él ¡Lo sabía! —Exclama mi madre.

— Si mamá, nunca dejé de verlo y tendrás que aguantarte porque es mi pareja.

— ¿No ves qué es un delincuente?

— Señora —Le miro— soy un delincuente, si, no puedo negarte lo que es evidente, mucho menos cuando has sido mi abogada de oficio pero quiero a su hija, la quiero desde el primer instante en el que me hizo sonreír, ella es -Se ríe- una loca, una niña mandona y una fresa, es diferente, todo lo opuesto a la basura que yo soy, quizás por esa razón me fijé en ella porque no necesita aparentar lo que no es para ser maravillosa. Quizás no sea para mi pero no pude evitarlo, ella me hace sentir como nunca me he sentido en toda mi vida, siento que puedo con esta vida pero solamente cuando la tengo a mi lado, he intentado alejarla de mi, decirle que no la quiero pero no puedo señora, no puedo negar algo que llevo reflejado en los ojos cada vez que la miro, soy un mierda, míreme —Mi madre lo hace— pero soy menos mierda cuando la tengo cerca, ella calma a mis demonios, lo hace con una sencillez que parece que es fácil cuando es todo lo contrario, con tan solo tocarme hace que todo lo demás deje de tener sentido y he venido a pedirte que la dejes ser mi novia, —Sonrío— que la permitas seguir haciéndome feliz y me permitas a mi hacerla la chica más feliz del mundo, pero si no lo permites —Le miro nerviosa— cuando cumpla dieciocho años me la llevaré conmigo y esa vez, no podrás prohibírselo. —Agarro su mano muy fuerte, él me mira y besa mi cabeza— te amo. —Murmura.

Nuestro amor es animal. Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora