Capítulo XXXVI.

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   La sonrisa que esbocé no tenía comparación. El hecho de que Paul estuviese haciendo planes para comenzar nuestra vida juntos, como debió ser desde un principio, me daba alegría.

   —¿Qué pasó? ¿Por qué me miras así? Ah, ¿no quieres? Bueno..., ve a ver con quien haces una familia, pues. Escoge entre una de las dos chinas; y si me pides consejo, te aconsejo que es preferible que te quedes solo antes que con uno de eso dos seres.

   —No, Paul —carcajeé—. Es que... es que me parece muy lindo lo que dijiste.

   —¿Lindo? ¿Qué cosa "linda" tienen esas chinas? Explícame porque una tiene el cabello vuelto mierda y la otr...

   —A lo que dijiste —lo interrumpí—. De buscar una casa para Jules, Mary, Heather, Martha, Mimi y Babaghi... ¡Perlita y papas fritas, que te olvidaste de ellos! ...tú y yo.

   —Cierto —chasqueó su lengua y se rió—. Los olvidé. Bueno, para ellos también.

   —Exacto —bebí un sorbo de batido de fresa, y asentí—. Mmhm, delicioso —comenté, para luegro proceder a darle un mordisco al croissant de chocolate—. ¿Dormiste bien?

   —Muy bien —contestó, doblando el periódico y colocándolo a un lado. Tomó la taza de té y dio pequeño sorbo—. ¿Tú?

   —De maravilla.

   —Después de lo de anoche... ¿quién no duerme de maravilla?

   Llevó su mano al cabello y lo agitó de forma suave, mientras me miraba de forma pícara. No pude evitar soltar una risita y sentirme aún más atraído por él. Paul era precioso, y yo estaba enamorándome cada día más de él.

   —Te amo.

   Él esbozó una pequeña sonrisa, para luego inclinar su cuerpo al mío. Depositó varios besos en mis labios con varios intervalos de duración, y eso me hizo un poco más feliz de lo que ya era.

   —Te amo también.

   Envolví su mano con la mía, y la besé.

   —¿Puedo creerte esta vez? Estoy ilusionándome mucho contigo y no quiero que me lastimes otra vez.

   —Te estoy diciendo la verdad.

   —¿Seguro?

   —Sí —asintió, mirándome con un poco de preocupación—. De veras lo siento, y estoy diciendo la verdad.

   —Bueno, te creo —le dije—. Pero..., por favor... no quiero que me...

   —No lo haré más.

***

   Mi mirada seguía fija en la pantalla del televisor. Estaba viendo una película de acción que se me hacía bastante emocionante. Lo único que se interpuso en medio fue el trasero de Paul, el cual estaba pasando cerca para poder sentarse a mi lado.

   —Aquí hay helado, Johnny —me dijo, acercando la cucharilla a mi boca.

   —Mmhm —abrí ligeramente mi boca y pude saborear lo exquisito del helado de fresa con galletas de chocolate—. Está bueno —murmuré, sin dejar de ver la pantalla.

   —¿Y de qué trata la película?

   —De un tipo ahí que salta por los edificios.

   —Ah... qué divertido. Digo, dar saltos por los edificios es... divertido.

   —Sí.

   Paul dejó la taza con helado en la mesita de vidrio que yacía frente a nosotros, tomó el control remoto y de inmediato apagó el dispositivo.

Your Heart is all I have ➳ McLennonWhere stories live. Discover now