Capítulo 1: Cuando todo comenzó

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  9 am, la alarma del castaño sonó anunciando que debía empezar con los deberes de la casa, y más tarde ir a su propio trabajo. No había mucho que hacer en el momento, a falta de YoonGi la casa lucía pulcra, entre las pocas cosas que podía hacer era limpiar las marcas de lodo en el suelo luego de la llegada de su marido por la noche, limpiar el polvo, y barrer las hojas otoñales caídas en la galería del patio.

  Antes de empezar, decidió que tal vez tomar algo caliente aliviaría a su lobo, el cual desde hace algo de tiempo solo podía sentirse decaído sabiendo que el destino de su lazo en cualquier segundo podría llegar a su fin. Busco algo de café y tomó unas galletas de la alacena.

-Desayunar solo no era no que esperaba de un matrimonio perfecto- suspiró el cansado omega.

  Ni siquiera recuerda cuando conoció a Yoon, pues desde muy temprana edad sus madres se juntaban a hablar en una pequeña plaza frente a sus respectivos hogares, el tiempo que pasaban juntos y los juegos de niños que compartían fueron suficientes como para que se convirtieran en mejores amigos, así como en la adolescencia su gusto por los videojuegos y sus personalidades introvertidas los unió aun más. Con el paso del tiempo surgieron sentimientos entre ambos, y a los pocos años de relacionarse románticamente terminaron por casarse y jurar un amor eterno enlazándose mediante la mordida del alfa.

  Llevaban tres años conviviendo en una misma vivienda, sin ningún problema, pues el increíble tiempo de conocerse también evitaba malos ratos al saber lo que le disgustaba el uno a el otro. Solía ser una casa pacífica donde lo único que predominaban eran las risas y la armonía, algo desordenada por sus juegos de niños que no dejaban atrás y su esposo pasaba mayormente el día con él luego de acabar con sus propios trabajos. Se podía considerar un matrimonio perfecto, hasta aquél día.

  Min había salido a una cena de negocios entre empresas para celebrar el éxito de una de las colaboraciones más exitosas de los últimos cinco años, pues al ser el jefe de uno de los establecimientos musicales mas reconocidos de Corea no podía decir que no. Esa misma noche fueron invitados algunos artistas para dar espectáculos a lo largo de la cena y entretener en la comida, también al final de estas eran llamados a convivir con los agasajados. Al llegar su pareja, sus feromonas estaban alteradas, su cara roja, y por ultimo, el lobo del omega rasguñaba dañado sabiendo que algo andaba muy mal.

  Kookie perdido es sus pensamientos terminó de realizar las actividades hogareñas con rapidez, procedió a darse un baño y prepararse para ir a la cafetería a tomar su turno matutino. Si bien no era un trabajo que aportara mucho dinero como lo hacía su esposo, era algo que le daba felicidad y aportaba algo a una cuenta bancaria personal que nunca tocaba, donde guardaba sus ahorros en caso de emergencia. Aquel ambiente lleno de conversaciones usualmente alegres, modales por parte de todos, y el aroma a café y masas dulces provocaban más de una sonrisa sincera en él.

  Apenas pasaron unos minutos más luego de terminar de arreglarse para salir a su animado trabajo, imaginando que locura nueva haría HoSeok, su mejor amigo, como cada día.
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  Ahí estaba YoonGi de nuevo, concentrado en su estudio, creando letras y melodías nuevas que hacían referencia al fenómeno del amor, del encuentro y de la alegría.

  Pero no con la misma persona que lo inspiraba en su cabeza.

  Desde esa cena festiva ocurrida hace algunos meses que su mente había sido poseída por el adorable pelirrosa de mejillas regordetas, cuyo aroma a lavanda hipnotizó a su alfa casi instantáneamente provocando la locura de sus feromonas y la necesidad de tratar con el omega más de cerca. No pasó mucho más luego de aquello hasta que, saliendo del recinto se encontró con el mismo  causante de su alteración, entablaron una conversación tranquila donde conoció no solo su nombre, JiMin, si no también sus gustos por el canto y el baile, sus bonitos ojos en media luna cuando sonreía y sus malas bromas que a pesar de serlo conseguían hacer reír al mayor. Cuando fue hora de despedirse, el pequeño lo sorprendió con un corto beso en la comisura de sus labios para terminar saliendo caminando rápido saludando con la mano, dejando a Min atónito, sonrojado, y por último, lleno de culpa al pensar en su omega enlazado, pues se arrepentía bastante de tener este nuevo sentimiento instalado en sí.

