#HappyAddiMonth

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#HappyAddiDay

En retrospectiva, desde que tenía memoria pocas cosas consideraba importantes es su vida. La muerte de su madre fue el primer impacto de lo que sería un futuro deprimente y triste; su padre por supuesto se hundió en una depresión al que evidentemente lo arrastró, seguido de los vicios y el aparente odio que Howard descargó en él, ya que de alguna forma retorcida lo asoció como causa principal del fallecimiento de María.

Pobre Anthony, estaba tan sólo.

Los años pasaron, creciendo en ese ambiente tóxico hasta que Howard murió producto de un infarto fulminante. Siendo sincero, una extraña sensación de alivio y libertad florecieron en su ser cuando observó como la caja larga color negra era cubierta por tierra, mantenía la cabeza abajo evitando que los presentes se percataran de la sonrisa que se extendía por su rostro. Todo lo malo era enterrado en ese momento.

Para cuando ingresó a la universidad su personalidad dejó de ser la de un niño asustadizo y triste, pasando a ser un joven orgulloso, egocéntrico, sarcástico y fanfarrón por lo que era habitual verlo metido en problemas. Así mismo era habitual verlo disfrutando su tiempo solo, no era un chico de muchos amigos más allá de Pepper y Rhody pero a ellos los conocía desde que era niño. Eran sus amigos de toda la vida.

A pesar de ello, algo en el comportamiento de Anthony había cambiado hacía ya varios meses. Era más habitual verle de buen humor lo que era bastante extraño, si no, se la pasaba sonriéndole a la pantalla de la PC o embobado con el móvil y aquello tenía un motivo. Tony había hecho un nuevo amigo, un amigo a distancia por internet, otro chico de su edad llamado Stephen Strange con el cual había dado en un foro sobre las series y películas de Star Trek de las cuales ambos eran fanáticos y gustaban de compartir teorías entre ellos o imaginar que hubiese pasado si X cosa pasaba diferente en el capítulo 32 de la quinta temporada de la serie nueva, cosas de ese estilo.

Con el tiempo comenzaron a hablar de otras cosas a demás de su gusto en común, descubriendo así que ambos tenían un sentido del humor similar, ninguno de los dos era demasiado sociable en su día a día con el resto de personas y por sobre todas las cosas, ambos disfrutaban sus charlas más que cualquier otra cosa del día. Ya era una costumbre chatear toda la noche hasta la madrugada o enviarse mensajes durante el transcurso del día. Incluso acordaban horarios para ver su serie en sincronía y comentarla juntos como si se reunieran a verla.

Tony podía considerarse bastante celoso de su espacio personal y los acontecimientos que sucedían en su entorno pero ese chico, con el que ya tenía una considerable cantidad de meses hablando simplemente era especial. Podía expresarse sin miedo a ser juzgado o recibir regaños como usalmente sus mejores amigos le daban, simplemente era refrescante en pocas palabras. Stephen Strange era un oasis en medio del desierto.

En algún punto ambos se sintieron con la libertad y confianza suficiente para hablar de ellos mismos o sus vidas, Anthony contando sobre lo mucho que extrañaba a su madre y de los años de mierda que Howard le hizo pasar, Stephen fue un buen apoyo para el, dándole consejos y escuchando sin juzgar. A su vez, este le contó del incidente con su hermana cuando eran niños, de que aún se sentía culpable y responsable de su muerte así como su padre quién se lo recordaba cada que podía. En esos momentos Tony le consolaba diciendo que estaba bien, solo era un niño entonces, él no tenía la culpa de nada y aquello reconfortaba a Strange de una manera que venía necesitando desde pequeño. Ambos eran dos chicos rotos que se entendían más de lo que imaginaban.

El tiempo pasó y los mensajes se convirtieron en llamadas durante la madrugada o videollamadas además de fotografías o audios durante el día de lo que hacían o veían. Si encontraban algo que le recordara el uno al otro, se lo enviaban mutuamente por el simple motivo de que conocían sus gustos o cosas que al otro le provocaban gracia. Era interesante la manera en la que aprendieron del contrario pero a la vez emocionante, ya que ninguno de los dos había estado tan interesado en otro ser aparte de sí mismo. Eran egocentristas y soberbios pero tenían un corazón.

El Santuario del IronStrangeWhere stories live. Discover now