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Stephen esta recostado en su asiento. Mirando aburrido el panorama de su perfecta oficina; ha terminado sus consultas del día. Sólo falta una hora para salir del trabajo y eso le hace sentir satisfecho.

Los golpes en la puerta irrumpen su paz mientras la irritación nace en su ser. —Pase —ordena esperando que su valioso tiempo no sea desperdiciado.

—Dr. Strange, lo necesitan en urgencias. —La enfermera Wilson le mirá apenada e insegura. Inmediatamente que dice esas palabras, cierra la puerta y desaparece por donde vino.

Urgencias, el matadero humano. Un lugar en donde no piensa poner un pie si es posible.

—¡STEPHEN TE NECESITAMOS! —Christine aparece en la entrada de su oficina. Su ceño esta fruncido pero lo que verdaderamente llama la atención en ella es su bata manchada de abundante sangre.

—¿Qué pasa? —Strange se levanta mirandola con preocupación y molestía en partes iguales.

—Accidente múltiple, tenemos a todo el personal ayudando. Así que mueve tu trasero de médico lujoso y sígueme —el neurocirujano sabe que ignorar a Christine es la muerte segura por lo cuál cierra la puerta de su consultorio y se apresura por el pasillo para alcanzarla.

La imagen que presenta urgencias es tanto desolador cómo sangriento. Hay muchas personas tendidas en camas, siendo atendidas por todos los especialistas qué tiene el hospital. Incluso puede ver al engreido del pediatra Jonhson tratando de consolar a una pequeña herida y asustada.

—Carambola de autos en la autopista —dice Christine mientras se acerca a una mujer que se queja de dolor en la cabeza y espalda —toma un paciente y muevete —casi grita la doctora haciéndole salir de su trance.

Va hacía una camilla dónde una mujer se encuentra inconsciente mientras su marido aprieta su mano y llorá desconsolado.

—¿Qué fue lo que sucedió? —pregunta tomando la mano de la mujer para revisar su pulso, saca una lampara de su bata y le abre los ojos cerrados.

—Se golpeó contra el volante —declara el hombre gimoteando mientras se pasa la mano por la cara, quitando los restos de sangre y tierra que tiene impregnados en la piel.

—Una posible contusión —diagnostica mientras sigue revisando a la paciente. Puede ver como a su lado la doctora Paterson esta cosiendo una herida abierta e incluso la "incompetente" cardióloga Elizabeth Carson se encuentra aplicando un RCP a un hombre en el suelo. Ciertamente todo el personal está ayudando.

—Muevanse, muevanse —ignora la potente voz de Nick Fury, el jefe de la estación de paramédicos de la ciudad quién trae un nuevo cargamento de heridos quienes entran por las puertas dobles de la zona de urgencias.

Todo es ruido que le desconcentra y molesta, ha estado acostumbrado a trabajar en silencio y paz pero no puede ponerse pesado cuando de trata de una escena tan perturbadora.

—¡Por favor señor, tiene que dejarme revisarlo! —escucha la voz de Nicodemus West quién está en una camilla del fondo, luchando con un paciente que pelea por bajarse de ahí. Tiene un golpe en la frente, que sangra y es necesario que revisen. Strange se encoge de hombros dejando que Nick se hunda con su problema.

—¡Por favor, dejé qué el doctor lo revise! —la voz de una mujer le hace levantar la vista de nuevo encontrándose con una paramédico femenina que intenta hacer qué se recueste. Ella termina en el suelo después de ser empujada pero todo el mundo esta demasiado ocupado para prestarle atención.

—Nat —uno de sus compañeros se apresura, la ayuda a levantarse mientras observa al hombre que se encuentra de pie junto a la camilla, Nicodemus se ve empujado hacia un lado dejando pasar al molesto sujeto. Stephen creé qué es mejor que se largué, así cómo hay médicos incompetentes hay pacientes imbéciles.

El Santuario del IronStrangeWhere stories live. Discover now