Capítulo 24

20.1K 2.6K 231
                                    

—No entiendo qué pueden encontrarle las personas de interesante a esto. El final es prácticamente evidente desde los primeros diez minutos. Sabes que el malo será atrapado, que el tipo de rojo se sacrificará para demostrar que su personaje no es tan egoísta después de todo, que el mundo se salvará milagrosamente porque las personas que se llevan tan mal comenzarán a trabajar en equipo...

—Es una película. Por supuesto que las personas vienen al cine sabiendo que el bien triunfará sobre el mal pero de todos modos disfrutan de cada segundo como si no conocieran el final. ¿No puedes simplemente disfrutar de la historia? —preguntó ella.

—No cuando es todo tan evidente.

—Entonces deja de pensar, y deja de arruinarnos el final a los tontos y comunes mortales que disfrutamos de esto.

—No puedo simplemente no pensar.

Ella puso los ojos en blanco y entonces puso una mano sobre su mejilla y lo besó. Él se quedó completamente quieto por la sorpresa y ella sonrió al saber que lo había tomado con la guardia baja con lo imposible que aquello era. No había pensado realmente al momento de besarlo, tan solo había pensado en callarlo, pero no se dio cuenta hasta aquel momento de cuánto había deseado hacerlo realmente. Y se sorprendió en lo bien que se sintió hacerlo, porque en ningún momento ella había imaginado cómo se sentiría besarlo. Sus pensamientos eran siempre dispersos, su mente distrayéndose muy fácilmente lo cual era bueno estando cerca de alguien capaz de leerla.

Su corazón dio un vuelco cuando él puso una mano sobre su cintura y la atrajo más. Le devolvió el beso de un modo intenso, dejándose llevar completamente, y simplemente sintiendo. Sus labios se sentían tan bien contra los suyos, tan correctos, como si aquello siempre debió ser y hubieran pertenecido el uno al otro. Y el beso la consumió totalmente, porque él estaba allí y la deseaba del mismo modo y la estaba besando con aquella intensidad que era capaz de hacer que uno se olvidara de respirar siquiera.

Tan solo dejó de besarlo cuando el aire le fue suficiente, y cuando unos niños más atrás les gritaron que se consiguieran una habitación en un hotel. Cierto, detalles de ir al cine, ella se había olvidado de donde estaban. Pero el beso la había abrumado tanto que apenas podía recordar que estaba allí por la película. Su corazón latía demasiado rápido, su sangre ardía en sus venas, su respiración... Bueno, básicamente estaba tan agitada como él. Y el joven todavía tenía una mano sobre su cintura de modo que no le permitía alejarse, no era como si ella tampoco quisiera.

—¿Qué demonios fue eso? —susurró él y ella sonrió.

—Eso fue un beso. ¿Qué? ¿Me dirás que nunca una chica te ha besado?

—Nunca de ese modo. ¿Por qué lo hiciste?

—Para que dejaras de pensar. ¿Funcionó?

—Mejor de lo que debería —dijo él y volvió a atraerla para besarla.

Melody alejó aquellos pensamientos de su cabeza, no tenía tiempo para distraerse de ese modo. Maldita sea, no debería haber besado a Chris, porque tan pronto como lo había hecho algo había tirado de ella hacia atrás como si hubiera hablado sin pensar solo para darse cuenta que había dicho algo erróneo. Y ahora tenía por consecuencia aquel amargo sabor en la boca, y sus pensamientos la torturaban como si hubiera cometido un grave error. No era por Chris, él no era un mal chico y el beso no había tenido nada de malo, pero simplemente no se había sentido correcto. A ella le gustaba, era imposible que Chris no le gustara a alguien, y aún así algo no estaba bien.

Se dijo a sí misma que era a causa del estrés y la presión, y tal vez el velo había ejercido más fuerza en su pequeño momento de flaqueza. Después de todo, se suponía que Chris no debía prestarle atención, y que ella se mantuviera lejos de él, o al menos así forzaba el velo. Y Melody sencillamente no sabía cómo se enfrentaría a aquella situación más tarde, porque no era como si pudiera pretender que nunca había sucedido. ¿Acaso no era ella quien los había llevado por aquel camino al pedirle que sonriera?

ElysiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora