Ciao

555 92 4
                                    

—¿Sabes que no habla inglés cierto?

Stephen rodó los ojos cuando escuchó la voz de Wong susurrar detrás de él; retiró su mirada del lugar en donde la tenía posada, para dirigirla a su mejor amigo, quien tomaba asiento a su lado, sobre el pasto verde.

—Lo sé.

—Entonces no tienes oportunidad de decirle qué estás patéticamente enamorado de él.

Seguía sin intender como Wong se denominaba su mejor amigo, pero al no se tan sociable, ya se había acostumbrado al humor ácido de su compañero de habitación.

—No estoy enamorado de él Wong —siseó el adolescente cruzándose de brazos —además estoy considerando entrar aun curso de italiano.

—Claro, si tuvieras tiempo ¿no se supone que estás estudiando para ingresar a la universidad? Strange, no tienes tiempo ni siquiera para ti mismo. —Wong sacó de su mochila un libro, dispuesto a perder esa hora libre leyendo.

—Si, pero eventualmente tendré tiempo y podré aprender italiano. Tengo memoria fotográfica.

Stephen Strange ni siquiera sabía cómo es que había caído por el nuevo estudiante de intercambio que había llegado a la institución. De estatura baja, color de piel dorado, enormes ojos de un caramelo brillante y la sonrisa más encantadora que podía haber; un flechazo para el chico que se consideraba carente de emociones.

Escucharlo hablar, con ese fluido italiano era lo único que necesitaba para que le gustará un poco más.

Ya que Wong lo ignoraba, regresó su mirada al grupo dónde se encontraba Anthony, rodeado de chicos populares que reían mientras intercambiaban palabras en italiano. Stephen daría lo que fuera para poder hablarlo, quizás se presentaría con una frase idiota, pero sólo quería darse a notar de una forma.

...

Ciao Tony, ci vediamo dopo —se quedó totalmente quieto cuando escuchó la voz de Pepper Potts detrás de él.

Ci vediamo, bella signorina — y esa fue la contestación de Anthony Stark. Se apresuró a meter sus libros dentro del casillero, ignorando a su amor imposible, quién por obra del universo tenía un espacio a su lado.

Se vio tentado a saludarlo pero lo descartó cuando escuchó al chico cantar en italiano. Lo que daría por entablar una conversación con él, de lo que fuera.

Tan sumido en su miseria estaba, que no se dió cuenta que el chico estaba muy cerca de él. Terminó empujándolo y provocando que cayera al piso.

—¡LO SIENTO! —Stephen casi chilló horrorizado, mientras extendía su mano hacía él, tratando de levantarlo.

Non preoccuparti, sto bene. —El joven tenía una mirada tranquila mientras se levantaba.

—Perdon, perdón, perdón. Soy un idiota.

Ti ho già detto che sto bene, tranquillo

Espera ¿tu me entiendes? —Stephen se agachó para darle un libro que se le había caído al piso, "INGLÉS" estaba escrito en la cubierta de este.

—Si, un poquito —alzó la mano y usando sus dedos pulgar e índice los unió, dejando un espacio pequeño —Il mio inglese non è molto buono. Soy Tony.

—Stephen. Mucho gusto.

—Hola Stephen, el gusto es ... mío.

Un pastoso inglés, una sonrisa amplía y esos ojos bonitos. Sí, Stephen había sido flechado por ese lindo italiano.

El Santuario del IronStrangeWhere stories live. Discover now