Para Serena haber descubierto la infidelidad de Darien, fue un golpe demasiado fuerte. Sentía que jamás podría recuperarse de ello y el hecho de que el hombre a quien tanto ama, ni siquiera haya llamado le dolía en lo más profundo de su corazón.
Sus amigas hacían lo posible por animarla a seguir con su vida, pero no conseguían siquiera que probara bocado y sus malestares no le ayudaban tampoco, pensar siquiera en comer le torturaba.
Luego de que Haruka la dejara en la cama quedó profundamente dormida, la joven no se separó de ella hasta ese entonces. La envolvió en sus mantas y apagó las luces, dejándola en la calidez de su habitación.
-Descanza, cabeza de bombón -susurró Haruka desde la puerta.
Estaba tan ensimismada en la imagen de la chica, que no pudo notar como Mina y Rei la observaban.
Esa mañana temprano, Michiru se encontraba frente al departamento de Darien, luego del desprecio de Haruka había tomado la decisión de no dejar las cosas al aire.
Serena vería como ella se quedaba con su amado Darien y Haruka sería testigo de la extinción de su brillante niña de coletas.
Pensar en esas dos hizo que se formara una mueca en su rostro. Pero al momento en que el hombre de cabello azabache abrió su puerta, cambio la expresión de su rostro.
-¿Qué haces aquí a éstas horas? -Darien se encontraba de salida con su maletín en mano y su guardapolvo blanco.
-Haruka me dejó y supongo que Serena se marchó -se lamentó con fingida pena- necesito donde quedarme por un tiempo.
-No puedes quedarte conmigo, Serena regresará en cualquier momento. -alegó Darien con el ceño fruncido, apenas y había quedado con el departamento para él sólo y alguien venía a querer ocupar espacio una vez más.
Michiru no pudo soportarlo y rió a carcajada suelta. No podía creer lo ingenuo que podía llegar a ser aquel hombre.
-¿En serio crees que te perdonará? Sus amigas y mucho menos Haruka dejarán que regrese contigo.
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Mi chica predilecta ©
FanfictionA Serena la habían engañado con la absurda mentira de las almas gemelas y el destino. Demasiado ingenua para no caer ante esos hermosos ojos, demasiado torpe para mantener su atención. A Haruka le cegaron los desvaríos de un amor prohibido. Se entre...