CAPÍTULO III

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¡Ring, ring! — El sonido del timbre de la puerta me ha despertado de mi sueño, en el que corría en un campo con abundante pasto, de un color verde intenso, con un vestido blanco, en la cabeza una pequeña corona de flores, el sol brillando como nunca, el sonido de los pajaritos, un árbol de manzanas y corría en búsqueda de alguien pero nunca alcancé a nadie porque el timbre me despertó. Sara no es, ella tiene llaves y sabe que no me gusta ser molestada cuando duermo.

— Hola. — Es una pequeña niña tal vez de unos diez años, rubia, de ojos grandes y castaños.

— ¿Qué eres? — Sacudo mi cabeza de un lado para el otro. — Perdón, ¿quién eres? — La pequeña hobbit es bonita.

— Mucho gusto soy Elena Wills. — Sus manos se las pasa por la frente, intentando quitarse unos mechones de cabello. — Soy tu nueva vecina, de un piso más abajito. ¿Cómo te llamas? ¿Podemos ser amigas? ¿Me invitas a comer algo? — Y como si mi casa fuera suya entra como si nada.

La pequeña hobbit no encontró más diversión que correr hacia donde está el piano, es inquieta la niña aunque bonita, me recuerda a alguien especial, debieron haberla hecho con amor, piel blanca, rubia, cabello liso y largo, creo que necesitaré a alguien que la saque de aquí ya, mi piano está sufriendo en manos de la pequeña monstrito, aunque ella parece disfrutarlo.

— ¿Javier? Hay una pequeña hobbit en mi apartamento que ha venido a hacer amigas y tengo sueño, puedes hablar con sus papas, según ella se llama Elena Wills, y es nueva en el edificio. — Escucho la risa de Javier y me parece injusto que se esté burlando de mí, aunque lo comprendo en parte.

— Ya mismo mando al control de plagas, digo a alguno de los papas señorita Adaline. — Mis oídos no puede más del ruido que está ocasionando.

— Sálvame de esta niña, por favor. — Su risa no cesa así de tal forma que me contagia por un momento, no estoy acostumbrada a los niños.

La pequeña hobbit se queda estática cuando observa en la pared un gran collage de fotos que tengo con mis papas viajando por todo el mundo, Catedral de Mármol en Chile, Puca Pucara en Perú, Isla Grande en Brasil, Gran Canal de Venecia, Côte d'Azur en Francia, La Torre Einstein en Alemania... etc. Creo que en su rostro hay algo de melancolía pero de inmediato cambia su expresión.

— ¿Ellos son tus papas? Son muy bonitos, ella es muy linda, ¿dónde están? — Niña chismosa.

— Sí, son mis papas y sí, son muy bellos mucho a decir verdad. — Escucho el timbre de nuevo, por fin el control de plagas viene a mí rescate.

— ¿Disculpe por aquí anda mi hija? — Ya veo de donde ha sacado tanta belleza la hobbit.

— Sí, aquí está la niña y tiene hambre. Es una pequeña — Volteo a observarla. — Peculiar. — Mi sonrisa sale de forma involuntaria.

La pequeña hobbit sale con tristeza de mi apartamento y antes de que se vaya él me dice. — Mucho gusto, Andrew Wills encantado de conocerla. — Su sonrisa.

—Es un placer, Adaline Jones. — Ellos se van y quedo en shock, el hombre es alto, rubio, piel blanca y de ojos castaños aunque los de su hija son un poco más oscuros hay mucha similitud entre ellos.

Ya que la paz en mi apartamento ha sido invadida por una pequeña hobbit me voy a alistar para ir al hospital a ver a Alex, aprovecho que hoy no tengo que ir a la universidad entonces tengo más tiempo. Opto por un vestido vino tinto ajustado hasta las rodillas, con unos tacones de aguja color nude y un suéter largo por si cambia de clima, ya que hoy el sol ilumina cada rincón de la ciudad, no hace calor pero tampoco frío es un buen clima, aunque no sé si de pronto llueva más adelante.

ESTA VIDA Y LA OTRA.Where stories live. Discover now