Capítulo 22

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Melody miró un momento más de lo necesario el panel eléctrico delante de ella con una señal que advertía el peligro debido al alto voltaje. No habían tenido problema alguno en llegar hasta el ayuntamiento. A esas horas las calles se encontraban vacías y en completa tranquilidad, la mayoría de las luces apagadas. Si echaba abajo el sistema de seguridad, si hacía creer que todo se debía a una falla eléctrica, si actuaban rápido, entonces podrían salir de allí. Cerró los ojos y suspiró, prometiéndose que estaría en New York antes que pudiera darse cuenta, disfrutando de la ciudad y buscando a quien debía.

—¿Qué sucede? ¿Ya no te sientes tan segura al respecto? —preguntó Gabrielle con maldad.

—No —susurró Melody con la mirada perdida—. Solía hacer esto con alguien. Ayudaba con los planes, pero yo era la chica de la acción, aquella que llevaba a cabo la parte peligrosa. Robé un banco de este modo, robé varios para vaciar cuentas de personas que no merecían ese dinero, castigamos a aquellas personas que habían obtenido su gloria a través del sufrimiento de otros. Era divertido. Y siempre nos salíamos con la nuestra, siempre había música, y siempre éramos felices. Una vez incluso hackeamos Times Square. No nos quedábamos con nada, todo iba para donación. A los agentes no les gustaba, nunca podían atraparnos. Era el plan perfecto. Y siempre resultaba. Algo tuvo que salir mal.

—Melody... —dijo Chris con cuidado al escuchar el vacío en su voz.

—Algo salió terriblemente mal —dijo ella y se estremeció, abrazándose por el repentino frío que sintió—. Aquello jamás debió haber sucedido. Se suponía que era imposible. Mientras la amenaza estuviera en mí era inexistente. Mientras su mano estuviera al alcance de la mía era imposible que nos atraparan. Pero... Pero... Fallé. Tenía que salvarlo y fallé. Ellos no me dejaron volver para intentarlo. Mi poder me traicionó. ¡No alcancé su mano! ¡No pude salvarlo!

Ella gimió con dolor al sentir la opresión en su corazón y retrocedió un paso. Se inclinó hacia adelante, sintiendo más que nunca aquella agónica sensación en su pecho. No podía respirar, no podía pensar, no podía hacer nada más que sentir aquel dolor. Y solo sabía que algo había salido terriblemente mal.

Chris se apresuró a cogerla antes que cayera al suelo y la miró sin tener la menor idea de lo que le estaba sucediendo. Su delgado cuerpo simplemente no tenía peso, y ella se sentía tan fría, tan frágil. Se sentía completamente impotente sosteniéndola sin poder hacer nada. Y no entendía, simplemente no entendía como aquello podía haber sucedido. ¿Qué le pasaba? Ella estaba llorando, tan abrumada por el dolor que era incapaz de emitir sonido alguno. Su cuerpo temblaba y él sintió cómo poco a poco se deshacía entre sus brazos, rompiéndose en cientos de pequeños pedazos.

—¿Qué le sucede? —preguntó Gabrielle con temor.

—El expediente decía trauma post-traumático. Ella no puede perder el control, ni siquiera sabemos lo que sucedió la última vez que lo hizo —dijo Zachary—. Tiene que haber algo que podamos hacer, tiene que calmarse o todo se echará a perder.

Chris sostuvo a Melody más cerca y miró el panel eléctrico delante de él. Se concentró en la palanca principal que sabía se encontraba al otro lado. Deseó con todas sus fuerzas que se bajara y escuchó el chasquido de la acción al mismo tiempo que la electricidad del ayuntamiento se cortaba. Deformó la pequeña puerta metálica con solo mirarla el tiempo suficiente, asegurándose que fuera imposible de abrir pero a la vez que pareciera a causa del tiempo. Las bisagras no cederían, no por cómo las había torcido, y nadie lo notaría. Le echó una rápida mirada a Zachary mientras intentaba recuperar el control de la situación.

—Mete a Gabrielle dentro y que vaya por los archivos. Si en cinco minutos no estoy donde debo actúas sin mí. ¿Entiendes? Tienes que encontrar a esa chica si está allí abajo, y Gabe coge los malditos archivos. Las cámaras están apagadas, no hay tiempo que perder.

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