JungKook y YoonGi llevan casados tres años, en los que su vida trascurría normalmente como un matrimonio armónico y feliz, hasta que sucede un "infortunio".
Lágrimas, dolor, oscuridad, soledad, son una descripción muy vacía comparada con el sufrimie...
Su corazón latía con fuerza mientras sentía el dolor de el pequeño, quería protegerlo de aquello que lo atormentaba, se agachó a su altura, mirándolo a los ojos se acercó lentamente para simplemente acariciar con su nariz la mejilla contraria, buscando el consuelo de la misma manera que su lobo haría en su forma animal. Comenzó a repartir pequeños besos por su cara transmitiendo tranquilidad. Los hipidos del contrario ablandaron su corazón llevándole a hacer algo bastante íntimo, le tomó en brazos y se dirijió a la cama, acostandose primero, colocando a JungKook sobre el casi en su totalidad, este simplemente se acomodó y relajó.
Estuvieron así bastante tiempo en donde Tae acariciaba su espalda y cintura, regando besos en su despeinada cabellera, hasta que el sonido de unas llaves y la entrada abrirse activó sus sentidos, dejó a un omega dormido a su lado, tapándole antes con unas mantas a los pies de la cama, y se levantó a averiguar que ocurría. Antes de abrir la puerta de la habitación, esta lo hizo por si sola, o mejor dicho por otro alfa un poco mas bajo que él. El olor a tensión se disparó demasiado rápido, despertando al otro atontadamente, quien al ver a su ex-alfa y probablemente ex-marido solo pudo sollozar.
-Jun-JungKook- Intentó acercarce YoonGi, pero al oír un sollozo desesperado salir de su boca se alejó, siendo empujado en el camino. Con solo un gruñido hacia él, entendió que solo podría guardar sus cosas e irse, las cuales no eran muchas según veía pues muchas de sus playeras estaban rotas en una esquina.
Si seguía así le debería dar los papeles de divorcio por correo seguramente. No se habló más y partió de manera rápida, dejando simplemente una carta sin ser visto en la mesada de la cocina, allí explicaba todo lo sucedido, estaba en el omega leerla o no.
No podía mentir, ver a su mejor amigo en ese estado le afectó mucho llegando a arrepentirse de todo lo sucedido en algunos segundos, eso era lo último que había deseado en el mundo, observar a una persona tan sonriente y tierna, sobrado de inocencia caer tan bajo culpa suya, donde solo el dolor se podía ver en sus ojos, se podía considerar a sí mismo una miserable mierda. Solo le quedó salir de la casa y subir a su auto.
Mientras tanto, en la habitación, Tae se agachó a la altura de Kook, quien reposaba sentado a la orilla de la cama, sabiendo que luego de lo ocurrido no se calmaría para nada fácil, comenzó a hablarle, tomando su cara entre sus manos.
-Escucha, no sé su historia, cuanto llevan, ni como se conocieron, vamos que ni siquiera se su nombre, solo sé que él no merece a un omega tan lindo y dulce como tú, en este mismo momento daría todo para ver una sonrisa tuya, por favor, deja de llorar, por mí- No pensó mucho lo que dijo, simplemente dejo que su corazón hablara por sí solo, dándose cuenta que llanamente se había confesado de un momento a otro, incluso sin saber que sus sentimientos tan puros eran de amor destinado.
Ambos conectaron su mirada al contrario, dejando las emociones en el aire, uno lleno de coraje por la reciente verdad que soltaron sus labios, y el otro confuso por los latidos rápidos de su corazón y por su omega revoloteando de felicidad cuando se suponía estaba triste. El alfa no tardó mucho en bajar su vista encontrándose unos rojos labios apetecibles a su gusto, los cuales no dejaría pasar tan fácilmente. Acercó su cara esperando el rechazo, mas cuando no vio que sucediese, tomó su nuca suavemente y terminó por juntarse a este, sintiendo la explosión del momento, y de lo que sin saberlo, se convertiría en eternidad.
Fundidos en la dulzura y pureza, revelando facetas y dejándose en manos del otro, se encerraron en su mundo una vez más, aspirando los aromas, y reconociéndolos como en vidas pasadas. Con su mano libre junto a la de JungKook se entrelazaron, creando inconciéntemente una promesa, jamás se dejarían solos. Alfa y omega, jerarquías complementadas en busca de su otra mitad, al fin estaban juntos una vez más.
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En RMusic surgió un nuevo problema, si bien las audiciones pasadas salieron bien en el ámbito musical, en el área de moda, las cosas previstas no fueron de igual manera. Muy pocos modelos y diseñadores se presentaron, y de aquellos, muchos menos se aceptaron al no tener suficiente potencial u originalidad. Sumándole a eso, quienes ya trabajaban ahí, en su mayoría partieron renunciando al obtener ofertas de una empresa rival dispuesta a hacer quebrar a la suya. Podría manterse de esa manera por un tiempo, pero con dos sectores muy importantes reducidos a tal tamaño, no duraría mucho tiempo. Necesitaba medidas, rápidamente.
Se puso un plan en marcha, el cual requería de toda su concentración y trabajo, unas nuevas audiciones, donde también se pondrían a prueba a gente sin experiencia, después de todo, había muchos talentos ocultos en la gente.
NamJoon dejó sus papeles en su escritorio, sacó sus lentes y frotó muy bruscamente sus ojos cansado. Las cartas de renuncia solo entraban y entraban, perdiendo así a mucha gente importante. Definitivamente las audiciones debían realizarse rápido, y entrenarles muy arduamente.
SeokJin entró al estudio con dos cafés en mano, preocupado de la misma manera que su pareja, muchos de su compañeros de trabajo le hablaban sobre la empresa surgente y los beneficios que les darían si se movían de lugar de trabajo.
Solo quedaba en esperar que fuese una caída momentanea.
Más corto inclusive de lo usual, pero con esfuerzo aunque no parezca. No me queda mucho tiempo así que les dejo esta joyita acá.
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