Capitulo 53-Desesperacion.

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-¡Mami!

-¡Carla, Leire!¡Aguantar por favor que estoy intentando salir!

Me llevo las manos a la cabeza desesperada.Que nos les pase nada malo a ninguno de los dos por favor que no me lo voy a perdonar.
Levanto la cabeza y miro a la ventana.Es la única opción.
Camino hacia ella y la abro, miro al jardín y no me lo pienso.Me siento en el alféizar y cojo aire.
Me tiro hacia adelante y cuando toco el suelo doy unas vueltas por el suelo, como si fuera una croqueta. Al caer he apoyado mal el codo y me duele bastante, roto no está y no creo que el hueso se haya movido. Como puedo me pongo de pie y corro hasta la puerta del jardín que conecta con el interior de la puerta.
Tambien está cerrada, este tío conoce muy bien mi casa, y esto me asusta bastante.
Agarro el balón de fútbol que tienen Marco y Leire en el jardín y lo pongo a unos metros de distancia.Chuto y da directo en el cristal partiendolo un poco, pero no lo suficiente como para pasar.Y para colmo un cristal se ha quedado impactado en el balón haciendo que se pinche.
Pues nada, no puedo hacer otra cosa.
Corro hacia la puerta y la atravieso haciendo que se rompa en mil pedacitos. Que dolor. Me he clavado muchos cristales en el cuerpo, estoy sangrando.
Voy a la cocina y pillo un cuchillo, subo las escaleras despacio y veo porque no podía abrir la puerta. Está unida con una cuerda a la de Sebastián haciendo una tensión que nos impedía abrirlas.Doy un cuchillazo y la parto por la mitad.

-¡Sebastián ya puedes salir!¡Voy a por Leire!

Corro por el pasillo y entro en la habitación de la niña.Esta todo oscuro y no la puedo ver.

-¡LEIRE!¡¿ESTAS AQUI?!

No escucho nada, ni un llanto ni nada.
Empiezo a entrar en desesperación y salgo corriendo de su habitación, hasta que choco con algo, bueno, más bien alguien.

-¡Relájese Carla!

-¡Sebastián!¡No sé dónde está Leire!¡Y para colmo no hay luz y me han robado el teléfono!

-¡Vaya usted a la planta de abajo a buscarla!¡Yo voy a encender los fusibles!

Corro hasta abajo y empiezo a buscarla por todos lados llamándola a gritos. Pero por mucho que grite no hay respuestas.Solo pido que esté bien por favor que no le pase nada que me muero.
Los cristales me están matando, me duele todo el cuerpo al moverme.
Las luces se encienden y veo a Sebastián correr hacia mi, al verme se pone blanco.

-¡Hay que llamar a una ambulancia!

-¡Hasta que no aparezca mi hija no pienso llamarla!

-¡Pero está muy mal Carla!

-¡Que me la pela como esté!¡Yo solo quiero a mi hija!

Sebastián me mira enfadado y sale del salón para buscarla. Paso por delante del espejo y veo mi reflejo.Estoy destrozada, y la sudadera esta ensangrentada entera, por no hablar de la cara, que la tengo entera con arañazos.
No tengo tiempo para seguir mirándome.
Vuelvo a subir a la habitación de Leire, en su cama veo unas tijeras y cinta americana. Dios mío. Abro los armarios y empiezo a sacar toda su ropa por si el cabrón la ha escondido aquí, pero nada, he vaciado todo el armario y no hay nada.
Escucho un ruido fuerte procedente de abajo y salgo corriendo hacia él. Puede ser Sebastián o el cabrón.
Bajo las escaleras y empiezo a mirar por todos lados, hasta que llego a la cocina y veo el cuerpo de Sebastián tirado en el suelo.

-¡SEBASTIÁN!
Corro hacia él y me siento a su lado, le giro y veo que está con los ojos medio abiertos.
-¡¿ESTÁS BIEN?!

-Si, sólo ha sido un golpe, el estúpido que se ha colado me ha sorprendido por la espalda y me ha dado con una sartén. Estoy un poco mareado.

-Quédate aquí.

Me levanto y miro a todos lados.Entonces está aquí todavía.Aprieto con fuerza el cuchillo y empiezo a andar despacio. Asomo mi cabeza por el marco de la puerta y observo el salón poco a poco, por si está escondido por algún lado.
Por lo que parece no hay nadie en esta sala.
Empiezo a andar y escucho salir a alguien.Corro hasta la puerta y veo a un coche negro salir pitando.Mierda, tiene la matrícula tapada.Miro y en el suelo veo mi móvil tirado, no tiene pinta de estar roto, lo habrá cogido para que no llamara a la policía.

-¡HIJO DE PUTA!

Solo espero que no se haya llevado a Leire.
Me falta mirar el garaje y ya tengo toda la casa lista.Cojo las llaves del garaje¡Mierda!No están las de mi coche.Salgo y veo a Sara corriendo hacia la casa.

-¡Carly!¿Que ha pasado?He escuchado gritos y he venido hasta aquí -pregunta Sara y cuando se fija en mi se lleva las manos a la cabeza-¡Nos tenemos que ir al hospital ya!

-¡Espérate un momento!

-¿¡Cómo me voy a esperar?!¿¡Te has visto!?

-¡Sara, no sé dónde está Leire!¡Entra y ayuda a Sebastián a ponerse de pie y venir los dos al garaje!

Sara me mira asustada y entra en casa. Yo corro al garaje y abro la puerta, enciendo la luz y veo que mi coche sigue aquí. Me acerco y veo que en el cubo que tenemos para lavar el coche están las llaves sumergidas en el agua. Las cojo e intento abrir el coche pero no funcionan, el sistema del mando se ha tenido que estropear con tanta agua.

-¡LEIRE!¿ESTAS AQUI?
Escucho un ruido del maletero y me entra la esperanza. Me acerco a él e intento abrirlo pero esto si que es imposible. Y para colmo perdí en Londres las llaves de repuesto del coche. Soy un desastre en todo.
Pillo una barra de acero, que no me preguntes por que está aquí porque ni idea, y empiezo a hacer palanca en el maletero. Con tanta fuerza me están doliendo a mares los cristales.
¡Listo!Tiro la barra por ahí y abro el maletero.
-¡LEIRE!
Veo a Leire con las manos sujetas con una cuerda al igual que en los tobillos y en la boca tiene un trozo de cinta americana puesta. Al verme empieza a llorar mucho, tiene unos cuantos arañazos en la cara.Con el cuchillo le corto las cuerdas, le quito la cinta de la boca y me mira asustada.

-¡MAMI!
Suelta un grito de llanto, la cojo en brazos y me siento con ella encima en el suelo del garaje.

-Ya está mi vida, ya pasó todo ¿Si? -digo intentando calmarla abrazándola fuerte.
Pero al abrazarla me estoy clavando más los cristales. La separo de mi y pego un grito llamando a Sara.

-¡Carly!¡Leire!¿Estáis bien?-pregunta Sara exaltada.

-¡Hay que ir al hospital!-grita Sebastián asustado.

-¡Voy a por el coche!¡Sebastián ayúdala a ponerse de pie!

Con ayuda de Sebastián me pongo de pie y le doy la mano a Leire, no quiero que se separe de mí en ningún momento.
Llega Sara con el coche de mi hermano y nos montamos en él.A mi solo me entra el sueño...

-¡Carla no se duerma!¡Aguante!

Llegamos al hospital y me ponen en una camilla para llevarme a una sala.
Me dejan y vienen varios médicos a mi lado.

-Hay que quitarle los cristales.

-¿Y la anestesia?

-¡Traer una vía y...-el médico se para un momento para mirar una hoja y levanta la cabeza-...y bolsas con sangre 0+!

-¿Se va a recuperar?

-Ha perdido mucha sangre, pero seguramente esté bien.

Mi mejor decisión.Marco Asensio.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant