Capítulo 1

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- ¡Ya está bien! ¡Que os calléis todos!

- Cállese usted, vieja amargada- escuché que alguien contestaba por las filas de atrás

Una vez más, los alumnos nos habíamos apoderado de la hora de lengua, que le tocaba a la señora Anastasia. Una mujer decidida e inteligente, pero que no tenía control sobre los demás, y ese pequeño error, amigos míos, fue lo que la llevó a estar como se encontraba en aquel preciso momento.

- ¡Mañana hay fiesta en mi casa!- anunció Alexander subido a su mesa, y tan pronto como terminó de hablar, todos los allí presentes, menos Marco, la profesora y yo, empezaron a gritar mientras levantaban las manos y aplaudían

La mayoría de gente en esa clase vociferaba y saltaba como si estuvieran en plena pista de discoteca. Hacían lo que les daba la gana mientras que la pobre mujer se sentaba en su silla suspirando, agotada de tanto insistir sin ningún resultado. Pero justo cuando los desobedientes de la clase creían que las cosas no podían ir mejor para ellos, la puerta del salón se abrió dando un golpe y entró el demonio personificado, que acababa de salir del infierno recién creado.

- Callao, callaos todos- susurró uno, a la vez que corría hacia su asiento

Para cuando las pisadas de Harry Aimerich estuvieron atravesando la corta distancia que había entre la entrada del aula y su asiento, todos habían enmudecido. Incluso el indomable de Alexander tuvo que cerrar su bocaza y bajarse del pupitre. La presencia de aquel rubio con ojos de ángel, obviamente falsos, provocó un silencio tan absoluto, que lo único que podíamos oír era la dura goma de sus zapatillas chocar contra el suelo.

Lo siguiente que resonó en la habitación, fue el ruido que hizo la mochila que cargaba en el hombro al ser arrojada al suelo. La dejó a un lado de la pata de la mesa para después acomodarse en su silla sin importarle qué o quieres lo estuvieran mirando.

No sacó los libros o un bolígrafo del bolsillo, no se molestó ni en fingir el mínimo interés por la clase, pero obviamente que no íbamos a decirle nada, a nadie le gusta acabar la semana con un ojo morado.

- Bien, ahora que ya estáis todos callados...- se notó cierta inseguridad en la voz de la profesora- Procederé a asignaros a cada uno el trabajo que quiero que terminéis para este miércoles- añadió antes de levantarse y empezar a repartirnos a cada uno una hoja

Al darle la vuelta a la mía, vi como título la palabra "odio".

- Bien, cada uno tiene un sentimiento escrito en su papel. Vuestra tarea será buscar toda la información que os sea posible sobre él y luego presentar una exposición oral en la que explicaréis cómo influyen cada uno de estos sentimientos en nuestro día a día

Estuve garabateando las esquinas de la hoja mientras ella seguía hablando, hasta que una eternidad después, al fin tocó la campana y salí de clase junto con mis amigos, que eran Marco, Alexander, Micaela y Nina.

A los cuatro se les describir fácilmente como "locos fiesteros medio chiflados", pero Marco causaba la diferencia con su adorable timidez y gran respeto por las normas.

- Que aburrida es la profesora, no tiene ni una pizca de sentido del humor- no dejaba de replicar Micaela mientras trataba de ordenar su desastrosa taquilla llena de cosas

- ¿Tal vez sea porque desde que han empezado sus clases no ha podido dar la materia ni una sola vez?- Comenté irónicamente- A este paso, suspenderemos todos y tendremos que ir a las recuperaciones

- Bah, ella solo es demasiado exagerada- la apoyó Alexander- Por cierto, dicen que mañana entra un estudiante nuevo, Tyler, se llama

Nina nos sorprendió al cerrar su taquilla con un portazo.

Alma Oscura ⇝ (GAY +18)Where stories live. Discover now