Elysium

Capítulo 21

—¿De todos modos qué es lo que tú tanto tienes de especial para ellos? Es decir, no es por nada, pero para mí no luces muy diferente a una versión joven de Charles Xavier.

—¿El profesor X? ¿En serio? Afortunadamente la calvicie no está favorecida por mi genética, y no esperaba que una chica como tú pudiera hacer esa comparación.

—¿Por qué no? —preguntó ella deteniéndose un instante y mirándolo sobre su hombro—. ¿Solo porque sea una chica? ¿O por el hecho que no luzca exactamente como una nerd? Es cultura comic general, y soy adicta a las películas de superhéroes. Es genial creer que puedes ser así. Y crecí la mayor parte de mi vida a solas con mi padre, quien es un investigador privado, y es lo más cercano a un superhéroe que encontrarás entre la gente común. Así que sí, sé quién es Charles Xavier, del mismo modo que sé quien es Robert Smith.

Ella volvió la vista al frente y continuó haciendo equilibro sobre el delgado borde de la reja mientras avanzaba. Él seguía esperando que ella cayera, la frágil línea de metal era demasiado delgada como para que mantuviera el equilibrio mucho más pero debía admitir que la chica llevaba un buen tiempo allí. Más del que él le habría dado. Pero contra cualquier lógica, ella seguía allí, y a pesar de todos los pasos vacilantes que ya había dado todavía no se había caído.

—Simplemente... Me sorprendes. No estoy acostumbrado a que la gente haga eso.

—Eso es porque tú lees la ficha del personaje antes de siquiera haber comenzado a leer el libro. Prefiero descubrir el mundo paso a paso —dijo ella, acentuando sus palabras con sus acciones—. El placer está en el viaje, no en el destino.

—Irónico viniendo de tu parte —dijo él y ella sonrió.

—Lo sé. Por eso lo disfruto más que cualquier otra persona. Soy solo una chica que sabe perfectamente valerse por sí misma y que juega a ser la heroína. ¿Qué más necesitas saber? La chispa de la vida está en aquellas alegres sorpresas inesperadas, en conocer algo poco a poco, de lo contrario es aburrido. Lo entiendo, lees mentes, es parte de ti del mismo modo que mi poder es parte de mí y no es como si pudieras pretender que no lo tienes. Personalmente no creo que seas tan especial. Es decir, por lo que tengo entendido, hay otros como tú. Se trata de un poder bastante normal. Solo un eventual desarrollo más elevado de la capacidad cerebral.

—Leer mentes no es todo lo que hago —dijo él y ella lo miró con curiosidad sobre su hombro—. Puedo manipularlas, puedo hacerte hacer lo que yo quiera, hacerte creer lo que desee, puedo obligarte a sentir cualquier cosa. El cerebro lo controla todo,  yo puedo controlar el de cualquiera. Del mismo modo que puedo oír tus pensamientos también puedo buscar dentro de tu memoria y encontrar cosas que ni siquiera tú sabes que sabías o recuerdas. Y todo eso no es nada. Mi mente funciona mucho más rápido que la de cualquier otro. Aprendí francés en dos días.

—Eso no es tan impresionante.

—Dos días me tomó pronunciar como un nativo de allí, veinte minutos me tomó aprender cualquier palabra de ese idioma. Sabes que solo utilizas un mínimo porcentaje de tu cerebro, yo utilizo mucho más. Es como... ¿Conoces Doctor Who?

Ella se dio vuelta y lo miró completamente sorprendida.

—Amo Doctor Who.

—El mundo para mí se siente como se siente para el Doctor. Soy consciente de cada acción, de cada movimiento, de cada detalle a mi alrededor. No puedes siquiera imaginar la velocidad de mis pensamientos. Y ellos saben que soy poderoso, más que cualquiera que hayan encontrado antes, y por eso quieren atraparme. Siempre han estado tras los de mi tipo. Llevo años corriendo de ellos, y sé que jamás se detendrán. Y tú acabas de exponerte delante de uno de ellos. ¿Y todo por qué? ¿Por mí?