  La sala donde se encontraba actualmente tenía la esencia de lavanda de JiMin dado a que cada vez que terminaba el trabajo, este iba al lugar a acompañar al alfa el resto del día, intercambiaban no solo palabras, mientras las caricias, los besos y los roces provocativos sobraban cada momento, y aquello solo carcomía por dentro a Yoon cuando llegaba a casa y sentía la presencia de Kookie deprimida.

  No era estúpido, sabía cuanto daño hacía a su omega real, era consciente de que en cualquier momento el lazo quebraría y podría inclusive matar a su pareja, sin embargo el embriagador contacto con su amante podía cada vez más con su cordura. A pesar de todo, y lo mala persona que podría parecer ante ojos ignorantes de su historia, el amaba a Jeon, cada día de su vida lo había pasado junto a él, cada alegría, cada lagrima, e inclusive cada celo, el castañito lo había apoyado y consolado, su historia juntos jamás podría ser olvidada o ignorada. Pero ocurrió tan rápido que no pudo evitarlo, Min YoonGi, después de años, incluso posterior a casarse y haber marcado al que anteriormente creía el amor de su vida, se topó con su verdadera pareja predestinada. Se encontraba entre la espada y la pared.

¿Quedarse con JiMin?¿O proteger a JungKook de lo que sería una depresión severa y un muy probable final mortal?

  Tal vez, su egoísmo era mayor de lo que pensaba...

Cada reflexión que recorría su mente quedo nublada cuando sintió el sonido de llamada de su celular llenar sus oídos.

- Mochi ¿cómo estas cariño?¿qué necesitas?- sonrió recordando el apodo que recientemente le puso en honor a sus esponjosas mejillas

- YoonGi, t-te necesito aquí, por favor alfa- Jadeante y aguda, aquella voz solo podía significar algo. Y aquello solo pudo activar su lado más primitivo, el cual controló su cuerpo haciéndolo salir corriendo al apartamento del menor rápidamente con el único objetivo de complacer los deseos sucios de quien lo esperaba.

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Kim HoSeok era un alfa bastante divertido, despreocupado y un poco loco que conoció cuando comenzó a trabajar en la cafetería "Blood Sweet & Tears", porque era hijo del dueño. Se suponía que Hobi debería estar únicamente en la parte administrativa, su padre insistía que debía dejar de trabajar como mesero para lograr ganarse el respeto de sus empleados, aunque el tuviera un pensamiento diferente.

- No hay mejor forma de conocer como estas haciendo tu trabajo que incluirte en el, pasar tiempo con los empleados y los clientes, asegurándote que el trato del ambiente es el correcto, y que cada cliente estaba satisfecho con lo que se le ha brindado-

- Esa es una de las tantas razones por las que lo admiro Hyung- Era verdad cada palabra que decía, el mayor poseía una hermosa alma humilde, trabajadora, empática, y muchas otras características por el estilo más, le sorprendía que aún no hubiese marcado a un o una omega.

- Dejemos de lado las discusiones con mi padre, ¿cómo te esta yendo con Yoon? SeokJin me ha dicho que ultimamente pasa demasiado tiempo en el estudio- Preguntó algo ansioso, prefería saltarse el gran detalle sobre un omega demasiado meloso rondando y los besos que vio Jin para contárselo.

- Yo... quiero creer que estamos bien, ya sabes, en todos los matrimonios ocurren estas diferencias- Interiormente sabía que no era así, sin embargo, los recuerdos de su niñez, el matrimonio bastante roto de sus padres hacían parecer que si lo era.

- No siempre debe ser...- Se vio interrumpido ante el llamado de una cliente para pedir su cuenta.

 En lo que restó del día no se volvió a tocar el tema, pasándola así en risas y situaciones alegres, ya acabando sus turnos, cada uno se fue a sus hogares, aunque la mayoría deseaba eso, JungKook era lo que más quería evitar, odiaba el frío que habitaba las cuatro paredes, el silencio que predominaba era su peor enemigo.

 Al llegar pasó su tiempo ocupándoce en prender la pequeña chimenea, hacer algo de chocolate caliente, colocandola en dos tazas, esperanzado que su esposo llegase temprano esta vez, colocó una película y se recostó en el sillón.

Bueno criaturas, creo que sobra decir que esta es la primer novela que subo (no la que escribo, pero de esas no queda registro ya xd). Realmente esta fue una idea que apareció sola hace apenas unos días, espero que les guste, y si no pues ya valí V: .

~ Nos vimos ~

Restart of the soul ~VKOOK~PAUSADAWhere stories live. Discover now