Cariño

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Flug entró de un portazo a la cocina, lanzando un fuerte gruñido al aire mientras se encogía de hombros y estrujaba sus manos en puño.

El comedor estaba siendo decorada con guirnaldas de colores, serpentinas y globos, tal como una fiesta infantil. 505 se encontraba allí encima de dos sillas realizando acrobacias para alzar a la chica iguana y colgar globos en el candelabro de centro.

-Ay no ¿pero qué rayos te está obligando a hacer la loca ahora? - Pronunció el doctor con ternura al mirar a su retoño equilibrarse. Demencia volteó a mirarlo y le sonrió, emocionada como siempre. - ¡Ya bajense! ¡Se van a caer y a todos los voy a tener en camillas, y ya tengo SUFICIENTE con Black Hat!

-¿Qué pasa, galán tontito? - Le reclamó la muchacha, bajándose de en un brinco, 505 ronroneó interrogante al notar el enojo en el tono de voz de su papá.

-¿A mi? ¡Nada! -Replicó, cortando el aire en dos con sus manos, incluso se notaba en su caminar que estaba hirviendo de ira, 505 y Demencia se miraron entre sí riendo, dejando al joven llegar hasta la cafetera y continuar. - Hago tanto por él, lo cuido, me preocupo de que su desayuno le sea agradable, lo trato con respeto, ¡le doy mi cama! ¡le doy todo mi tiempo y--! ..- Su taza de café fue llenada hasta el tope mientras hablaba, solo paró un segundo para acariciar sus bordes con las puntas de su bolsa de papel, dando un sorbo al café y con un suspiro Flug prosiguió.

-He trabajado tanto para él, y ya estoy cansado que siga usando adjetivos insultantes hacia mí...¿acaso cree que es lindo escucharlo así? - El doctor culminó sentándose en una de las sillas de la cocina, observando al piso con tristeza. Sus pensamientos estaban divididos en dos bandos, uno bueno y otro malo, por lo cual su ideal de felicidad y afecto hacia aquel ser tan malévolo se le hacía cada vez más fantasioso e imposible.

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Los gemidos de Black Hat eran ahogados entre la gruesa sábana del científico.

Suaves jadeos de placer y roces de colcha, más un par de risillas coquetas adornaban el laboratorio. El jefe de la mansión jugaba con su propia imaginación y cuerpo, disfrutando cada segundo de las caricias que daba a su miembro ahora completamente erecto y suplicante. Black Hat aspiraba el aroma de la sábana y reía coquetamente de su travesura.

Decidió tomar una de las frazadas de la fina y hermosa cama ajena para acariciar su desnuda erección, un cosquilleo recorrió toda su columna al hacerlo, lo emocionaba y excitaba tanto a la vez que soltó de sí un fuerte gruñido de placer que solo pudo ahogar con un mordizco a la colcha.

Tan solo sentir las sábanas de su doctor frotar contra su entrepierna era suficiente para que el ente, tan poderoso y despiadado, se rinda en debilidad y gima con dulzura.

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Fue así que Flug se reclinó y emitió un suave pero triste suspiro, desde luego Demencia no dudó en acercarse y prender una pizca de esperanza..o mejor dicho, una pizca de locura en él.

-¿No has intentado decirle algo de vuelta, verdad? -Dijo ella dándole una palmada en la cabeza, haciendo a Flug agitar su taza y casi hacerla caer, levantó su rostro irritado y confundido pero la dejó seguir hablando. - Es que solo mira, ¡piensalo! Él es Black Hat y le gusta ser un villano amargado, tal vez a ti no te parezca lindo ¡pero tal vez a él sí le agraden los insultos! ¿Alguna vez has intentado responderle con algo igual? - Terminó levantando los hombros y manos con ternura, 505 la siguió en gestos y asintiendo con la cabeza, pero Flug no hizo más que reír.

-¡SÍ que estás demente! - Le respondió entre risas incrédulas, tomando otro sorbo de su cafe. Para Demencia era normal verlo ponerse erguido y creído cada vez que el científico pensaba tener la razón, por lo que ella rodó sus ojos con un quejido.

Teorías de Amores Villanos pt.2Where stories live. Discover now