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El bosque bien podría ser considerado como una coraza que protegía al pueblo, manteniendo a sus habitantes a salvo de las rutinas de ciudad, haciendo de Natten un lugar idílico para escapar de lo cotidiano y tener algo de paz, pero no era eso.

En su desmedida profundidad, el bosque era reinado por la penumbra y por zonas no exploradas a falta de valientes que se internaran más allá de lo que las farolas de las calles conseguían iluminar. Actuaba más bien como una muralla que mantenía el peligro dentro, que aislaba a sus pueblerinos mientras se preparaba para consumirlos.

La densa niebla envolvía un trecho considerable de árboles y césped, las hojas caídas y las delgadas ramas ni siquiera crujían bajo sus botas. Caminando el uno al lado del otro, se desplazaban siendo tan ligeros como las gélidas corrientes que hacían ondular su ropa.

—Hyung, ¿de verdad cree que vamos a encontrarle como si nada? —se quejó uno de ellos, de cabellos de intenso color naranja—. ¿Le parece que se vendría a hacer un picnic después de todo? En este momento estará bien tranquilo en su casa, va siendo hora de cambiar el plan.

—Él no es nuestra prioridad ahora —respondió su compañero, con ese tono frío que le caracterizaba y al que ya se había acostumbrado lo suficiente como para no rodar los ojos cada vez que le escuchaba.

—¿Cómo que no? —inquirió, deteniendo el paso y haciendo que el contrario le imitara—. El líder pidió que se lo llevemos.

—Primero debemos limpiar todo tu desastre o realmente tendrás que despedirte de tu cabeza —le dijo, con una mirada dura, antes de retomar el camino—. Nada de esto estaría pasando si supieras controlarte.

—¡Sé controlarme!

—¿Entonces por qué estamos aquí? —contraatacó, volviendo la cabeza para mirarle—. ¿Dejarlo vivo, Jimin? ¿En serio? ¿Cómo has podido ser tan negligente?

—¡Está siendo muy injusto! Nunca le doy ningún problema al clan, pero lamento que el perfecto Min Yoongi haya olvidado lo que es cometer un maldito error. —El mayor resopló, negando con la cabeza ante sus palabras, pero prefirió no responder.

Se mantuvieron en silencio después de eso, generando un ambiente de incomodidad a su alrededor que Jimin no pudo soportar. Comenzó a pisar con fuerza para disfrutar por lo menos del sonido de las ramas al quebrarse y sonrió satisfecho porque sabía que eso fastidiaba a su acompañante.

—Además, es obvio que es un chico fuerte. Cualquiera en su lugar habría muerto. —El de cabellos color menta puso los ojos en blanco, era evidente que el menor no podría dejar de hablar por mucho tiempo—. ¿Qué es lo que se escucha?

—Un vampiro insoportable y necio. —Jimin le dedicó una mirada fulminante, Yoongi solo regresó la vista al frente de mal humor—. Es ese grupo inútil de rescate.

—Creo que... —musitó, agudizando todos sus sentidos para captar mejor aquellas señales— son alrededor de ocho personas.

—Como dije, inútil.

—Seguro que ellos sí saben trabajar en equipo —espetó, acelerando el paso para dejarle atrás.

—¿Puedes dejar de ser tan infantil?

—Infantil, insoportable, necio, negligente, ¿algo más que quiera añadir a la lista? —Se hincó sin esperar respuesta, tanteando el césped con mucha concentración por un par de segundos, y volvió a ponerse de pie sin mirar al muchacho—. Aquí fue.

—Es más lejos de lo que suelen llegar, ¿por qué se había internado tanto? —cuestionó, revisando bien la zona.

—Estaba buscando esto. —Yoongi se volvió hacia él, notando que examinaba minuciosamente un teléfono celular. Le observó con fijeza, a espera de que levantara la cabeza y le mirara.

A media noche •⊰Taekook⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora