CAPÍTULO XXVII

193 16 0
                                    

Cuando le contamos a Elena la gran noticia ella no podía de la felicidad, saltó como loca y aplaudía a la vez, mi niña no podía de la dicha, estaba tan feliz porque iba a tener compañía de ahora en adelante, ella ahora iba a ser la hermana mayor. Alex y yo nos encargamos de explicarle la importancia y el papel que iba a tener de ahora en adelante, no queremos que se sienta sola o aislada sino al contrario, que sea parte del proceso de crianza y por supuesto que aprenda a valorar el lugar que ella tiene en nuestra familia.

Los meses aquí han sido fabulosos, he tenido tranquilidad y he podido disfrutar de todo lo que implica estar embarazada. Alex y Elena me han consentido de mil maneras, con mis antojos, Elena parece una garrapata a mi lado, no se despega de mí y Alex está más que feliz aquí, él disfruta de estar en su país, me han enseñado un sinfín de costumbres y cosas que solía hacer aquí.

Mi relación con él también ha sido compleja, soy joven y en ocasiones mi temperamento me juega una mala pasada, él ha sabido comprenderme y más porque mis hormonas no me ayudan mucho en ciertas situaciones. Pero el convivir aquí nos ha unido a nuestra manera, poder conocernos más y entender porque somos como somos, no tiene precio.

Estoy cansada, ya tengo bastante barriguita y seguimos en este paraíso que es la toscana, estamos en una villa y hemos tenido todo lo necesario, todo este tiempo nos ha ayudado a unirnos más como familia, Elena no hace más sino acariciarme la barriga y se emociona cada vez que se mueve.

Me alisto para salir al médico, hoy me dicen si es niña o niño, estoy tan emocionada y a la vez tengo tantos nervios. Alex no sabe que hoy me veré con el doctor, quiero hacerle una sorpresa, él siempre tiene una para mí y hoy seré yo quien le dé una.

- ¿Cómo seguiste Adaline? - Elena está sentada como niña juiciosa que le cuesta ser.

- Pues Francesco, lo normal, los mareos ya han pasado, ahora me siento más pesada y los dolores de espalda han aumentado. - Digo mientras él me pasa un vaso con agua acto que le agradezco. - En cuanto al resto ya es normal, no soy mamá primeriza y sé cómo manejar algunas cosas que se me presentan en la cotidianidad.

- Vamos a ver si hoy si se deja ver, porque ha estado rebelde. - Dice el doctor con tanta naturalidad, para él esto ya es costumbre pero yo estoy muerta de los nervios, quiero saber ya. - ¿Dónde está Alexander?

- Está ocupado y él no sabe que estoy aquí, quiero darle una sorpresa. - Comienza a ponerme el gel y siento ya un frío.

Cuando veo en el aparato de ultrasonido, Francesco me explica cómo está mi bebé, ver el proceso de crecimiento, tenerla, sentirla dentro de mí es la sensación más esplendida que he podido tener, soy tan afortunada. Por fin se voltea y es ahí cuando veo la cara de satisfacción del médico.

- È una ragazza Adaline. - Le enseña a Elena como la imagen en el aparato.

- Mamá voy a tener una hermanita. - Se ve tan feliz.

Una niña, será mi luz junto a mi hobbit, me imagino a Alex en un par de años cuando ellas estén más grandes y tengan pretendientes. Es la noticia más sublime que me ha dado la vida, otra niña a mi familia.

Con Elena nos vamos de compras y me ayuda a preparar la sorpresa que quiero hacerle a Alex, él lo merece después de todo es la primera vez para él. La vida es así, aunque él me lleve los años que me lleva y tiene más experiencia que yo, en este caso yo le llevo ventaja, ya sé que es sentir esta felicidad y esta emoción, quiero que sea mágico para él.

Una caja forrada de color blanco con unos listones de color lila y azul, dentro de la caja hay bombas lilas y una cajita que contiene la ecografía de hoy y unos zapaticos color lila, estamos las dos tan emocionadas que quiero verle la expresión que vaya a tener.

ESTA VIDA Y LA OTRA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora