¡DEMENCIA TIPS!

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Flug aspiró hondo y se llevó una mano a la cintura. —Bueno, igual Venenoso es listo y yo de seguro soy muy obvio. — le murmuró cabizbajo a Demencia y cerró la puerta detrás, dejándolos en el seguro silencio de la cocina. —Solo no espero que se entere Black Hat.

—HHHMMM... —Flug la miró amenazante, sus ojos ardían como si le hubiese leído la mente. —¡NONO, NO LE DIRÉ NADA, AY! quiero que se den besitos y si lo arruino todo ¡SERÁ COMO SIEMPRE! ¡aburrido!— se quejó Demencia, bailando en su sitio antes de sentarse en la mesa.

El médico malvado se sentó a su costado y fijó su mirada al piso, pensó en lo que había hablado con su cliente.. solo por unos cuantos segundos, puesto que su compañera le dió un codazo que lo sacó de sí.

—¿Tenemos nuestra pijamada ya? —preguntó entusiasmada, el doctor le contestó con un quejido. — ¡Es que se van a demorar! — insistió Demencia, cruzó sus dedos y se los llevó a la mejilla para luego sonreír enamoradizamente. —Y seguro vas a querer pasar la noche con tu bombonsi---

—BUENO ya, lo que tu digas. — Flug se paró y fue rápido a la salida para ocultar su sonrojo, seguido de la chica lagartija.

—¡VOY POR MIS COSAS! OH, espera. — Dem giró su cuerpo de donde corría y miró a Flug. — Tengo demasiadas cosas para TÍ en mi cuarto, ¡mejor te espero allí!. — sonrió para luego irse silbando y dejar a Flug solo con sus pensamientos, este tan solo rodó sus ojos y se dispuso a ir a cambiarse.

Al entrar a su laboratorio observó a Cam-Bot junto a 4 bots pequeños, todos en sillas alrededor de la cama prestada para su jefe, usándola como mesa para su juego de poker.

Flug se sorprendió al ver que el botín de apuestas era una pila grande de Hat-Coins en el centro, puesto que desde hace muchísimo los bots solo apostaban con tuercas de reparación. ¿Por qué rayos necesitarían los Hat-Coins ahora?. Pues la respuesta la tenía Flug: Sabía que las apuestas entre los pequeños se armaban cuando un bot traía un chisme de jugosa magnitud y un número de ellos le creía, pero el otro no.

—Oigan, ¡OIGAN!, ¡se quitan apenas venga mi jefecito!.— Les regaño rápidamente y siguió su camino, no les hizo caso a los murmullos que se hacían entre ellos hasta que llegó a su habitación y giró de la perilla, escuchando risas entre los bots.

Volteó su vista con amenaza y para su sorpresa todos los ojos robóticos lo miraban con risas. Flug negó con la cabeza y el ceño fruncido, y se encerró para buscar su pijama y pantuflas. Los bots se quedaron mirándo a la puerta con angelical silencio a la expectativa de que saliera, pequeños beeps eran los únicos que llenaron el laboratorio y, luego de unos segundos, salió Flug vestido con sus joggers plomo, camiseta con logo de nasa y una mano en la espalda.

Todos los robots se pegaron una risa, menos Cam-Bot. Mientras, el doctor se acercaba allí a pasos tranquilos y al llegar sacó de atrás suyo un rociador de agua y se los tiró a los reilones, dejándola en la mesita con los libros junto a los aparatos médicos para su jefe.

—Manchen o destruyan algo y los mando DIRECTITO al resort. — Amenazó a los bots, quienes tenían sus circuitos temblando y chispeando por el agua y la amenaza, apretando sus cartas todos se encogieron y asintieron cabizbajos antes de que Flug saliera del lugar.

El doctor cerró la puerta y con tensión en el cuerpo empezó a dar pasos largos y, segundos después, pudo escuchar que algo caía fuerte. Al instante chilló diminuto y corrió despavorido hasta la habitación de la chica reptil, tocando mil veces para que le abrieran.

—¡NEEERD! — Le abrió Demencia, sujetándolo con fuerza de la muñeca y tirándo hacia adentro. Flug entró y cerró la puerta con rápida desesperación. —Psht, miedoso. ¿No se supone que con él vas a salir?.

Teorías de Amores Villanos pt.2Where stories live. Discover now