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En la preparatoria gran parte de los jóvenes habían regresado a la normalidad, y los que no era porque les gustaban demasiado los chismes. Con frecuencia seguían mencionando el ataque de la chica nueva que en realidad no había alcanzado a ser la chica nueva, pero incluso los que ya no hablaban de eso también esperaban con ansias que se realizara la autopsia para que se filtraran cuanto antes los resultados y lo que de verdad había pasado.

A Taehyung ya le dolía la cabeza de escuchar tanto al respecto, y eso que acababan de llegar. Tal vez todavía no podía controlar sus súper oídos o lo que fuera porque todo era muy nuevo aún, pero en serio deseaba que se callaran tan siquiera durante unos minutos.

Jungkook se enganchó a su brazo en ese momento, como si hubiese sabido que necesitaba sentir apoyo aunque no tuviese ni idea de por qué. Le miró a su lado a través de sus gafas de sol y le sonrió, agradeciéndole en silencio, y el azabache correspondió ese bonito gesto de la misma forma.

Cruzaron la entrada principal y avanzaron por los pasillos, atrayendo las miradas y comentarios de todos, o casi todos, como ya se había hecho una costumbre. Varios les saludaban, pero la mayoría prefería ocuparse en cuchichear de ellos. Hoseok se les acercó en cuanto les vio, saludando a ambos con un corto abrazo y su alegre actitud característica.

—Tae, ¿estás bien? Me preocupé ayer.

—Sí, sí, lamento haberte puesto en esa situación —dijo, de repente muy entretenido en marcar el código de su casillero.

—No te preocupes por eso, no preguntaré al respecto, pero deberías ponerte al día si no quieres que te reporten.

—Kim Taehyung. —Los muchachos se volvieron ante el llamado, encontrándose con la directora a unos pasos de ellos. Con solo verla, los tres supieron que ya era tarde para eso.

—Sí, señora.

—Acompáñame a mi oficina, por favor. Hay algo de lo que quisiera hablar contigo. —El aludido exhaló con fuerza y asintió, dio un suave apretón al hombro de Hoseok y revolvió el cabello de Jungkook antes de seguir a la mujer, escuchando a varios hablar al respecto pero conteniendo el impulso de mirar mal a alguno de ellos.

Sus dos amigos les observaron alejarse con una mueca, suponiendo que nada bueno podría salir de aquella charla siendo que la directora había ido a buscarle personalmente tan cerca del inicio de las clases.

—Oye, Kook —el menor miró al castaño y se encontró con que estaba jugueteando con los libros entre sus manos—, ¿puedo preguntarte algo?

—Claro, hyung —contestó, disponiéndose para escuchar lo que tenía por decirle, ciertamente curioso.

—Tú... ¿Te gusta Taehyung?

Y habría visto venir cualquier cosa menos eso. No era como que ya no estuviese acostumbrado a recibir ese tipo de comentarios, pero que fuera por parte de él le tomó desprevenido, más porque era su amigo y no quería decirle simple palabrería vacía como a todos.

¿Pero por qué le preguntaba eso de repente? ¿Él de verdad daba esa impresión? ¿Gustarle Tae? Claro que sí, pero no podía responderle eso porque sabía que la cuestión iba mucho más allá.

Tenía claro que ese chico había sido creado y esculpido por los dioses, mismos que se habían encargado de pulirlo con un fino y delicado pincel, prestando suma atención a cada detalle para que quedase perfecto, y que, como si su descomunal belleza no fuera suficiente, todas las cosas más maravillosas, admirables, magníficas y sublimes se habían unido para formar su personalidad; pero tampoco podía responderle eso.

—Hobi hyung, Tae es mi mejor amigo. —El mayor sonrió sin mostrar los dientes, mirando directamente sus ojos.

—Eso ya lo sé, Kook, pero me temo que no responde mi pregunta.

A media noche •⊰Taekook⊱•Where stories live. Discover now