El Santuario del IronStrange

A good dad

Stephen soltó un resoplido, sus manos cubrieron su rostro mientras trataba de analizar la situación, desde un punto de vista neutral. El sonido de succión provocado por la diminuta, linda y adorable criatura frente a él provocó un suspiro más.

Tony estaba de misión de rescate, junto con su alegre banda de vengadores. Ni siquiera Peter hubiese podido salvarlo de tal situación y Wong no era una opción, el traidor de su amigo había huido por un portal a Kamar-Taj y estaba seguro de que no volvería en un largo tiempo o quizás más.

—Bueno, ya que tú y yo estaremos aquí hasta que tu mami regresé, necesitamos reglas. Y la principal es NO tocar nada ¿entiendes? Todo en este lugar te puede comer y papá necesita que te mantengas quieto ¿está bien?

Otro sonido de succión y Stephen quiso llorar. ¿En serio estaba intentando que su hijo de año seis meses comprendiera que el Santuario era un lugar peligroso? Tony que se supone era un "adulto" no podía mantenerse lejos de los peligros del lugar, era obvio que Vincent tampoco lo haría.

—Quiero morir —susurró, sintiendo los toques reconfortantes de la capa en su espalda —Y tú, no eres de ayuda —se giró para mirar con el ceño fruncido a la reliquia, quién tuvo la decencia de huir antes de ser reprendida. La Capa de Levitación era tan influenciable y sobreprotectora cuando se trataba de Vinny Strange-Stark. —Ok Vincent, te llevaré a la biblioteca. Te mantendrás dentro de tu corralito y por el amor de los Vishanti ¡no toques nada!

Tomó al pequeño niño entre sus brazos, sintiendo como el bebé alejaba su mamila de su boquita y le dirigía una mirada curiosa con esos enormes ojos color esmeralda. Vinny llevó su pequeña mano a la parte trasera de la túnica, arrugando la tela cuando hizo puño su mano.

Aunque podía colocar hechizos a Vincent, la mayoría que detuvieran su curiosidad excesiva no lo hizo. No se permitiría limitar a su mayor adoración de ninguna manera, aunque eso no quitó el hecho de que varias runas protectoras cubrían al niño sin que este se diera cuenta; (ni mucho menos Tony, sí realmente su esposo era alérgico a la magia) acomodó a Vinny dentro del corralito viendo como este tomaba alguno de sus peluches para comenzar a jugar.

Levi (Tony y sus apodos geniales) apareció para acomodarse junto a Vincent, el bebé le entregó un peluche de mapache (que estaba seguro que era obra de Peter Quill y sus tontos amigos) y comenzaron a jugar; Vinny aún no podía hablar, pero tanto Tony y él, tenían la esperanza de que su hijo lo haría en algún momento. Ya sabía caminar y ese había sido el momento más glorioso de los padres primerizos.

Stephen sacó uno de los gruesos ejemplares que se debía estudiar, libros de hechizos escritos en idiomas que debía descifrar y que le llevarían demasiado tiempo. Le echó una mirada más a Vinny y a la Capa de Levitación; comenzó a leer perdiéndose en la importancia de su trabajo.

Sus ojos comenzaron a arder, algo en su cabeza hizo clic y alzó el rostro sintiendo que la sangre se drenaba de todo su cuerpo. Bajó de donde se encontraba flotando mientras dejaba caer todos los libros que leía, importándole poco que pudieran dañarse o algo peor; salió corriendo de la biblioteca, aterrorizado de no encontrar a la Capa y a Vincent en donde se supone que tenían que estar.

¡Tony lo iba a matar en cuanto se enterará que no cuido al niño cómo debería ser!

Estaba a punto de recorrer el santuario como loco cuando escuchó una tierna carcajada proveniente de la cocina. Sus piernas largas lo llevaron a toda velocidad dejándole en estado total de shock, la Capa de Levitación estaba alimentando con una papilla de plátano al pequeño bebé que se encontraba en su sillita alta, riendo y abriendo la boca al momento que el trenecito tenía que entrar al túnel.