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El camino al restaurante favorito de todos en el pueblo fue bastante silencioso para lo que solía ser una salida de ellos dos, quienes siempre encontraban algo de qué hablar o sobre qué bromear para hacer reír al otro. La tensión era palpable y eso les molestaba a ambos, pero ninguno se atrevía a romper el silencio.

La campanita colgada en lo alto de la puerta les recibió al entrar, haciendo que gran parte de los presentes les observaran, pero solo les siguieron hasta su mesa las miradas de un grupo de jóvenes ubicados cerca de la barra. Asistían a la misma preparatoria, en Natten era difícil no reconocer a alguien, cualquiera que estuviera dentro del rango de edad de la adolescencia sabía que donde se viera a Kim Taehyung estaría Jeon Jungkook y viceversa.

El azabache le guio hasta una mesa del fondo junto al ventanal y se sentaron el uno frente al otro a espera de ser atendidos. El mayor observó su alrededor cuando se encontró escuchando con sorprendente claridad el choque de los cubiertos con los platos y los sonidos provenientes de la cocina, su recuperada visión le tenía maravillado.

Creyó perderse por un momento, disfrutando de la sensación de que no había nada que se le escapara, y su mirada se mantuvo fija en una de las paredes cuando su mejorado sentido de la audición percibió una conversación en la que le nombraban.

—¿Son novios ya o todavía no?

—Son los mejores amigos desde hace años, ¿qué dices? —Fue un muchacho quien respondió, el vampiro volvió la cabeza apenas, casi sentía que podía verlos, por más que aquellos jóvenes estuvieran en la mesa ubicada a sus espaldas al otro extremo de la puerta.

—De todas formas no hay que acercarse demasiado a alguno de ellos —cuchicheó la misma de chica de antes—, todos saben que son bien posesivos con el otro.

—Pero si no son pareja tendrán que aceptar que en algún momento uno de los dos comenzará a verse con alguien. —A la conversación se unió la voz de otra mujer, quien hizo una pequeña pausa antes de añadir—: En plan romántico, claro.

Taehyung frunció el ceño. Por algún motivo, ese lógico razonamiento le disgustó más que el hecho de que estuvieran rumoreando acerca de ellos.

—¿Tae? —Regresó su atención de inmediato a Jungkook, sorprendiéndose al percatarse de que se había distraído lo suficiente como para no ponerle atención. Estaba por disculparse cuando notó que el mesero se encontraba al pie de la mesa, observándole como si esperara algo de su parte, porque lo hacía—. ¿Tú qué vas a pedir?

—Ah, con lo de él está bien —dijo, mirando al trabajador, quien asintió en comprensión y se alejó para entregar la orden en la cocina.

—¿Por qué no pediste nada? —le preguntó el menor, dedicándole una mirada de desaprobación.

—Ya había comido algo —se excusó, con una sonrisita inocente, y se inclinó en su dirección para dedicarse a él por completo, haciendo el esfuerzo de ignorar su ruidoso entorno. Había decidido que lo mejor para averiguar si su nueva condición le permitía la comida normal era estando solo, por si acaso.

—Es que, Tae, te miras tan pálido... ¿Estás seguro de que te sientes bien? —Acercó la mano a la frente del pelivioleta, su piel seguía percibiéndose fría, pero suponía que era por el clima.

El mayor alejó de su rostro la mano de su mejor amigo y la sostuvo entre las suyas, con una mirada cariñosa que Jungkook no pudo apreciar por desviar los ojos a ese punto de contacto, embelesado con esa sensación, como solía pasarle cada vez que Taehyung le tocaba.

—Estoy bien, si me siento mal te lo diré, ¿vale?

—No es cierto, nunca me dices cuando te sientes mal para no preocuparme, es injusto. —El contrario exhaló una sonrisa y llevó la mano derecha hasta la mejilla del más joven, brindándole una delicada caricia.

A media noche •⊰Taekook⊱•Where stories live. Discover now